Anagrama, 2015
I.
Contra las habituales expectativas
que despierta el encarar un libro escrito por un inmigrante, donde el acento muchas
veces se pone en reflejar los problemas de adaptación al país huésped, las
dificultades con el idioma, el probable rechazo de raza y la pertenencia al
grupo étnico local ya instalado -para mantener costumbres, ritos religiosos
o enlaces entre familias, por citar tópicos comunes-, Sharma sorprende con una historia
focalizada meramente en una familia.
II.
Ajay Mishra es un niño de ocho años
que vive en Delhi hacia 1970. La violencia del clima político alienta a su
padre a buscar nuevos horizontes, dejándolo en India con Birju –su hermano
cuatro años mayor- y Shuba, su madre, mientras él se abre camino en Nueva
Jersey. Un año después, la familia viaja a instalarse junto a aquél. Birju, el hijo
inteligente y favorito de los padres, poco después de haber sido aceptado su
ingreso en una institución de renombre, durante unas vacaciones veraniegas en
casa de su tía, sufre un accidente inesperado que lo deja postrado y casi en
estado vegetativo, sin oportunidad de recuperación alguna. Cómo afectó este
hecho a los Mishra, es lo que nos narrará Ajay en primera persona, muchos años
después.
III.
Ajay ha vivido bajo la sombra que
proyectaba su talentoso hermano mayor mientras éste se hallaba bien. El
accidente cambia la hasta entonces equilibrada vida familiar. Primero, porque
Birju necesita atención continua en una clínica; luego, porque el ingreso
familiar ya no permite abordar los costos y se deciden por el traslado al hogar,
lo que hace más difícil la convivencia del resto de los miembros. Por último,
la presión que ejerce la situación lleva al padre al alcohol como refugio; a la
madre a transformarse en una enfermera de tiempo completo y a Ajay a tener que
obtener el nivel de perfección en sus estudios como si fuera su hermano. Menudo
cuadro.
La versión digital, gentileza de Epublibre
IV.
El acierto de Sharma radica en
utilizar la mirada del niño que crece, narrando con sus propias acotaciones –a
veces ingenuas; otras, con cierto humor-. Así, la tragedia familiar se vuelve
llevadera, sin generar compasión en el lector. Además, el tono narrativo, neutro
y carente de sensiblerías, fortalece la historia que, dicho sea de paso, no posee
elementos que conduzcan a lágrima ninguna. No obstante, entre líneas se repasan
las relaciones entre cónyuges, la vida social tanto del protagonista como de su
familia y los problemas que apareja el alcoholismo.
V.
En suma, una novela de inmigrantes atípica, con
personajes creíbles y cotidianos, que habla del arte de enfrentar las
adversidades, sin mártires ni demonios; sólo con voluntad férrea y la lucha
diaria por sobrevivir. Un libro interesante.
Pero con una historia así tiene que llegar al lector, no quedarse en esa frialdad que supone solo narrar hechos y hacer crónica. No sé, en una historia como esta resulta necesaria esa emoción y conmover al lector. Pero me gusta la idea y el tema de los inmigrantes. No sé si me apuntaré.
ResponderEliminarBesitos dudosos
No podría tildarlo de frío, pero bien se cuida de no caer en sensiblerías. Mantiene cierto grado de emoción, contenido. Además, si no contara esta historia sería repetitivo con otros muchos. En sí, me ha parecido original.
EliminarBesitos ¿aclaradores?
Tiene buena pinta. Un mundo difícil el de esta familia, un mundo difícil el de tantas. Y la forma de enfrentarlo que nos hace únicos. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que por ahí viene el tema: la forma de hacerle frente a una adversidad semejante. Lo bueno es que he encontrado una buena historia en un libro que no deja de ser 'de inmigrantes'.
EliminarOtro abrazo para ti, Ana.
Qué interesante Marcelo. Todo un drama, pero es que las vidas de las gentes migrantes suele tener ese sesgo de drama por diversos motivos. Como dices es una buena historia y eso siempre me atrae de una novela.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Lo que sorprende del texto, U-to, es que no se trata de otra historia de migrantes, sino de lo que les ocurre tras el accidente del hijo mayor.
EliminarSi bien los problemas de la migración secundan todo el texto, el foco está puesto en las relaciones personales entre los miembros de la familia, y los pocos aledaños con quienes comparten su diario vivir.
Si quieres, no es novedoso, pero sí original debido al entorno.
Un fuerte abrazo para ti!
Siempre miro el origen de estos autores de regiones que no domino demasiado como la India o Pakistan, porque siempre veo un enfoque radicalmente distinto de la cultura del país si el autor es nacido o emigrante; por ejemplo: la maravillosa Gita Mehta, Hindú, tiene una visión de su cultura totalmente diferente a Shalman RUshdie, (punto medio de cultura inglesa e hindú) o de Jhumpa Lahiri ( a la que curiosamente critícan su cambio de registro al traladarse de EEUU a Inglaterra); quiero decir que la visión del mundo del emigrante se suele parecer a ese dicho que dice que un emigrante termina siendo extranjero en su patría y en la emigración, quizá por el hecho de idealizar, o todo lo comtrario, su patria y cultura o de revolver todo su legado y su aprendizaje. Por lo que veo Akhil es de eduación americana, si se parecieran sus escritos a Jhumpa Lahiri serían un lujo. ( Y dicho bajito... si se parecieran a Gita serían maravillosos),
ResponderEliminargracias
Yo sólo leí 'El buen nombre', de Lahiri, libro que me gustó y que muchos autores posteriores han tomado de modelo. De Salman, 'Los versos satánicos' que tanta fama le han brindado.
EliminarSharma es de educación americana, sí, pero el libro está en otro registro, aun cuando no puede dejar de mencionar su ascendencia. Es una historia que bien podría ser narrada por cualquier inmigrante, con el aditamento de las características de una familia de origen indio.
Nada sabía acerca de Gita. Veré qué puedo hallar.
Un abrazo, Maestro.
En anagrama están RAJ Y SUTRA DEL RÍO, esta última es magistral.
EliminarGracias por el dato, Maestro. Difíciles de encontrar por esta periferia.
EliminarPues sí, parece una novela de inmigrantes atípica. Si bien las más típicas contribuyen a que nos pongamos en su lugar, estas otras nos muestran que bajo diferente piel todos somos parecidos. Me ha llamado la atención.
ResponderEliminarUn abrazo
Es eso lo que también llamó mi atención; no plantea el desarraigo sino cómo a una familia de inmigrantes le afecta algo que bien podría pasarnos a todos, aunque en este caso, lejos de su tierra y su gente.
EliminarUn abrazo, Lorena.