I.
Segunda entrega bajo esta etiqueta.
Este menudo libro es fruto de la compilación de una conferencia brindada por la
autora en 1928, a un grupo de féminas interesadas en el vínculo entre las
mujeres y la novela. Woolf, con su proverbial dominio de los avatares
literarios, abrió la misma diciendo que toda mujer que desee dedicarse a la
escritura debe contar con un cuarto
propio y una renta de quinientas libras al año (un monto importante para
ese momento). Ella misma había heredado de una tía esa suma, que le permitía la
independencia económica, indispensable para poder centrarse en las letras.
II.
Pero no quedaba claro lo de la
habitación propia. Para ello, acude a la Historia de Inglaterra y a su
literatura, develando que hasta mediados del siglo XIX las mujeres estaban
destinadas al hogar, la procreación y el sostén de la casa; que eran los
hombres los encargados de la provisión de ingresos suficientes y, con ello, de
detentar el poder y ejercer la dominación de género. No tenían acceso a una
educación formal e igualitaria y poco menos que se las consideraba incapaces de
pensar por sí mismas. Sus matrimonios eran arreglados entre familias, sin
elección posible y la extensa prole las sometía a una suerte de esclavitud, que
solo era liberada por la muerte, a veces temprana. Hasta diez años antes de esa
conferencia, no poseían derecho al sufragio.
III.
Cuando repasa las estanterías
cargadas de libros que hablan sobre las mujeres, nota que siempre son hombres
los autores de ellos, en su mayoría emitiendo juicios de menosprecio e
inferioridad, concluyendo –acertadamente- que sólo buscaban una justificación
para su supuesta superioridad, sin argumentos que lo fundamentasen apropiadamente.
Por otra parte, las mujeres no poseían un lugar donde guardar su intimidad;
generalmente, se les asignaba la sala común, donde abundaba el griterío de los
niños y el quehacer de la servidumbre, si la había. Un lugar imposible para
poder concentrarse en la elaboración de versos u oraciones destinadas a
cualquier creación literaria.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
Bajo su singular mirada, Woolf analiza y
desnuda cada una de las luchas que el género femenino debió (y debe) enfrentar
a la hora de lograr que una sola de esas mujeres pudiera (y pueda) alcanzar
cierto renombre como escritora. Las pocas que cita, como era de esperar,
pertenecían a una clase acomodada, a la que solo tuvieron que dar la espalda a
las habladurías de la sociedad, con el costo de que sus obras fueran desestimadas
como ‘género menor’ y, por ello, destinadas al olvido.
V.
Con una prosa directa y efectiva
–preparada de antemano para ser leída-, documentada abundantemente con
ejemplos, sin eludir la importancia de los conflictos bélicos (de Crimea y la
Primera Guerra) en los cambios sociales que se suscitaron a partir de ellos,
esta conferencia resulta una arenga que alienta a dejar atrás la visión
machista y conservadora del rol que les han endilgado, en aras de procurarse un
sustento y un espacio que les permita acceder al ejercicio de escritura. Una
gran herencia de Woolf, no solo para mujeres de cualquier tiempo sino también para
todo buen lector.
Hola. Cada cierto tiempo (poco) sale una edición nueva de este libro, con todo tipo de variantes en cuanto a aspecto. Y yo sigo haciéndome la remolona. Woolf me provoca algo curioso, me gustan mucho sus diarios, editados por su marido en una edición que ya tiene solera. Me gusta lo que piensa y cómo lo expresa pero hasta día de hoy he sido incapaz de leer una de sus novelas haciendo intentado Al faro, Las olas y la Sra Dalloway en diversas ocasiones.
ResponderEliminarEn fin, que sí, que un día leeré su estimulante discurso pero no me comprometo a dar fecha.
Besitos desastrosos
Es un ensayo interesante, pues historia la evolución de la lucha femenina por la emancipación de la sociedad patriarcal y machista. Y es muy certera en sus apreciaciones.
EliminarSi ninguna de esas novelas te ha resultado, prueba con 'Orlando', desde donde yo a comencé a frecuentar a Woolf.
Besitos sugerentes.
Es un libro muy interesante. Recuerdo ese paseo por la literatura en el que cuenta cómo se va incorporando la mujer a ella y lo mucho que le costó. Y recuerdo que, al principio, hace una comparación entre los colegios masculinos y femeninos en la que ya se ve la muy distinta preparación de unos y otros y lo muy diferente que es lo que de cada uno se espera.
ResponderEliminarMe pareció un libro estupendo.
Un beso.
ES un libro estupendo, Rosa; sin ninguna duda. Por momentos, te dan ganas de acudir a leer los volúmenes de 'Historia de las mujeres', de Georges Duby y Michelle Perrot.
EliminarDesde el espacio común al que estaban destinadas, con colegios que apenas podían sobrevivir por lo exiguo de su presupuesto y tantos otros 'palos en la rueda', Woolf desnuda cabalmente cada uno de los escollos que existen en el camino para alcanzar la igualdad -literaria, mas no solo-.
Me alegra saber que ambos hemos disfrutado de su lectura.
Un beso para ti.
Estimado Marcelo, qué bien!
ResponderEliminarEn mi caso disfruto de la lectura de V. Wolf. Si me pidieran opinión diría que antes de leerle aporta conocer el ámbito en que se desarrolló Wolf. Empezaría por el círculo de Bloomsbury, quienes le integraban, qué les unía, su relación y coincidencia intelectual con Lord Keynes.
Es que hay distintas formas de celebrar y adherir a la igualdad de género.
También recomendaría La dama del Nilo, de Pauline Gedge. Refiere a Hatshepsut, primer y única faraón del antiguo Egipto. Gobernó por más de 20 años dejando un legado de paz y prosperidad a su pueblo. Allí Gedge captura sabiamente qué diferencia al hombre de la mujer en temas de gestión, ciertamente no somos iguales porque nuestra misión antropológica es distinta y ahí no hay vuelta de hoja.
Por aquí siguen las intermitencias de un verano que no es, sdos.
Este título me ha parecido un acceso interesante a sus letras, sobre todo para quien no ha incursionado aún en las obras de Woolf. En muchas de ellas está presente esta mirada crítica sobre el rol de la mujer y su sometimiento a la sociedad patriarcal.
EliminarApuntaré el libro que citas, Selva. No tengo noticias de obra ni de autora. Suena interesante.
Aquí también seguimos húmedos. Gracias por tu visita y tu aporte.
Un abrazo.
Siempre he pensado que sin independencia económica no puede darse la igualdad entre hombre y mujeres. Igualmente es necesario ese espacio propio ajeno al que se considera (o consideraba) que es el lugar de la mujer. He leído algún relato de la autora, pero aún tengo pendiente este ensayo y sus novelas.
ResponderEliminarUn abrazo
Es difícil lograr esa igualdad, Lorena. La historia y la tradición nos brindan pingües ventajas relativas que, aunque minúsculas y efímeras, algún rédito aportan.
EliminarEl espacio propio resulta vital para cualquier ser humano, pero no siempre se puede alcanzar. A las mujeres les ha llevado demasiado esfuerzo a través de los siglos.
Woolf es más accesible como ensayista, para mi gusto, que como novelista. Cuestión de hacer experiencia; como todo.
Un abrazo para ti.
Estimado Marcelo, V. Woolf escribía como los dioses, quizás los mejores sean Orlando y Las olas, pero es cuestión de gustos.
ResponderEliminarFlush es la biografía de su perro y es extremadamente disfrutable.
También va bien si se toma como ejemplo de técnica narrativa.
Pero a diferencia de lo que opinan algunos lectores, a mí me interesa conocer un poquito del autor. En el caso de Virginia Woolf la señora tenía bastante más que una habitación propia. No refiero únicamente a lo material. Su círculo era la crema y nata de la intelectualidad contemporánea, open mind y su opuesto hiper-conservador.
Lo que sigue es un extracto de una carta de Lord Maynes Keynes (padre de la teoría keynesiana tan de moda en los últimos años) a Woolf: “La civilización es una corteza delgada y precaria. Comienzo a percibir que nuestra generación (…), la tuya y la mía, debió mucho a la religión y costumbres de nuestros padres. Los jóvenes que son educados sin ella nunca le sacarán tanto provecho a la vida. Son triviales, como perros en su lujuria”. (Lord Robert Maynes Keynes en Carta a Virginia Woolf, 1934). Y algo de razón tienen pero ... no va con lo de la habitación propia.
La igualdad de género es un tema. En mi profesión 8 de cada 10 son hombres pero no hay discriminación, sí competencia pero no de género. De estudiante te acostumbras a manejarte, a igualarte, lo que quizás tampoco sea lo correcto, porque iguales no somos, pensamos distinto. En la dama del Nilo esto se pone de manifiesto y quizás lo veamos en acción con Kamala Harris. Con Hillary dejamos las faldas y tacos. A partir de ella las mujeres vestimos pantalón y chaqueta y taco bajo, y eso fue bastante más que en un temita de modas. Si miras el atuendo de Merkel verás otras señales. En mi caso elegiría reencarnar en Crhistine Lagarde.
Pasarla bien.
Buena reflexión, Selva. Woolf, salvo 'Orlando', me ha resultado siempre un poco densa. No obstante, sus novelas son interesantes en general.
EliminarLas mujeres han recorrido un largo camino de emancipación de esa visión retrógrada y machista impuesta por una sociedad patriarcal y, en esencia, miedosa. Miedosa de perder privilegios. Aún les queda algo de camino para alcanzar cierta igualdad. Pero me alegra ver que cada vez son más las mujeres emprendedoras y a cargo de empresas multinacionales o gobiernos.
Un abrazo.
llego hasta tu blog, Marcelo, via Ana de "Cuéntame algo" que te citaba en la reseña que hace de "El boxeador polaco" de Eduardo Halfon. Tras leer tu reseña de esa novela construida en relatos he estado fisgoneando por tu blog que me parece magnífico. Y me he detenido en tu última entrada porque Virginia Woolf es una autora que siempre me ha resultado muy atractiva. Mi atracción hacia ella, he de confesarlo, viene vía cinematográfica a través de la película "Las Horas" dirigida por Stephen Daldry en la que Nicole Kidman compone una Virginia Woolf magnífica al tiempo que ella está en la fase de creación de su novela "La Sra, Dalloway". En esta película vemos a Virginia Woolf haciendo realidad su deseo de la habitación propia. Si no conoces esta película te la recomiendo vivamente. (te dejo aquí el enlace a la reseña que hice de ella)
ResponderEliminarDe la Woolf leí a raíz de este film "La señora Dalloway" y ahí me quedé. Esta muy buena reseña tuya me anima a volver a esta escritora del grupo el Círculo de Bloomsbury.
Un abrazo
Hola, Juan Carlos. Bienvenido y gracias por tus palabras de aliento.
EliminarAlgo he dicho -muy poco- sobre la realización de Daldry, con motivo de 'Las horas', libro de Michael Cunningham cuya reseña puedes encontrar aquí a la derecha. También hallarás mi opinión sobre 'La señora Dalloway', libro que he leído en dos oportunidades.
Este ensayo, destinado a un grupo de mujeres asistentes a una conferencia sobre 'Las mujeres y la novela' ofrece un meditado análisis de la evolución femenina en el camino hacia la emancipación y, como tal, no tiene desperdicio.
Es un libro tan breve como intenso. Estoy seguro que habrás de disfrutarlo mucho.
Yendo a la peli, creo que la adecuada caracterización de Kidman termina por arrebatarle la estatuilla a una estupenda Julianne Moore (pero no me tomes en cuenta: amo a Moore).
Recibe un fuerte abrazo, gracias por darte una vuelta por aquí y por recordarme que debo estar más presente en los espacios de amigos lectores, a quienes, por falta de tiempo, sólo puedo leerlos sin comentar.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarEste fue mi primer contacto con Woolf y no me dejó indiferente, me gustó mucho lo que cuenta en él, la revisión del pasado (y su presente) y las distintas reflexiones que expone. Muy muy interesante. Como dices, para cualquier lector resulta adecuado,pero creo que para los escritores y especialmente para escritoras, es muy enriquecedor. Me encanta la parte en la que cita a diversos nombres de mujeres, bastante olvidadas, que fueron las que empezaron a poner las primeras piedras para que a día de hoy ser mujer y escritora sea posible.
Un saludo.
Mi primer contacto ha sido con 'Orlando', que me gustó tanto como su versión cinematográfica. Luego fue 'Mrs. Dalloway'.
EliminarCierto es que, al nombrar a otras precursoras, despierta el interés por saber acerca de ellas y sus aportes.
Un libro muy interesante, sin dudas.
Un abrazo para ti, María.