martes, 10 de julio de 2012

La soledad en su baile más triste. La balada del café triste, de Carson McCullers

Bruguera. Libro Amigo. 1982
 

     La edición de La balada del café triste es para coleccionar; tiene las hojas ásperas y amarillentas, algunas de ellas frágiles, y con un perfume particular que da gusto acariciarlas mientras se lee. El ejemplar, de 190 páginas, aparte de la novela La balada del café triste y del cual lleva su título, contiene los relatos de: “Wunderkind", "El jockey", "Madame Zilensky y el rey de Finlandia", "El transeúnte", "Un dilema doméstico" y "Un árbol, una roca, una nube".
     Carson
McCullers es brillante, tiene la sensibilidad y la habilidad para describir los detalles y las situaciones logrando visualizar las imágenes en todas sus dimensiones; con una prosa a veces poética.
     “El pueblo en sí mismo es tristón. Poco hay allí excepto la fábrica de algodón, las casas de dos habitaciones donde viven los trabajadores, unos cuantos melocotoneros, una iglesia con dos vidrieras de colores y una miserable calle Mayor de sólo cien metros. Los sábados, granjeros de los alrededores llegan para pasar el día charlando y comerciando. Por lo demás, el pueblo es solitario y triste, como un lugar remoto y apartado del mundo.”. Así comienza la novela La balada del café triste. Carson la situó en un pueblo solitario y triste en donde no pasaba nada, sólo una vez hubo un café, que fue el acontecimiento del mismo. Los habitantes estaban alucinados porque era la novedad del lugar; no estaban acostumbrados a reunirse simplemente por placer. La dueña era la señorita Amelia Evans pero el responsable del éxito y de la animación del local era su primo Lymon, el jorobado. Éste, era la atracción del lugar, le gustaba ser el centro de atención y quería que todos le mirasen mientras contaba sus anécdotas. Amelia preparaba los menús y las deliciosas bebidas que se vendían en el café. Además, era la médica del pueblo que recetaba remedios caseros, preparados por ella misma. Desde que su primo Lymon se instaló en la casa, Amelia se había vuelto más sociable, iba a las reuniones evangelistas y a los funerales. En su rostro se asomaban tímidamente algunas muecas, que parecerían ser rastros de sonrisas, cuando sus ojos se clavaban melancólicamente en el jorobado.
     Amelia vivía en una casa grande, de dos plantas y dos habitaciones. Era una mujer solitaria, que vivía en soledad y trabajada de sol a sol. Un día apareció su primo Lymon   -del cual no tenía conocimiento; era hijo de la hermana de su madre-, y lo cobijó en la casa; le contó todo acerca de su vida, menos que estuvo casada diez días con Marvin Macy –“ese remiendatelares con el que estuve casada” como lo llamaba ella. Y resultó que Amelia se enamoró de su primo Lymon. Carson McCullers se pregunta: “¿qué clase de amor era aquél?” y despliega la respuesta de forma deslumbrante, como adelantándonos y poniéndonos a tono a los sucesos que se desencadenarán después en la novela: “Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es solamente  un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir. Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo. (…)
“El amado puede ser traicionero, astuto o tener malas costumbres. Sí, y el amante puede verlo tan claramente como los demás, pero sin que ello afecte en absoluto la evolución de su amor. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor turbulento, extravagante y hermoso como los lirios venenosos de la ciénaga. Un buen hombre puede ser el estímulo para un amor violento y degradado, y un loco tartamudo puede despertar en el alma de alguien un cariño tierno y sencillo. Por lo tanto, el valor y la calidad del amor están determinados únicamente por el propio amante. Por este motivo, la mayoría de nosotros preferimos amar que ser amados. Casi todo el mundo quiere ser el amante. Y la verdad a secas es que de un modo profundamente secreto, la condición de ser amado es, para muchos, intolerable. El amado teme y odia al amante, y con toda la razón. Pues el amante está tratando continuamente de desnudar al amado. El amante implora cualquier posible relación con el amado, incluso si esta experiencia sólo puede causarle dolor.”
     Es una novela corta, agradable y melancólica, en el que uno disfruta de cada palabra, de cada párrafo de Carson McCullers.



                                                                                                        Claudia Perez

6 comentarios:

  1. hola Claudia,como estas ya q no estoy leyendo,, veo tus comentarios de los libros q lees,me gustan mucho,es muy lindo lo q hacen besitos

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  2. Gracias Ma por leer todas las reseñas!

    besitos!
    Clau

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  3. Muy llamativo sin duda. Empezaré por "El corazón es un cazador solitario" Tiene muy buena pinta y tengo dos libros esperando en las estanterías hace años, este no es uno de ellos así que lo apunto también. Saludos :)

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    1. Hagamos algo conjunto, Yossi. Yo lo tengo para leer; tú también. Cuando tu publiques tu opinión, yo haré lo mismo en simultáneo, y vemos qué tenemos para decir cada cual. ¿Te parece?. Y si Claudia se prende en esto, sería genial. A ella suelen gustarle los autores del sur americano. Un abrazo.

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  4. Hola. Totalmente de acuerdo en que McCullers es "brillante, tiene la sensibilidad y la habilidad para describir los detalles y las situaciones logrando visualizar las imágenes en todas sus dimensiones; con una prosa a veces poética". Yo no habría definido mejor su forma de escribir.
    Sólo he eído de él "Reflejos en un ojo dorado" y me gustó.
    Besos

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    1. Entonces, Marian, te sugiero leer 'El corazón es un cazador solitario' de la misma autora. Es fantástico. Puedes ver algo de lo que me pareció en este mismo espacio. Gracias por darte una vuelta. Besos.

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