Sexto Piso, 2016
Vino
desde la blogosfera al inicio de este frío invierno en que nada cobraba
sentido. La índole de la trama se amoldaba a la circunstancia personal. Salí a
buscarlo repentinamente. Hallé el último ejemplar junto a un vendedor que acotó:
pasó sin pena ni gloria. ¡Cuánta
homogeneidad!
Fue Raymond Carver quien se preguntó
¿de qué hablamos cuando hablamos de amor?,
famoso título de uno de sus libros. La pregunta deja en suspenso su continuación:
¿de qué hablamos cuando sufrimos una ruptura o un desamor? Adler se encarga de esbozar
alguna variante de las posibles respuestas, de un modo muy particular.
El libro se compone de tres relatos
de curso independiente. El elemento unitivo son fragmentos en que la protagonista
nos participa de sus pensamientos, que hacen a su propia historia, insertos en
medio de la narración principal, y párrafos que se repiten como ideas fuerza, ya sea con evocaciones de
escenas vividas en el pasado o con reflexiones que la narradora realiza, como el
lapidario
‘Eres,
fuiste lo más parecido que tuve en mi vida a una historia real.’
Una estancia solitaria en isla Orcas;
un incidente automovilístico nocturno en la carretera de Dublín o los
pormenores del acontecer en un pueblo de E.E.U.U., no parecen tener mucha
conexión entre sí. Sin embargo, mientras la vida transcurre, la angustia de
abandonar una relación que llevaba años –como amante de un hombre casado- y la
congoja producto de la certidumbre de que esa relación no tenía futuro mayor
que el que había tenido, no impide a la relatora cuestionarse a sí misma,
‘¿Puede
ser que accidentalmente tirara lo más importante?’
Párrafo aparte merece la
consideración de la identidad de la protagonista. Se inicia como Kate Ennis,
una periodista. Pero hacia fines del segundo relato, la necesidad de falsear el
apellido para salir de Irlanda, convirtiendo el Adler en Haddock, da paso a la
transformación de Ennis en Adler, desdibujando así la línea divisoria entre
ficción y realidad, y lo que comenzó como novela bien puede ser parte ahora de
una autobiografía.
La originalidad de este trabajo
radica en la forma que encuentra Adler de narrarnos su dolor; un dolor que
aparece como chispazos en medio de una grisura, de una penumbra que subyace a
la rutina diaria. Sobre la superficie todo se desenvuelve normalmente, pero son
esos motivos de desasosiego los que exponen el vacío que anida en el interior
de la protagonista.
‘Sin embargo, lo que has
hecho es organizar tu vida de manera que las cosas con un poco de alegría o
belleza fueran las cosas en las que yo no participaba.’
De prosa coloquial y fluida, la
autora intenta hallar una explicación a sus propios cuestionamientos, a modo de
justificación de ese portazo final. La edición se acompaña de un posfacio de
Muriel Spark, que brinda una perspectiva sobre la autora y sobre este libro, por
lo demás tan emotivo como interesante.
Me podrían gustar estas hisotrias para ver cómo resuelve la autora estos problemas de corazón. Me lo apunto y ya te cuento.
ResponderEliminarUn besito
Resultó ser un libro distinto, original en su estilo fragmentado. Como si la vida solo fuera un cúmulo de circunstancias en superficie, mientras que aquello que nos apena y duele sigue su curso en lo profundo de nosotros mismos, Norah.
EliminarPuede que sea de tu agrado.
Un beso.
Parece que una intuición te llevó a salir en busca del libro y acertaste por lo que cuentas. Resulta interesante lo que planteas: el tema (tan universal que no puede ser más) y la manera en que lo cuenta.
ResponderEliminarComo no lo conocía, gracias por rescatarlo de la mesa de ese vendedor escéptico.
Gran abrazo (por fin parece que el verano cae derrotado).
Siempre le doy oportunidad a alguien que me quiere contar lo conocido, de una manera original. Y eso me pasó con Adler. Tengo la sospecha que te gustará; no lo trillado del tema sino la manera en que es narrado. Una sensación: conduces por la carretera en medio de la oscuridad, en un lugar no habitual para ti, y te empiezas a preguntar por qué tu pareja amiga habrá dicho tal cosa, e intentas elucubrar las razones, mientras aceleras o realizas cambio de marcha.
EliminarTe envío un fuerte soplido primaveral desde estas latitudes. Un abrazo, U-to!
Tengo un par de libros (o tres, ya no sé) de Renata Adler esperándome. Me atrae que sea original, aprecio tanto la originalidad en los libros. Siempre abordan los temas más universales con un prisma distinto.
ResponderEliminarUn abrazo
Una alegría leerte nuevamente por aquí, Ana!
EliminarMe parece una autora que será de tu agrado; quizás no diga nada nuevo, pero sí lo es el estilo que ha escogido para transmitirnos su pena y su desencanto.
Varias veces me he preguntado por qué tú no habías arribado a ella aún...
Espero que la disfrutes, tanto como disfrutamos los que te leemos.
Un abrazo grande.