También el caracol, 2019
I.
Leí un comentario en una revista y
lo apunté. Siendo el autor amigo de Kawabata no podía dejarlo pasar. Para
colmo, el volumen era breve. Lo encontré en una librería donde comparten
espacio títulos de editoriales de escasa tirada o, como es el caso, noveles que
se lanzan al albur del éxito de ventas, basadas en textos marginales o de autores
poco difundidos. La presente es una traducción local y un esfuerzo importante
realizado por amantes de las letras orientales.
II.
El libro está compuesto por cinco
relatos de diferente extensión. Las preocupaciones por la vida de una sobrina recién
nacida, por parte de un tío adolescente que se enamora de ella; las diversas
historias por las que cinco pasajeros desean abordar con premura una carreta
que los conduzca a la ciudad; la desesperación de un joven marido que ve
apagarse la vida de su esposa; los recelos mutuos de un par de dependientes por
robar la fórmula de un colorante que los haría ricos y la fuga de un grupo de
trabajadores -que han sido estafados por su empleador- por salir de su
hospedaje sin pagar no parecen tener un hilo común. Sin embargo, Yokomitsu
captura las sensaciones, las elucubraciones de los personajes, los motivos y
las acciones construyendo algo así como una literatura
de la percepción.
III.
Con diálogos afilados, protagonistas
bien delineados psicológicamente y escenas que alcanzan un lirismo sin par, en el
estilo oriental habitual pero con buen ritmo narrativo –raro para textos de
origen nipón escritos entre 1921 y 1931-, Yokomitsu nos cuestiona cuánto de lo
que percibimos termina siendo como lo suponemos y en qué medida somos los
únicos artífices de lo que acaba por ocurrirnos.
IV.
El texto se acompaña del Obituario
de la muerte del autor -acaecido en 1948-, escrito por Yasunari Kawabata, en un
sentido homenaje a quien fuera su amigo, y de un Estudio Preliminar a cargo de
Miguel Sardegna, que sugiero leer a
posteriori porque sus líneas develan gran parte de cada historia. El único
baldón es que la presente traducción utiliza giros y modismos propios del
lenguaje local con lo que, en aras de una mejor llegada al público nacional,
restringe en cierta medida al resto, nada desdeñable, de habla hispana. Aún
así, es buena ocasión para incursionar en él.
Qué título tan curioso y qué curioso también el nombre de la editorial.
ResponderEliminarComo por fin he conseguido conectar con la literatura oriental y por tanto le he perdido el miedo, y como me gusta leer relatos y estos me han llamado la atención, me lo apunto.
Un abrazo
Es algo distinto a lo clásico de Mishima, Kawabata o Akutagawa, todos escritores del mismo período. No soy de relatos, pero a la librera que me lo sugirió le había gustado mucho.
EliminarRealmente, están muy bien.
Ojalá lo disfrutes, Lorena.
Un abrazo para ti.
Me gustan dos cosas, no, mentira, tres. La portada, los diálogos afilados y sobre todo, las sensaciones. Y si vienen de oriente me ganan aunque lo del adolescente no sé yo... De momento me lo apunto para buscar y luego pensaré qué hago.
ResponderEliminarBesitos veraniegos
Todos los relatos son interesantes; muestran facetas que no aparecen en otros libros, ni en novelas de extensión variada. Sospecho que te han de gustar.
EliminarBesitos confiados.
Me pasa como a Lorena. Me voy haciendo con la literatura japonesa y creo que ya me he hecho con los relatos. Lo que resumes de estos me parece muy atractivo por lo que tomo nota, aunque imagino que será difícil encontrarlo.
ResponderEliminarUn beso.
Es posible que aún no haya llegado a esas costas, Rosa, pero tengo la esperanza de que lo haga. Vale la pena hacer la experiencia, realmente, aún a pesar su traducción 'aporteñada'.
EliminarUn beso para ti.
Hola!!
ResponderEliminarMe lo apunto. Tengo muy muy pendiente leer literatura asiática, y ya tengo una lista curiosa de títulos para poner remedio a esta actividad que tengo tan pendiente. Ahora estoy en pleno reto de no comprar libros hasta bajar la pila de pendientes, pero cuando pase, de entre los que están en la lista de deseos los de literatura asiática van a ser los primeros. A País de nieve, de kawabata, le tengo especial ganas.
Un saludito!
Una advertencia, Lectora: no es lo mismo chino, que coreano, que japonés. Son sociedades muy disímiles.
Eliminar'País de nieve' fue mi primer libro de origen japonés; un muy buen libro. Si lo lees con disposición sensible, te encantará.
Un beso para ti.
No conozco a este autor, o al menos no lo recuerdo, sin embargo no dejo de apuntar a autores japoneses porque casi todo lo que he leído me gusta, ( menos el más famoso ahora .))
ResponderEliminarEso que escribes que el prólogo habla más de lo que debe es algo muy común en las editoriales , nunca he entendido tamáña estupidez por su parte; pero bueno... ya no leo nada de prólogos ni entrantes, ni comentarios de poesía ni nada que se le parezca en los primeras páginas de los libros.
un abrazo
cuídate
Me gusta tu escepticismo, Maestro, que de alguna manera comparto. Yo también me los salteo, y cuando los encaro, a final de la obra me digo 'menos mal que lo salteé'. En otro registro, no se por qué R. Fresán se la pasa haciendo prólogos que nada aportan -previamente- a diversas obras, como las de McCullers. ¿Es que ellas necesitan presentación? Y después de leídas... ¿a quién importan?
EliminarYendo al libro, habrá de gustarte. Posee cierta sensibilidad, no exenta de crítica.
Un gran abrazo.
Me atrae mucho este libro, desconocido para mí, como su autor.
ResponderEliminarIgual que Wineruda, estoy ojo avizor con las letras niponas, muchas gracias Marcelo por la muestra.
Abrazos!!
Nada tienes que agradecerme. Cuando me encuentre con la librera averiguaré si la editorial ha enviado ejemplares a vuestra tierra, y les aviso a ti y a Wine.
EliminarEl libro vale la pena; es algo diferente a lo que solemos hallar en las letras japonesas.
Un abrazo, campeón!