Siglo XXI, 2000
Leer
a Turgueniev es siempre garantía de buena literatura. Por eso, cada tanto, me
doy una vuelta por sus obras. Ésta particularmente la tenía hacía bastante
pero, poco habituado a leer directamente desde el ordenador, fue quedando
rezagada debido a su formato digital. La situación cambió al trasladarla a la
tablet, lo que me permitía disponer de ella en todo momento sin hacer esfuerzo.
La vida de Dimitri Sanin se
encuentra en su período final, al borde del tedio. Para dejar de atormentarse
con cavilaciones acerca del sentido de vivir, sin encontrar respuesta
satisfactoria, decide revisar algunos cajones en los que atesora elementos del
pasado. En medio de ellos, surge una vieja cajita con una crucecita de
granates, lo que dispara emociones y recuerdos. A partir de allí, se narra la
historia que tiene a ese objeto como símbolo.
La historia se sitúa en Francfort, Alemania,
alrededor de 1840, cuando Sanin contaba con sólo veintidós años de edad y debía
partir para Berlín. En una circunstancia fortuita descubre a Gemma Roselli,
hija de un confitero italiano, y queda prendado de su belleza. La joven es la
prometida de un tendero; un buen partido con quien nada hay en común entre ambos.
Un insulto al honor de Gemma proferido por un oficial alemán es la ocasión para
que Sanin resuelva batirse a duelo con él y salvar la reputación de la joven.
Victorioso del lance, la noticia llega a oídos de Gemma quien abandona su
promesa de enlace y reconoce su amor por el joven ruso.
Pero Sanin no cuenta con solvencia
económica suficiente para asegurar el bienestar de la familia Roselli. Deberá
vender sus posesiones en Rusia para afincarse junto a ellos. Por azar, choca
con un viejo amigo de la escuela, Polozoff, que se ha casado con una mujer de
recursos, tan ávida de la compra de tierras como de conquistar corazones
ingenuos. Así, María Polozoff tiende su red de seducción alrededor de Sanin,
quien se ve atrapado por la bella mujer, renunciando a su amor por Gemma. El
relato finaliza con un resumen de lo ocurrido a Sanin en los treinta años
siguientes; la conversión en esclavo de María Polozoff, su humillación y
oprobio hasta su caída en desgracia y el regreso a San Petersburgo. La
aparición de la crucecita moviliza a Sanin a saber qué ocurrió con Gemma.
Fluido, el relato discurre entre
escenas de amor, disputas caballerescas y juegos de seducción que atraviesan
toda la trama. Maestro en el arte narrativo, con un estilo literario sólido y
con inmejorable elaboración psicológica de personajes, Turgueniev construye un
clásico triángulo, oponiendo al más prístino y puro amor entre jóvenes en una
experimentada mujer en la lid de la conquista y el capricho.
Finalmente, el texto, relativamente
breve, permite entrever parte de la sociedad de su tiempo. Allí están los
matrimonios arreglados por conveniencia, el destacado rol del comerciante
burgués aunque palurdo, las ínfulas de los recién llegados y, en medio de esto,
la defensa del honor, la caballerosidad y la timidez propia de dos adolescentes
que hacen sus primeras armas en el amor. Una obra concisa, bien narrada… y bien
rusa.
De Turgeniev tengo pendiente "Humo", compré una edición de 1976 (Círculo de Amigos de la Historia), hará más de un año... y ahí está esperando.
ResponderEliminarMe gusta ese final de tu comentario: "...y bien rusa", creo que eso lo dice todo, la confrontación psicológica en manos de un escritor ruso suele ser un ejercicio literario magistral.
Aprovecho para decirte "hasta luego", amigo Marcelo, en realidad no estaré muy lejos de ti, voy a Perú, donde permaneceré un mes y algunos días, estaré "off line" todo ese tiempo, salgo en unas horas. Cuídate amigo, ya nos contamos al regreso.
Creo que 'Humo' es el último que me queda por encontrar. El resto, anda dando vueltas por aquí. No te pierdas a este maestro ruso; vale lo que escribe.
EliminarPero, Paco... puta madre! ¿Por qué no me has avisado que te venías para América? Quizás podría haberme dado una vuelta para compartir una charla, hombre!
Espero que lo pases bien en Perú, y puedas dedicar algunos momentos a buenas lecturas. Ah! Llévate libros y toma fotos! También será una manera de que estemos presentes todos los que te seguimos, ¿si?.
Un fuerte abrazo, Paco. Buena estadía y disfrute, amigo!
Así que "bien rusa", jaja. Me imagino que te refieres a la psicoanálisis antes de que la inventara Freud y no a hectolitros de vodka para intentar paliar el sufrimiento del alma de la raza superior que habita aquellos lares...
ResponderEliminarun abrazo
Hey, paisana! Que no todo es alcohol y frío en Rusia, jaja. No hace alusión peyorativa al lumpenproletariat. Más bien, alude a la naturaleza evasiva de las mujeres y a la dificultad de identificar 'el momento apropiado' para hacer una propuesta. Digamos que son 'problemas de incomunicación'.
EliminarOtro abrazo grande, Agnieszka.
Bien rusa, bien triste, porque hay que ver lo que le gusta un drama a esta gente y el dolor. Ya te digo que el hombre este me cae mal, el Sanin me refiero y ella también, la señora esa a la que no se le resiste nada. Vamos, que no leo el libro para ahorrarme un cabreo.
ResponderEliminarUn beso de final de verano para vos.
Ya sabía yo que me ibas a aflojar, Norah. ¿Es que no hay novela de origen ruso capaz de emocionarte? -Y éste no sería el caso-.
EliminarPor otra parte, esa señora a la que nada se le resiste... ¿no es un poco así cualquier joven bonita de 22 años? Tú, en ese trance... no, ¿no? Pues claro que no; seguramente, no.
Un beso de primavera, que anda dando vueltas...
La suerte es la mía jajajaj que has reseñado uno de los pocos Turgenev que me quedan y la verdad, imposible resistirse tras tu reseña, de repente me ha apetecido desempolvarlos, porque tengo una cantidad de clásicos rusos que he ido comprando para leer con detenimiento. Este es el próximo fijo. Un abrazo :)
ResponderEliminarA mi también me quedan pocos Turgueniev, Yossi. Espero que lo disfrutes tanto como lo he disfrutado yo. Cada tanto está bueno desempolvar un ruso, ja, ja.
EliminarUn fuerte abrazo!
Hola ¿qué tal? Soy nueva en tu blog, y me he sumado a tus seguidores. Me gusta mucho cómo nos haces las reseñas, así que me alegro de haberte descubierto.
ResponderEliminarEchando un vistazo a tu blog, he descubierto libros muy interesantes que no conocía. Me alegro encontrar un blog que reseña más allá de libros puramente juveniles. A mí personalmente me gusta leer de todo, también juvenil, pero a veces cuesta más encontrar opiniones de otros géneros.
Me haría mucha ilusión encontrarte por mi blog, te espero.
Eva.
Hola, Eva. Bienvenida! Gracias por tus líneas; aquí encontrarás una opinión de aquello que leo, desde el punto de vista de un lector no formado en el área de Letras. No hallarás un análisis literario ni una crítica de valor; sólo honestidad.
EliminarEn breve, paso por tu espacio. Gracias por darte una vuelta por aquí.
Un beso.
tengo pendiente a este autor, este año he leído a Dostoievsky y a Tolstoi...veré si para el pròximo año le hago un hueco ;)
ResponderEliminarun beso,
Ale.
Es uno de mis rusos preferidos. Es directo y crudo. Siempre encara algún aspecto de índole emocional; en este caso, la relación entre un hombre indeciso de conquistar a una monja, y una monja no muy convencida de su vocación.
ResponderEliminarGracias por pasar, Ale. Un beso!