Quinteto, 2009
La reseña apareció a fines de 2010 en otro espacio, y la rescato porque el libro ha devenido emblemático con el correr de los años. Afortunadamente para los lectores, hoy es de fácil acceso; por aquella época, había que saber a quién acudir para que facilitara algún ejemplar.
Primero fue la recomendación de un amigo, asiduo lector, de esta trilogía. Luego, espoleó mi curiosidad una seguidora de este espacio, con una reseña del libro en el suyo –y una propuesta rayana en el desafío-. Finalmente, fueron los buenos oficios de un librero de alma que hicieron posible su lectura. Vaya a los tres mi reconocimiento en esta oportunidad y, en ellos, a todos aquellos por los que el virus de la lectura –siempre en germen- se esparce.
Este libro son tres libros, aunque
no componen precisamente una saga, o por lo menos no pareciera. De hecho, me
consta que cada uno de ellos había aparecido en una edición anterior sin sus
compañeros. El primero, se llama El gran cuaderno, en plena alusión adonde
estos gemelos, de corta edad y abandonados por su madre -con motivo de la
guerra- en manos de una abuela a la que ni siquiera conocían, vuelcan
sistemáticamente todo lo que aprenden de la vida cotidiana en un paraje de
frontera, cuya única oportunidad de supervivencia es realizar las tareas de la
granja, sin asistencia, con la sola presencia de la despiadada abuela y algunos
personajes que permiten tales aprendizajes. Lo destacable es la carencia
absoluta de sentimientos de los chicos, capaces de hacer ejercicios para
soportar el dolor, el hambre y hasta matar sin cuestionarse moralmente ningún
acto.
En La prueba se narra la historia
de Lucas, una vez que Claus cruza la frontera y escapa. Con la abuela muerta y
un cura como única compañía, Lucas entra en crisis debido a su soledad, que se
ve parcialmente disminuida por la llegada de una joven con un hijo en sus
entrañas. Sin credencial que acredite su identidad, Lucas encarna al
“inexistente”, poniendo a prueba varias veces al lector en su fe de que realmente
los mellizos existen y no son solo parte de la imaginación del protagonista
–reforzando la idea inicial sostenida desde el anagrama con que se construyen
ambos nombres-. El relato se vuelve sórdido de a ratos, donde no se escatima
alguna alusión socarrona al “partido” dirigente. Acompañado por unos personajes
que oscilan entre lo funambulesco y fantasmagórico, Kristof se las arregla para
mostrarnos todo tipo de desencuentros y sinsentido, como si la vida sólo fuera
eso, un padecimiento sin fin.
Finalmente, La tercera mentira está dividida en dos partes. En la primera, un supuesto Claus ya adulto y
enfermo, decide volver a su pueblo desde el extranjero para morir en él. El
relato, que comienza en primera persona del singular, intercala sueños, digresiones
acerca de la infancia –que pone en entredicho lo narrado en el primero de los
libros- y una obsesiva búsqueda del hermano. En la segunda parte, Kristof
expone el encuentro entre ambos hermanos. Nos devela que Claus es en realidad
Lucas, totalmente negado por su gemelo, quien se ha encargado de su madre
sabiendo su preferencia por el hijo ausente. También cuenta con digresiones a
la infancia, pero aquí la historia es otra; una lucha entre los padres de los
gemelos debido a una relación espuria termina en una tragedia con una madre
enloquecida, un padre muerto y un hijo (Lucas) que se da por desaparecido.
Quien se hace cargo de Claus es la amante del padre, que da a luz una niña y
entonces se narra la historia de ambos medio – hermanos. Al parecer, este libro
resulta una reelaboración de la historia del primero, con los mismos personajes
pero en circunstancias totalmente distintas.
En suma, la contundencia de las
frases cortas, la falta absoluta de principios morales y un estilo narrativo
descarnado y brutal hacen de 'El gran cuaderno' el más sólido y original de los
libros. Los restantes, sólo aportan matices acerca del totalitarismo, las
fuerzas que han llevado al enfrentamiento a Europa y construyen una fábula
desde una perspectiva local. No obstante, el conjunto es ameno y fluido, con
algunas escenas bizarras y otros condimentos que lo hacen llevadero.
Desde luego el primero es soberbio, pero yo encontré aspectos muy interesantes en los otros dos. Soy una gran admiradora de esta trilogía, una obra que me impresionó y me conmovió intensamente y así lo escribía:
ResponderEliminarCuando se acaba la lectura no se puede concluir nada, quizás no es necesario y simplemente debemos dejarnos embargar por lo triste que puede ser la vida acuciada por el desarraigo, la soledad, el totalitarismo, la guerra y la represión.
Un enorme y fuerte abrazo (cuanto me alegra que te haya gustado).
Recuerdo haber leído tu reseña, U-to, y preguntarme si no debiera hacer una relectura. Tal vez hoy, con mayor bagaje literario, pudiera rescatar algunas otras cosas. Si hubo algún mérito en esta reseña, estribó en que en ese momento era una de las pocas que circulaba por aquí, pues el libro estaba agotado.
EliminarUn beso gigante para ti! Y gracias por traerme a la memoria este título.
Hola Marcelo. Qué historia ésta que nos traes. Demasiado sórdida y dura me parece en este momento. Pero como hay momentos para todo, dejaré (¡cómo impedirlo!) que se haga lugar en mi memoria, en mi inconciente, y cuando me cruce con el libro seguramente no pasaré de largo tan fácilmente. Saludos, y gracias por tu reseña. Es un gusto leerte, independientemente del libro.
ResponderEliminarGracias, José, por tus líneas y tu participación. Ojalá lo guardes en tu memoria; es un buen libro. Visita la página de Utopía y verás qué ha dicho también de él. Vale el esfuerzo.
EliminarUn gran abrazo!
Tengo el libro que reúne la trilogia. Un regalo, un magnífico regalo, además. No lo he leído todavía porque me gusta tenerlo ahí, a la espera. Sabiendo que me va a ENCANTAR.
ResponderEliminarUn abrazo
Buenísimo, Ana! Ojalá lo disfrutes tanto como yo, en breve.
EliminarUn abrazo para ti.
No lo conocía, pero me lo apunto para buscarlo la próxima semana en la FIL.
ResponderEliminarUn beso,
Ale.
Es verdad! Tienes la FIL! Aprovecha a hacerte de todos los títulos que puedas. Éste es muy bueno; recomendable 100%.
ResponderEliminarUn beso.