I.
Venía recomendado por diversas
fuentes y parecía un boom editorial tras alzarse con el National Book Award en
2001; por eso lo adquirí apenas se lanzó en español. Pero el ejemplar,
voluminoso, siempre quedaba relegado. Para colmo, el paso del tiempo acumuló otros
títulos del autor –aun pendientes-. Entonces, tras una docena de años, decidí
poner fin a tamaña espera.
II.
Los Lambert componen una típica familia de
clase media americana. Oriundos del Medio Oeste, solo Alfred y Enid, los
progenitores, se han quedado en St. Jude; sus tres hijos han migrado hacia el Este
y las escasas visitas que se prodigan solo ocurren por el movimiento de los
padres. Alfred –un ingeniero ferroviario jubilado- comienza a lidiar seriamente
con un Parkinson avanzado, mientras Enid se ha propuesto firmemente que en las
próximas Navidades se reúnan en su casa, esperando ansiosamente la llegada de
hijos y nietos.
III.
Mientras, sus hijos –entre la
treintena y cuarentena- afrontan otros problemas. Gary, el mayor, es
vicepresidente de un banco y, acaso, el más exitoso de los tres, pero debe
lidiar con un cuadro depresivo crónico y la presión que ejercen sobre él su
esposa y sus tres vástagos. Chip, profesor universitario, se ha quedado sin
empleo tras una denuncia de abuso y ahora se ve enredado en un proyecto turbio
que lo lleva a Lituania. Y Denise, afamada chef, padece cierta inestabilidad
emocional que la conduce a amoríos bisexuales e indefiniciones. Así, están
dadas las condiciones para que todos los jóvenes opongan reparos para concretar
el sueño de su madre.
IV.
Existen varios puntos sobresalientes en esta
novela. Primero, la composición de los personajes, cada cual con su propio carácter
y manera de ser. Luego, la mirada del autor sobre la sociedad norteamericana
que, a medida que se súper tecnologiza más se vacía de afectos. Los protagonistas
intentan realizar las correcciones
necesarias para que las obligaciones y el grado de frustración no los
sometan definitivamente y puedan mantener una fachada si no de felicidad, al
menos de equilibrio. Al fin, todos los tópicos que la sociedad actual debate
están presentes: la falta de atención hacia los mayores, el uso extendido de fármacos, la abulia de los más chicos, la indefinición sexual, la tentación
del dinero fácil y una necesidad imperiosa de exhibir, ante propios y extraños,
una imagen de éxito. En definitiva, un resumen de la gran familia americana.
V.
Fluido y ameno, con profusos
datos locales que anclan temporalmente el texto, muchas escenas conmovedoras y
otras tantas graciosas, que vuelven ágil a toda la obra, Franzen nos entrega un
libro para reflexionar, con algo de sorna e ironía, pero siempre entretenido.
Sin la solidez de la novela de Philip Roth, me hizo recordar a Pastoral americana. Ambos, grandes
títulos para disfrutar y no dejar pasar.
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