Maeva, 2007
I.
He pasado muchos años sin encarar
una lectura de origen egipcio. Creo haber leído a Mahfuz en mi juventud, aunque
no estoy muy seguro. Apunté éste cuando vi un comentario en la Red y decidí
darle una oportunidad, intercalándolo con lecturas que requerían más largo
aliento. Al finalizarlo, me encontré gratamente sorprendido con una añosa
reseña de Andrómeda, quien visitó este mismo libro cerca de una década atrás.
II.
El título alude a un edificio sito
en pleno El Cairo, construido en 1934 por Hagop Yacobián, que se convirtió en
un emblema de suntuosidad y que, con el paso del tiempo sufrió los embates de
los cambios sociales. Ambientado hacia mediados de los ’90, Al Aswany nos
detalla sus días de esplendor hasta alcanzar su actual decadencia. Para ello,
se vale de las historias de algunos de sus habitantes, a quienes no sólo
podemos seguir en su singular derrotero sino también conocer cómo se vive en el
Egipto actual.
III.
La gama de personajes que se da cita en el
libro permite establecer estereotipos que pertenecen a distintas clases
sociales. Allí se reúnen un hombre de recursos, eterno enamorado de las
mujeres; el hijo del portero, que intenta acceder a un puesto en la Policía; su
novia, cuyos atributos físicos le abren puertas no siempre respetuosas; el
exitoso comerciante que pugna por una banca en la política y el abogado
homosexual que busca pareja estable.
La versión digital, gentileza de Epublibre
IV.
Todas estas historias están
descriptas minuciosamente –incluidas las escenas de sexo hetero y homosexual-
de modo que el lector va siguiendo cada una de ellas desde el inicio hacia el
desenlace. Al estar alternadas entre sí, mantienen la tensión sin pérdida de
interés. Por otra parte, el autor utiliza la trama para ofrecer una mirada
crítica sobre la extendida homosexualidad urbana, la falta de medios que
conduce a la prostitución, la corrupción entorno a los cargos políticos, la violencia machista ejercida sobre los derechos de la mujer y la
falta de equidad que favorece la radicalización fundamentalista.
V.
De estilo directo, con una prosa
fluida, diálogos bien provocados y una galería de personajes principales y
secundarios memorables, Al Aswany compone un friso pintoresco de la sociedad
cairota cosmopolita, con los avatares propios de las grandes metrópolis sin
resignar las particularidades que establecen la política, la religión y la
sociedad de masas. Un libro más que interesante.
He intentado dos veces leer este libro, y he empezado y y he vuelto ha empezar, pero me trabo, llega un momento que fluye la lectura pero no la supero, no la puedo superar. No sé la razón, porque todo discurre bien, pero la corriente tiene trabas y no hay sirga que me haga remontarla. Es una pena, porque como a ti te ha gustado he recibido opiniones muy positivas de él, pero dejaré pasar el tiempo, y las lluvias traerán otras aguas, y las sirgas igual vuelven a ser consistentes y puede que me ayuden a remontar esa corriente.
ResponderEliminargracias
un abrazo
cuídate
Hola, Wine!
ResponderEliminarLlama poderosamente mi atención tu comentario, puesto que yo no he tenido problema con su fluidez. Es cierto que quizás la estructura fragmentada de las historias redunden en problemas de ilación, pero los episodios narrados son bastante acertados, y reflejan una realidad social como solo las buenas letras saben hacerlo.
Seguramente, un próximo intento te permitirá afrontarlo sin problemas. Al fin y al cabo, yo pude pasar del ciento de páginas de 'Cien años de soledad' después del séptimo intento...
Un abrazo para ti.
Un libro más que apuntado. Conocí esta historia a través del cine, creo que la peli estuvo nominada a los Oscar o algo así y la vi, después tenía intención de leer el libro pero se quedó en intención. Así que la peli me debió de gustar aunque recuerdo pocas cosas.
ResponderEliminarPor cierto, que hace muchos años yo también leí a Mafuz.
Besitos que comparten recuerdos.
Alguien de mi entorno me comentó acerca de la película, pero no he tenido la ocasión de verla. ¿Estará disponible? Si tú dices que estaba buena...
EliminarLas historias están muy bien narradas y son enteramente creíbles.
Besitos que también comparten sensaciones.
Desde aquí, El Cairo se erige como una ciudad plena de exotismo, caótica también, una ciudad cosmopolita y moderna que se entremezcla con imágenes y costumbres remotas, supongo que esa dualidad se refleja en la sociedad y, a su vez, en los personajes del interesante libro que nos traes.
ResponderEliminarNo conocía a este autor egipcio, tomaré nota. Gracias, Marcelo.
Un fuerte abrazo!!
Coincido con tu apreciación, Paco. Pasa algo parecido con Estambul.
EliminarDebe ser que ambas ciudades combinan una cultura de origen musulmán con algo de la vida de Occidente.
Espero que sea de tu agrado, si lo lees.
Un gran abrazo, campeón!
¿Y a quién no le atrae Egipto? Tenemos una imagen de exotismo desde Europa, falso, pero aun así me atraerá siempre aunque posiblemente no lo visite nunca (aunque quién sabe). He leído a Mahfuz y me encanta y aunque sé que he leído a otro autor o autora egipcia ahora no lo recuerdo (buscaré a ver si lo encuentro). El libro que reseñas no lo conozco pero lo que cuentas me interesa, veremos :))
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Perdona, U-to... pero no te creo. Tus ansias viajeras no decrecen con el paso del tiempo; simplemente, me remito a los últimos años, donde has estado en varios lugares: Berlín, Irlanda, etc.
EliminarPuede que hayas leído a Nawal El Saadawi, más cercana a los temas de tu interés.
Éste, no tiene desperdicio. Es una novela y también una observación crítica de la sociedad. So lo ves por allí, dale una oportunidad.
Un gran abrazo para ti.