Fue
la casualidad la que me llevó a armar este Pelibro. Buscando una copia de otro
film en la góndola de una tienda, di con él y recordé que tenía la novela de
Vian. Posteriormente, una recomendación de ésta por parte de la conductora de
un programa local de TV que habla sobre libros, acercó su momento de lectura.
Libro
Boris Vian (Alianza, 2010)
La novela narra la historia de dos
parejas de jóvenes amigos -Colin y Chloé, Chick y Alise- a medida que van
dejando atrás la adolescencia y la despreocupación y se topan con la dureza de
la vida a la vuelta de la esquina. Colin, un joven apuesto y con fortuna, se
enamora de la bella Chloé durante una fiesta y en un breve tiempo deciden
casarse. Chick, amigo de Colin y de escasos recursos, estira el momento de
hacer lo propio con Alise, por el prejuicio de que sus padres no aprobarán el
matrimonio debido a su falta de dinero, aún con un título de ingeniero en su
poder.
El libro de Vian abunda en guiños al
lector –v.g., Chick es un obsesivo fan del escritor Jean-Sol Partre- y en
elementos de carácter onírico y surrealista –como que un ratón que acompaña a
Colin interpreta a éste moviendo la cabeza-. A medida que el lector se adentra
en el texto, estos elementos se hacen mucho más presentes, logrando desdibujar
un poco el relato pero brindándole golpes de efecto realmente ingeniosos –Chloé
se enferma de un nenúfar en su pulmón; la casa donde viven comienza a achicarse
al reducirse los recursos, etc.-, sin perder equilibrio narrativo.
Fluido y llevadero, el texto
comienza como una historia de amor y, con el paso del tiempo –y de las páginas-,
ese amor transita el dolor, el desánimo, la frustración. Todo aquello de lo que
se nutría se va desvaneciendo hasta deshacerse en el olvido. Eso sí, la
prodigiosa imaginación de Vian combina cierta dosis de realismo mágico con los
sueños y esperanzas de sus personajes principales, que resultan una metáfora
sobre la pérdida de la inocencia, de ese paraíso de romance e idilio perfectos,
propios de la juventud, dando paso a un mundo que aparece como hostil y
displicente, que encarna la vida adulta.
Con una prosa directa, escenas que
alternan humor y desencanto por igual, con sardónicos personajes secundarios
que apuntalan el relato –como el gracioso doctor Tragamangos, que no sabe nada
de medicina pero cobra un dineral la consulta- y una evolución adecuada de la
trama, el libro bien puede leerse en una tarde, dejando como poso un sabor
agridulce hacia el final, donde todo se resuelve en un par de hojas. Algo
exótico e interesante.
Film
Michel
Gondry (Brio Films & Studiocanal, 2013)
El
film se apega bastante bien al argumento original de Vian presentado en la
novela. A mi parecer, la versión cinematográfica contiene dos aciertos y dos
errores.
Entre los aciertos se cuentan las
actuaciones de sus roles protagónicos. A cargo de Romain Duris y Audrey Tautou,
acompañados por un reparto en el que destaca Omar Sy – el asistente de ‘Inseparables’-
son sólidas y convincentes; nada se les puede reprochar. Además, la puesta en
escena es soberanamente imaginativa y capta la esencia de la atmósfera que el
autor quiso transmitir a sus lectores.
Pero esa misma imaginación febril
del director, que expone toda una gama de efectos y posibilidades -que dividen
su existencia entre la naturaleza onírica, la fantasía ilusoria y el más típico
surrealismo-, atenta contra el relato en sí, de manera que el espectador no
sabe bien si atender a la coherencia narrativa de los sucesos o perderse en las
múltiples variantes que Gondry ofrece a la hora de dispersarse. En ese sentido,
el director deja poco margen a la elaboración personal de las escenas, que muy
bien demarca Vian con el fin de que el lector participe, construyendo el resto
de la historia que él no escribe.
Por otro lado, el puntilloso detalle
que Gondry sostiene a lo largo de la historia se vuelve, por momentos, tedioso
y sin relieve, toda vez que no aporta más que el comentario de ‘qué ingenioso y
original’, sin ningún otro trasfondo.
Con ello, la película resulta
ocurrente y abundosa en escenas fantasiosas –con base real en el texto de la
novela-, pero recorre un camino mucho más sugestivo y autónomo, ausente en aquella.
Para el público habituado a un film donde el argumento se sostiene a lo largo
de él, éste le parecerá algo deletéreo y liviano, con tendencia a lo anodino y
efímero. En cambio, para los más artísticos, seguro les deparará excelencia de
imágenes y simbolismos. Como en todas las áreas de esta vida, cuestión de
gustos.
Testimonio del noveno Pelibro
No sé. Me llama la atención en parte y por otra temo que sea una de esas obras que solo entiende el autor. Igual se le va la mano con los elementos surrealistas que no me suelen gustar. Cuando terminé de leer la reseña de la novela pensé : pues veo primero la peli y si me gusta, ya le doy al libro.
ResponderEliminarLo malo es que cuando acabé la reseña de la peli cambié de opinión y ahora creo que si me gusta algo será el libro.
Está todo muy claro.
Besitos de pascua.
El libro resulta más llevadero que la peli, aunque cada uno tiene su brillo y su zona oscura. En lo personal, me quedo con el libro.
EliminarNo es inentendible; más bien utilizan -tanto Vian como Gondry- metáforas y alegorías para dar a entender los cambios que conlleva la vida.
Lo bueno es que el libro es breve; la peli dura poco más de dos horas.
Besitos santos.
Me da cierta vergüenza, pero con Boris Vian tengo el dudoso honor de poseer la mayor cantidad de libros en posesión sin leer. Por curiosidad cuando vi tu reseña ayer, excavé en mi biblioteca y encontré 7, y todos sin leer, no sé la razón, pero debo solucionarlo, cuando pase la crisis lectora que me posee,:)
ResponderEliminarEste tengo, claro, así que no es mal sitio para solucionar mi pobre curriculum con Vian
un abrazo
Hola, Wine
EliminarY yo que pensaba que era el único sacrílego que tiene las obras completas de Shakespeare y no leí ninguna...
Es un libro interesante además de breve. Quizás sea una buena ocasión para comenzar con Vian. No tengo otros de su autoría, así que no puedo allegarte otras posibilidades. Ensayo y error, ya sabes...
Un gran abrazo.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarPor mis estantes está "Escupiré sobre vuestra tumba", un libro duro, incluso en los tiempos actuales. B. Vian hizo de todo, músico, poeta, novelista, periodista, ingeniero... Con esa mirada poliédrica se puso a escribir y no dejó indiferente a nadie, nunca le interesó ser políticamente correcto, fue un "outsider".
Veo cierta pretensión de Houellebecq por "ponerse el traje de B. Vian", pero creo que le viene algo grande...
No es una escritura fácil, a B. Vian, muy especialmente, hay que buscarle el momento idóneo... Lo que no deja de ser desconcertante, pues nunca he tenido claro cual es el momento adecuado para este escritor, mejor que sea fruto de un arrebato cualquiera.
Veo que la película no sale tan mal parada, interesante pues.
Un abrazo, amigo!
Hola, Paco!
EliminarNo estaba al tanto del carácter polifacético de Vian, así que algo nuevo me has aportado.
No creo que Houellebecq de la talla de Vian; especialmente porque si bien ambos explotan la provocación, Vian es mucho más sutil y creativo.
No, no hay momento oportuno; lo encaras o -como Wine- lo acumulas en los estantes.
Respecto de la peli, no dista mucho del texto de Vian y las actuaciones son sólidas, pero abunda en imágenes y escenas fantasiosas que terminan ahitando al espectador, como cuando te pasas de comer la cantidad máxima de algo que te place.
Si haces la experiencia, cuéntanos!
Un gran abrazo, pibe!
Recuerdo cuándo llegó a mis manos Escupiré sobre vuestra tumba. Con ese título, en plena adolescencia ¿cómo no leerlo? Y cayeron unos cuantos de Vian por aquel entonces, en esos momentos no cabe duda que me curtió como lectora, porque no es un autor fácil. Pero sí necesario.
ResponderEliminarUn abrazo
Éste ha sido mi primer Vian y me gustó mucho, aunque reconozco que no es para cualquier público lector.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí, Ana.
Un abrazo grande.