sábado, 5 de abril de 2025

Sin sosiego. Mágico, sombrío, impenetrable, Joyce Carol Oates

Alfaguara, 2015
 I.

               Lo apunté apenas aparecieron las primeras reseñas. Hasta ese momento, no había leído nada de la autora; sólo contaba con su biografía novelizada de Marilyn –libro que leería medio año después-. Pasado el tiempo, sus obras fueron acumulándose entre las pendientes y, tras casi una década de espera, decidí aliviarme de aquél segundo ejemplar, toda vez que Oates ha seguido escribiendo con buen ritmo.

II.

                No parece haber mucho en común entre un nieto que acompaña a su abuela a una corta cirugía, una pareja mayor a quienes molesta los ruidos provenientes de los vecinos, un joven universitario que decide trabajar ad honorem en un zoo, o una mujer que se cuestiona si seguir con su novio mientras le teme a un mastín, entre otras circunstancias. Sin embargo, en esta colección de trece relatos, ninguno de sus personajes parece estar cómodo con su acontecer. Como si algo funesto estuviera a punto de ocurrir –o ya hubiera ocurrido- y ahora solo resta esperar el desenlace.

III.

               Ordenado en cuatro partes –en cuya última sólo hay un relato, que es más bien una novela corta-, Oates va desgranando miedos, angustias y una serie de pensamientos relacionados con la soledad, la vejez, la enfermedad, el abandono, la desaparición de objetos de nuestro entorno, que contribuyen a crear una atmosfera de incertidumbre quitándonos el sosiego que nos brinda una vida previsible. Hasta se da el lujo de contarnos qué piensa el fantasma del joven que acaba de morir en un accidente de tránsito.

IV.

             Los protagonistas de estos relatos viven momentos de zozobra o de cambios notorios, en sus vidas o en la perspectiva de su mirada –una joven que sale de un aborto, una mujer en tratamiento oncológico que cree que su marido busca sustituta, una joven adoptada que no encaja con su familia de adopción-. Destaco particularmente los dos últimos relatos: el que le da título al libro –con una entrevista al poeta Robert Frost sui generis- y el último –Parricidio- con un final epifánico. Entre ambos, pagan el ejemplar y compensan los altibajos que pudieran presentar el resto de los trabajos.

V.

            Con una prosa cuidada, descripciones de situaciones y sentires muy precisos, el uso adecuado de recursos literarios –como el monólogo interior- y en un estilo ameno y fluido, Oates repasa un sinnúmero de emociones, capaces de quitarnos la tranquilidad que ofrecen la rutina y la repetición. Un buen umbral literario para adentrarse en el universo ficcional de la escritora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario