Impedimenta, 2013
Al
no poder encontrar del mismo autor su novela más reconocida –que luego de andar
y andar conseguí en una vieja edición, en buen estado-, me dispuse a hojear
ésta en medio de una Feria del Libro local. Un comentario en la blogosfera
acerca del contenido, la brevedad de la obra, la buena presentación que siempre
exhibe esta casa editora con cuidadas ediciones y mi necesidad de alternar con
otras lecturas que requerían mayor concentración, le dieron su oportunidad.
Aldo Sernesi, a quien todo el mundo
llama Bob -por su parecido con el
actor Robert Taylor, muy de moda en los años ’50-, es un donjuán cuyo mayor
entretenimiento es conquistar chicas de los alrededores de Sanfrediano, un
barrio popular de Florencia, sin decidirse por ninguna. Y si bien mantiene
relaciones sexuales clandestinas con una de ellas, lo cierto es que el muchacho
es poco proclive a elegir una y mucho menos lograr una relación estable con
miras al matrimonio.
Bob es lo que se suele decir un picaflor. Todo el tiempo intenta seducir
a sus enamoradas valiéndose de los más versátiles recursos. Así, la que es su
novia hoy podrá ser su querida la semana próxima, sin abandonar por ello a
ninguna de las que han pasado por sus besos y caricias. Y no le va nada mal,
hasta que un día, todas aquellas que albergan esperanzas, cansadas de su juego
y su indefinición, deciden propinarle un flor de escarmiento uniéndose en su
contra y desarrollando –y ejecutando- un plan.
Fresca, divertida y bulliciosa, la
novela no sólo transita juegos y escarceos amorosos de sus jóvenes
protagonistas, sino que también brinda una mirada de soslayo a la sociedad
italiana de esos años de posguerra, retratando los suburbios de las grandes
ciudades y su acontecer.
Fluido, de estilo directo y coloquial, el libro se lee bien, con escenas de humor y típicos giros de esta comedia de enredos, que posee el donaire y la alegría de la Italia de aquellos tiempos, que tanto hemos visto en las pantallas, encarnado en Gina Lollobrigida y Sofía Loren. Un producto netamente italiano.
Fluido, de estilo directo y coloquial, el libro se lee bien, con escenas de humor y típicos giros de esta comedia de enredos, que posee el donaire y la alegría de la Italia de aquellos tiempos, que tanto hemos visto en las pantallas, encarnado en Gina Lollobrigida y Sofía Loren. Un producto netamente italiano.
No sé por qué me da que este personaje no me iba a caer bien, jeje. No sé, me gusta la ambientación y ese tipo de cine al que haces alusión. La historia en sí puede estar bien si la lección es la que me imagino. No es que sea algo extramademente original pero bueno, puede servir para un rato de lectura agradable.
ResponderEliminarBesitos
Es un pasatiempo divertido, Norah. Tiene mucho del cine italiano de los '50 - '60, en esas comedias familiares que solíamos ver con Soldi, Tognazzi y las divas citadas.
ResponderEliminarPara llevar de vacaciones sin duda alguna.
Un beso para vos.
¡¡Anda!! Y yo que pensaba que lo de picaflor era muy local y resulta que lo usa un bonaire como tú.
ResponderEliminarVaya, me imagino sin dudarlo a Marcello Mastroianni en el papel de Bob. Refrescante para afrontar estos día insoportables de calor que estamos padeciendo.
Un beso grandote!!
Aquí se ha usado mucho el término 'picaflor', sobre todo en los años '60 - '70.
ResponderEliminarEl gran Marcello! ¿Sabes que mis padres me destinaron ese nombre gracias a él? Parece ser que se enamoraron de él en La Dolce Vita, de Fellini, y decidieron ponerme su nombre.
No se cuánto calor hace por allí -¿más que en Grecia?-, pero... sí, es un libro refrescante y entretenido. Apropiado para el verano.
Un beso, U-to!