domingo, 11 de julio de 2021

El costo de ser mediático. La intimidad pública, Beatriz Sarlo

Seix Barral, 2018

I.

            Es la primera vez que destino mi lectura a un ensayo de esta reconocida intelectual local, en el ámbito literario. Su profusa obra abarca investigaciones de carácter histórico – político y social, ahondando en la cultura urbana y popular. Sucesivas visitas a las miradas de mujer han despertado mi curiosidad sobre sus letras; particularmente, sobre su observación de quienes viven apareciendo en los medios de comunicación masiva, ya sean gráficos o audiovisuales.

II.

             Para comenzar, resulta poco menos que llamativo que la autora confiese su inclinación a leer revistas de chismes, cuya duración ‘de tapa a contratapa’ (sic) le insume cuarenta minutos. No parece serio para quien ostenta no sólo preparación académica sino quien fuera, además, catedrática en la universidad. Pero esta afirmación no deja de exponer el carácter efímero del tema que ha de tratar. Por eso inicia su texto con un dato no menor: cómo se fue perdiendo la concentración en la lectura y la atención en lo que se expresa oralmente, siendo Twitter –con sus ciento cuarenta caracteres de extensión- el modelo emergente de comunicación actual.

III.

            Sarlo analiza la cultura mediática a través de los móviles de los que se valen sus figuras en aras de alcanzar mayor repercusión y así mantenerse en la pantalla o en la portada de las revistas. Según ella, existen dos fenómenos bien establecidos: el escándalo y la maternidad. El primero permite exhibir públicamente pleitos judiciales, infidelidades varias y toda una serie de reclamos entre partes -muchas veces con motivos insustanciales- que sostienen la tensión del espectador – consumidor. Es decir, el antiguo chisme de la farándula se explota ahora globalmente. La segunda, otorga un aura de satisfacción y éxtasis, que es vehículo para brindar una descarada sensualidad en situaciones no tan justificables. Ambos, son parte del costo de ser mediático.

IV.

            La autora no elude la distinción entre ‘famosos’ y ‘estrellas’, estas últimas consagradas por su trayectoria en los medios -de la que carecen los primeros-, y focaliza en el uso de la hipérbole como forma de agudizar la escalada del escándalo –y la consiguiente tensión efectista-. Tampoco deja de asumir la defensa de bebés y niños que sus padres exponen diariamente frente a las cámaras, para los que ninguno de ellos fueron consultados, conculcando un derecho inalienable que nadie parece tomar en cuenta.

V.

            Con una pluma ágil y estilo directo, Sarlo desmenuza los variados mecanismos que subyacen en el manejo de los medios y, de paso, cómo la cultura de lo efímero obedece a una necesidad de distracción, tanto de renuevo como de olvido inmediato. Un libro breve, para intercalar con otras lecturas.

 

12 comentarios:

  1. Terrible lo que se ve en esos programas de "famoseo" y escándalo. Soy casi nueva en ellos. Desde que acompaño a mi madre algunas tardes, tras quedarse viuda, me he visto obligada a asistir a alguno de ellos y aún no salgo de mi asombro y estupor.
    Creo que con este libro no me animo. En una semana vuelvo a León y tendré nuevas dosis de programa. Ya es suficiente. No quiero más ni como crítica y análisis (aunque reconozco que puede ser interesante, no sé, no sé).
    Un beso.
    Un beso.

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    1. Ha sido una curiosidad que alguien que proviene del costado intelectual se tome la molestia de destripar algunos manejos de este mundillo superficial y banal.
      Nada que te pierdas soberanamente. Un entremés.
      Besos para ti.

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  2. Hola. Me gusta más un chisme que a un tonto un lápiz (expresión española, lo del lápiz, no lo del chisme). Pero el chisme de los personajes de las novelas que siempre será millones de veces más jugosos que los de la vida real. Lo cierto es que el mundo influencier me aburre bastante y no encuentro atractiva a esa gente por muy guapos que sean ellos y sus filtros. Esta lectura no es para mí. Ya sé de antemano que me voy a cabrear.
    Besitos honestos

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    1. Hola, Maja. No creas que es una lectura tampoco para mi, si vamos al caso. Sólo despunté el vicio con satisfacer una curiosidad: cómo una intelectual de trayectoria ha encarado este tema. Y no lo ha hecho mal. El análisis es interesante.
      Besitos sonrientes.

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  3. ¡Hola Marcelo!
    Es tremendo lo que se cuece en el mundo del famoseo, y eso que no soy de las que está muy puesta en el tema, pero sí te reconozco que a veces, cuando estoy cansada física e intelectualmente y no me apetece centrar mi atención en nada, ni siquiera en un libro, me pongo esos programas de fondo, mientras descanso tirada en el sofá y alucino como se destripan entre ellos, como no tienen miramientos por destrozarles la vida a otros, por sacar a flote sus secretos y el tema de los influencer, pues lo mismo. En fin, que como lectura el tema no me atrae para nada, aunque seguramente tendrá una mirada interesante y su lado curioso.
    Besos

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    1. Hola, Marian!
      Lo que me cuentas es lo que le pasa a un segmento de espectadores alternativos que, cansados de sobrellevar la realidad, utilizan estas opciones como para dejar aquella atrás por un rato.
      Fue una interesante experiencia lectora.
      Besos para ti.

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  4. Hola Marcelo,
    No es un tema que me preocupe, lo doy por perdido, es parte de esa degeneración del pensamiento, y, por ende, de la cultura, que quiere embarrar y crear una masa de individuos no pensantes, massmedia de derroteros que llevan a la falta de empatía, de compresión, en una mezcla de bazofia para pastar, pan y circo era antes, pan e incultura ahora,
    te dejo un vídeo ya viejo, eso es el problema que viene de muchos años, pero que es horrible y cierta realidad actual.

    https://www.youtube.com/watch?v=oRhYw5V05lY

    yo ya me he rendido, ya no preocupa...

    cuídate
    un saludo

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    1. Hola, Maestro; qué bueno tenerte por aquí nuevamente.
      Toda esta subcultura -¿infracultura?- del mediatismo tiene un público no despreciable. Quizás encarne el sueño de muchos de 'yo quisiera estar ahí', aunque la mayoría lo busca como vía de escape de realidades cotidianas más penosas.
      El que alguien del ámbito intelectual le dedique un cierto análisis no deja de ser curioso, razón por lo que encaré su lectura.
      Gracias por darte una vuelta por aquí.
      Un abrazo.

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  5. Marcelo, curioso y actual libro. Cada vez me siento más como un bicho raro con estos temas, es cierto que tampoco me preocupa. Si que me preocupa esta cultura del like, todo tiene que ser inmediato, no importa si no merece la pena. El tiempo lo dirá, siempre hay quien piensa que cualqyier tiempo pasado... Un abrazo.

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    1. Justamente por eso le destiné algo de tiempo, Ana. La cultura de lo inmediato está bien tratada en estas páginas; la falta de atención prolongada como problema generacional.
      En fin, algo distinto.
      Un abrazo para ti.

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  6. Yo que soy super reservada me flipa un poco esa necesidad continua de exposición y de vivir cara a la galería, más aún cuando se hace de ello un medio de vida. Para mí el rédito económico que pudiera sacar no compensaría el coste personal. El tema de este ensayo, por tanto, me atrae precisamente por tratar un comportamiento tan imperante del que me siento tan ajena, aunque no sé si este libro en sí me llama lo suficientemente la atención como para encarar su lectura.
    Un abrazo

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    1. Comparto tu mirada, pero estimo que no todos estarían de acuerdo. Algunos se han decidido a utilizar los mass media como medios de subsistencia, y en muchos casos se mueven como peces en el agua.
      Quizás no sea este libro en particular el adecuado para profundizar, pero sienta las bases de análisis.
      Un abrazo.

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