Akal, 2008
I.
Dicen que fue Gorki quien rescató
del anonimato a Leskov y lo puso entre los grandes: Tolstoi, Gógol, Turguéniev
y Goncharov. De todas maneras, parece que la edición presente recoge dos
puestas en escena de sendas obras del gran bardo inglés, en versión actual. En
mi caso, primero fue la novela de Barnes sobre Shostakovich, que evocó el
título homónimo de su ópera. Luego, la inclusión de este título con otro de
Turguéniev –uno de mis escritores rusos preferidos-. Finalmente, la posibilidad
de comparar ambas obras de arte: las literarias y la musical.
II.
Ésta narra las peripecias de
Katerina Lvovna Izmailova, de veinticuatro años, casada con un comerciante de
la región de Kursk que la dobla en edad y quien convive en una suerte de bunker, junto a su marido y a su suegro.
El tedio a que se ve sometida, inmersa en una vida acomodada pero sin mayores
aspiraciones, se sacude con la llegada de Serguéi, un joven y apuesto servidor
quien, en ausencia del marido –que intenta reparar un molino de su propiedad-
corteja y quiebra la voluntad de la señora. Adulterio, sexo desenfrenado y
asesinatos son las derivaciones lógicas de este drama pasional, antes del
presidio y la condena.
III.
Leskov se las ingenia para que su heroína no
se detenga ante ningún obstáculo. Frente a ella, gigante en su talla, opone a
un timorato y ladino Serguéi quien se sabe dominador de la situación, capaz de
renunciar a su amor por conquistar otro corazón. Cuando ocurra, y Katerina se
sienta desplazada, emprenderá acciones tendientes al trágico final que persigue
a todo héroe.
IV.
Con escasos elementos, pero con
personajes psicológicamente bien delineados, Leskov construye una historia que
no irá a la zaga de Shakespeare. Lo sustancioso del relato es el contrapunto
entre el aburrimiento supino a que se ve sometida una joven en un ámbito rural,
sin contacto con el mundo exterior, y su verdadera esencia de mujer, despertada
por un servidor arribista, a quien el compromiso le sienta mal. Lo demás, son
condimentos de la historia: celos, despecho, ira. Con estilo coloquial, resulta
una buena historia.
V.
Párrafo aparte merece la poco
difundida obra de Shostakovich basada en esta historia. Su heroína es más
ambiciosa, sensual y erótica que la de Leskov, aunque destaca el medio cruel en
el que se mueve su personaje principal. Hay una clara intención del compositor
de que el público sienta empatía por Katerina, de manera que sus actos criminales
puedan considerarse la única salida que tenía disponible. No soy entendido en
el área, pero merece la pena escucharse al menos una vez. La versión en mi
poder no es descollante, pero sirve a los fines. Una buena combinación
artística.
Leskov junto a la versión de Myung-Whun Chung de la ópera de Shostakovich
Lo que sí empieza a ser descollante es mi deuda con los rusos, que mira que he apuntado pero no les llega la hora. Ahora en el verano que habrá más tiempo igual hay suerte. Sé que ya no me crees pero no me importa. Yo sí.
ResponderEliminarBesitos verdaderos
Ya estamos para hacer la continuación de `True Lies´, aunque yo no doy el perfil de Schwarzenegger.
EliminarHazle un lugar a alguno de ellos este verano, y nos cuentas.
Besitos pacientes.
Conocía antes la opera de Dmitri Shostakóvich que el origen de la novela, es decir Leskov, y no sé si es porque no me gustó mucho aquella versíon de Deutsche Grammophon, pero , sumado a lo que tú sabes :), me costaría comenzarla...
ResponderEliminarun abrazo
cuídate de Deutsche Grammophon
Sí, entiendo... La ópera de Shostakovich resucitó del olvido al leer el libro de Barnes. Lamentablemente, la edición de DG era la única disponible. Tampoco a mi me convenció.
EliminarEn Deutsche conviven la biblia y el calefón; hay maravillas y bodrios absolutos.
Un fuerte abrazo.
Como dices tú: cuídate de la Literatura Rusa del XIX