lunes, 16 de junio de 2014

Hotel Existencia. Brooklyn Follies, Paul Auster


Anagrama, 2008

           Una recomendación del 2008, apuntada en 2009, hizo que me hiciera de un ejemplar. En el ínterin, adquirí otras obras de Auster y sólo di lectura a ‘La habitación cerrada’ -uno de los textos que compone la ‘Trilogía de Nueva York’-, que era parte de una colección impresa por un periódico local presentada en una mínima edición de bolsillo. Me pareció oportuno encarar alguno de sus títulos y la elección recayó en éste por el hecho de ser el que más esperó ser leído.

         Nathan Glass es un jubilado sesentón, divorciado a la fuerza después de treinta y tres años de matrimonio. La supervivencia a un cáncer de pulmón ha empujado su decisión de regresar a Brooklyn, su lugar natal, para terminar –si se quiere- sus días en esta tierra. Tiene en proyecto escribir sobre las idioteces propias y ajenas que ha aquilatado en su vasta experiencia de vida –‘El libro del desvarío humano’-. Suele asistir a la fonda del barrio, por el solo hecho de estar enamorado de la camarera centroamericana, y también a la librería de usados de Harry Brightman.

            En ella, un día se encuentra con su sobrino Tom, otrora esperanza intelectual de la familia, después de muchísimos años de ausencia de noticias. Éste, un joven treintañero que se gana la vida como taxista, retoma el vínculo con su tío y los días les van deparando otras historias: la verdadera identidad del librero, la llegada misteriosa de la sobrina de Tom –enviada por su hermana Aurora-, los inolvidables días vividos en las inmediaciones de Brattleboro, el rescate de Aurora y los amores de sus protagonistas, son el condimento que un inteligente Auster ha sabido disponer para construir un relato en base a hechos cotidianos.

            Ambientado en ese barrio de Nueva York en el año 2000, destaco la prosa dinámica y fluida de Auster –que le ha deparado tantos adeptos y adictos-. El libro se lee rápido, las aventuras se suceden y conducen hacia un final reflexivo. Es la búsqueda del ‘Hotel Existencia’, una suerte de refugio interior donde resguardar los momentos felices, la realización personal, la sensación de bienestar, el fluir con la vida sin mayores preocupaciones; una construcción imaginaria que nos alberga cuando nuestra vida se desmorona y el vacío se hace presente, un lugar al que acudir cada vez que el entorno se vuelve más difícil de aceptar, y a la vez nos permite enfrentar el futuro con cierto grado de esperanza, cuando todo ha perdido sentido.

        Narrada en primera persona por Glass, quien alterna el protagonismo con Tom, la novela devela distintas regiones oscuras del pasado familiar y de la galería de personajes que los acompaña. Todo el conjunto ofrece así una meditación sobre la felicidad y cómo el paso de los años nos va dejando poco margen para hallarla y vivirla intensamente. Un libro que aporta una mirada optimista acerca de la vejez y de la vida en sociedad.

8 comentarios:

  1. No sé si te había dicho que soy austeriana, me encanta este escritor que voy escanciando para no agotarlo de golpe. Unos libros me gustan más que otros, pero no me suele decepcionar.

    El que comentas hoy es uno de mis favoritos y una de las obras por las que me considero austeriana. Ese fluir de la narración, el confluir de historias y personajes aparentemente sin relación... y sí, ese optimismo sin exageraciones que emana de sus historias.

    Me ha encantado recordar los detalles de esta novela al leerte.

    Muchos besos, querido Marcelo!!

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  2. No me impactó tanto como el de la 'Trilogía' pero no le niego mérito ninguno. De hecho, creo que su estilo narrativo hace la diferencia. Es esa manera fluida de relatar, unida a la construcción de las historias que se entrelazan, la responsable de su atractivo. Conozco a muchos austerianos como tú, que disfrutan de su lectura y son poco menos que fanáticos seguidores.
    Me alegra muchísimo el haberte recordado con mis humildes líneas semejante deleite, U-to. Un beso enorme!

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  3. Te has atrevido con mi novela favorita, que sepas que te la has jugado, jeje. Es verdad, Auster hace que lo cotidiano se convierta en algo especial, su historia da luz y rescata ciertos personajes olvidados por sistema en estos tiempos en los que parece que sólo siendo joven puedes vivir y hacer cosas, como si las oportunidades se acabaran a partir de cierta edad. No me encuentro entre el grupo de fanáticos de Paul, sólo estoy enamorada de su literatura.
    Un beso para vos.

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    1. Comparto lo que dices, y voy un poco más allá. Creo que, a su manera, critica esa clase de exitismo por la 'juventud', como si la experiencia de vida no contara para nada en estas sociedades 'posmodernas'.
      Por otra parte, Auster deja en claro que existe otro tipo de vida para los más maduros, tan apasionada y perfectible como para cualquier joven, sin tanta pirotecnia pero no menos pasional.
      Tendré que leer otras más de 'Paul', como tú lo llamas.
      Un container de besos para vos desde aquí. Eso sí, deberás esperar que lleguen en barco, así como yo espero por los libros que vienen desde allí.
      Me pregunto si estarás contenta con tu nuevo rey.
      Más besos.

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    2. Iré al puerto a esperar mi valija.
      No es mi rey, es el rey de mi país y no, no me gusta un pelo, le falta inteligencia, carisma y empatía. Y la reina tiene ya un trastorno alimenticio seguro y está obsesionada con su aspecto y la cirugía y eso que era guapísima y estaba muy bien. No sé qué faceta de su vida quiere compensar pero ha perdido el norte. Es de las que si se pondría el encaje en la primera cita, ¡y se lo quitaría!

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    3. Pues, que me ha quedado clara tu opinión. Y con la frase final no la dejas muy bien parada a la reina, por cierto. Besos y gracias.

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    4. Bueno, con cierto tipo de hombre sólo hay un camino y una oportunidad y si es lo que quieres...

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    5. ¿Te dije que te quiero mucho? Pues lo hago público.

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