jueves, 14 de febrero de 2013

Una épica china. Sorgo rojo, Mo Yan



El Aleph - Océano, 2012

             A partir de los últimos meses del 2012, este chino de 58 años nacido Guan Moye y que ha adoptado el seudónimo Mo Yan (“No Hables”) se ha vuelto célebre al ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura de ese año. La polémica con él estalló cuando voces literarias y artísticas de nacionalidades diversas lo apostrofaron de “prostituta literaria”, “hombre del régimen” u “hombre de paja”, entre otros epítetos. Con semejante carta de presentación de un ilustre desconocido -como lo era para quien esto escribe hasta el día de la proclamación del premio-, mi curiosidad me llevó a comprar –y posteriormente leer- este título ni bien apareció en los escaparates de una conocida y tradicional librería de Buenos Aires.
            El libro es una ‘biografía no autorizada’  del comandante Yu Zhan’ao, abuelo del narrador –se supone que el propio Mo Yan-, que incluye la historia de amor con su abuela –prometida y casada con un leproso por arreglo entre familias-, la resistencia china a la invasión japonesa de 1940 y detalles de la vida aldeana en medio de un entorno bélico.
            Sangriento y por momentos truculento, sus más de quinientas páginas se dividen en cinco capítulos, en los que el sorgo rojo se halla omnipresente, ya sea como alimento de la hambreada población, como protección para los defensores, como fuente de ingresos a través de la elaboración de un destilado alcohólico o bien como materia indispensable para sepultar los cadáveres después de los enfrentamientos.

Mo Yan en Villa La Angostura, Neuquén, Argentina
            Así, el comandante Yu aparece como héroe y superviviente de la guerra, acompañado de Douguan, su hijo –y padre del relator-, nunca a la altura de su padre. Yan utiliza el recurso literario del elemento histórico para moverse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, intercalando historias pasadas y futuras en medio del núcleo narrativo. Esta construcción vuelve más amena la lectura que, de otra manera, podría resulta demasiado lineal y aburrida.
            Las luchas contra la opresión japonesa, las rencillas entre colaboracionistas y milicianos chinos, las disputas familiares y de poder en la aldea son repasadas por el autor con lujo de detalles, convirtiendo al texto en una suerte de epopeya libertaria cruel, aunque no exenta de cierto romanticismo. No por nada el realizador Zhang Yimou la llevó a la pantalla -con gran éxito- en 1987.
            Escrita en forma de crónica, donde la acción es tan protagonista como sus personajes principales, la historia mantiene la tensión y la emoción en la mayoría de sus páginas hasta el final.
            Por último, ¿es una obra literaria o un instrumento de propaganda política? Es difícil evaluar cuánto tiene de novela épica y cuánto de material de adoctrinamiento. Sospecho que el libro refleja un poco de cada uno. Pero sí hay que hacerse de tiempo y ser valiente para atravesar sus líneas hasta el fin.

Marcelo Zuccotti

12 comentarios:

  1. Qué buena pinta tiene ese paisaje. En cuanto al libro, decir que de Mo Yan leí hace tiempo Grandes pechos, amplias caderas y aunque me gustó me resultó un poco arduo. Sorgo Rojo no tiene mala pinta pero la parte militar me da mucha pereza.
    Besitos

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    1. El paisaje y el descanso hicieron lo suyo, Norah. El libro me llevó un mes, pero la mitad final la leí la última semana, allí donde muestra la fotografía. Lo cierto es que el texto resulta crudo y directo. Eso sí, totalmente creíble. Besos para ti.

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  2. Hola Marcelo,

    Pues... no he leído este sino otro y la verdad es que no me gustó, nada. Se echaron encima de mí porque acababan de otorgarle el Nobel y yo me defendí meses más tarde con las declaraciones de Herta Müller.... pero quiero darle otra oportunidad... o mejor dicho, que el señor Yan me la dé a mí. Un abrazo.

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    1. Reconozco que transitar el libro no es tarea fácil, Yossi, sobre todo en las escabrosas descripciones de los enfrentamientos militares. No obstante, no está mal. Pero no se si éste libro será capaz de modificar en algo tu experiencia previa. Un abrazo grande.

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  3. Pues tenía mucha curiosidad por leer tu reseña de este autor que me inspira curiosidad y este libro que hoy nos reseñas, no me ha convencido. Creo que me estrenaré con otro.
    Besos

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    1. No es para lectores sensibles. He leído acerca de muchas batallas cruentas, pero éste exagera. Por estas costas, sólo hay disponible otro título del autor: 'Cambios', de Seix Barral. Si por tu entorno hay más posibilidades, prueba con alguna de ellas. Y háznos saber tu opinión, Marian!
      Besos para ti.

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  4. Un libro muy duro, tanto por algunos pasajes de la invasión japonesa como por su lectura en sí bastante compleja. Disfruté más Las baladas del ajo, te lo recomiendo si puedes encontrarlo. Un abrazo

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    1. Realmente, es un poco duro, Carol, máxime en las escenas de lucha. Tomo debida nota de tu propuesta, aunque por aquí no lo he visto aun. Besos.

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  5. La traducción de la edición de El Aleph (del chino al inglés y de ahí, al español) es pésima. La historia alterna momentos espeluznantes con otros de gran belleza.

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  6. Agradezco tu aclaración. Yo también pensé en que la traducción podría no ser la mejor pero, como imaginarás, no tenía manera de constatarlo. Sospecho que, por ponerlo rápidamente en el mercado, se han tolerado los resquemores. Sí creo que la historia tiene sustento literario. Gracias por tu visita.

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  7. Terriblemente duro en la descripción de las batallas y especialmente de las consecuencias de las batallas. El autor insiste en todos los aspectos catastróficos de la historia, y ni siquiera le da al lector el respiro final de incluir en el libro la descripción de la derrota y huída de los japoneses de China. Más allá de este aspecto formal hay que reconocer que está muy bien escrito, que describe la sociedad rural china de esa época y lugar de manera rigurosa y poética, y que hay mucho para leer además de las batallas. Valió la pena su lectura, pero no creo que lea otra novela de Mo Yan.

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    1. A veces me ha parecido un poco truculento sin necesidad, aunque con ello sostiene la trama. Tiene algo de poesía, sobre todo en la historia de amor del comandante y pinta -imagino- un buen retrato de la sociedad china de ese entonces. Pero sí hay que armarse de paciencia para atravesar todas las páginas. Gracias por pasar.

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