Lengua de Trapo, 2002
Escuché
de Askildsen por primera vez en un encuentro fugaz con un lector que me lo
recomendó a fines de 2010. A partir de allí, tomé contacto con ‘Cuentos
reunidos’, una selección de diversos trabajos –que incluyen algunos de los que
componen el presente- y me pareció algo distinto, enrolado en el subgénero de
microrrelatos, en el que destaca por ser uno de sus más brillantes
representantes.
Este volumen se compone de siete
relatos cuyo común denominador es el vacío, la soledad. Así, quien tiene que efectuar
la visita cotidiana a una hermana insufrible; aquel que se fuga de casa con
motivo de una colisión de vehículos; el que niega la existencia de su hermano
mellizo; el entierro de un perro –muerto, sin saberse las circunstancias-; el
abandono del núcleo familiar tras la muerte del padre; la quema de un comodín del
mazo de una baraja o la pérdida de la esposa en un accidente de automóvil
pueden servir como elementos disparadores para distintos niveles de
desencuentro, de aislamiento y, por qué no, de desidia y bajeza humanas.
Todos los personajes están
desconformes con la realidad que les toca vivir; no pueden sobrellevar un
minuto más su desazón, su frustración, su desamparo. Cada uno de ellos vive en
medio de la sordidez de una sociedad ausente, como si no perteneciera a la
escena que se les adjudica, sin definiciones precisas sobre su futuro ni
claridad acerca de su pasado. En cierto aspecto, se debaten entre el rechazo social
-propio del estilo de Kafka- y la tragedia existencial de los protagonistas de
Carver.
Los relatos, bien elaborados y
concisos, no dejan de ser inquietantes, ni impiden transmitir el desasosiego
existencial, que la atmósfera cruda y descarnada en la que se insertan se
encarga de reforzar. La incomunicación, el discurso interior, la carente
capacidad de convivencia, son elementos de los que se vale Askildsen para
construir escenas de soledad angustiante. En esa línea, el vacío aflora como
amo y señor de vidas huecas, sin sustento ni objetivos.
Escrito con frases breves y
tajantes, el libro se lee rápido. No obstante, las situaciones extremas y la
necesidad de abandonar convenciones sociales resultan un cóctel bastante
peligroso para quienes desean transitar una lectura llevadera. Un libro
destinado a reflejar –y sopesar- la psiquis del hombre actual.
Vaya! no parece el libro apropiado para un mal día. No sé, me he quedado con dudas, de esta editorial leí La orilla del mar, uno de mis libros favoritos pero está en la línea de este. Ahora mismo prefiero que me cuenten cuentos bonitos con final feliz.
ResponderEliminarUn besito para vos
No, justamente. Es adecuado para un día en el que todo nos ha salido como queríamos; entonces, éste puede leerse bien. La editorial tiene muy buenos títulos; es cosa de elegir el apropiado para uno.
ResponderEliminarSi quieres cuentos con final feliz, podríamos empezar: 'Había una vez una pequeña llamada Norah...'
Un beso enorme para vos.
No conozco al autor. Lo que dices de sus microrelatos me resulta interesante y me gusta la brevedad. Tendré que tenerlo en cuenta pese a que ahora es imposible, tengo que concluir lecturas para entregarme a Proust.
ResponderEliminarUn beso!!
No importa que no cuentes con tiempo, U-to; es de esos relatos con los que puedes concluir el día. Apúntalo, te gustará.
EliminarBeso grandote!
Tendré en cuenta que hay que elegir el momento adecuado. El libro lo tengo, así que eso que llevo adelantado. Por cierto, Marcelo, quería comentarte que si tienes dificultad para encontrar algún libro de los que comento en mi blog me lo digas. Muchos los leo en papel, comprados o de la biblioteca, pero otros los tengo en versión digital y si tienes un lector... pues ya sabes.
ResponderEliminarbesos
Me encanta el género, así que lo buscaré. Es una pena que en castellano se conozcan tan pocos autores nórdicos, a no ser que escriban novelas policíacas.
ResponderEliminarAfortunadamente, Agnieszka, para todos los que somos lectores, la editora Lengua de Trapo está rescatando mucho de esos autores nórdicos o de Europa del este, al que en otros momentos no teníamos acceso -y, en muchos casos, eran (y son aun) poco menos que desconocidos-.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí! Un beso.
Hola, Ana. Agradezco tu gentileza de acercarme la posibilidad de títulos que por aquí 'bien, gracias'. Mas aun no tengo un lector -aunque en breve lo tendré que disponer por una cuestión de espacio-.
ResponderEliminarRespecto de este autor, sí, debes estar en momentos de alta autoestima para encarar sus escritos. Un beso grande!