Esta
conjunción surgió entre gallos y
medianoche, inesperadamente. Resulta que la investigación sobre el autor me
llevó a la existencia de un film que desconocía. Para poder saber acerca de las
posibles existencias del mismo en terreno local, acudí a mi vieja compañera
cinéfila, sin mayores novedades al respecto. Al retirar una copia de otro film
se me ocurrió preguntar al responsable y hete aquí que podía facilitarme una
copia. Lo que sigue, son apreciaciones sobre libro y film que distan más de
treinta días entre sí.
Libro
MELANCOLÍA DE LA RESISTENCIA
László Krasznahorkai (Acantilado, 2001)
Apunté
al autor el año pasado, al hacerse acreedor del premio Man Booker Internacional
a la trayectoria. Hace poco, le propuse a Agnieszka leerlo conjuntamente, pero
supongo que entre sus avatares y la cercanía de su descanso anual, pobre oferta
resultaba para la distracción y el ocio. Al final, decidí encararlo después de disfrutar
de una semana de vacaciones.
Libro raro, pero interesante si los
hay. Es una novela que se desarrolla en algún poblado húngaro –del que no se
dan noticias- a fines de los ’80, en plena efervescencia que conducirá a la
esfera de países soviéticos a su liberación y a la caída del muro de Berlín. La
mirada de Krasznahorkai es bastante escéptica respecto del porvenir. Sugiere a
través de la trama que nada de lo que ha sido habrá de cambiar y que la
libertad y los derechos del hombre, conculcados a lo largo de décadas, sólo
pueden alcanzar realización en lo profundo del propio ser.
La novela comienza con un viaje en
tren de la señora Pflaum, cincuentona y voluptuosa, de regreso a su casa
después de visitar a sus hermanas. Las descripciones se ajustan tanto a la
realidad cotidiana, en cualquier geografía, que uno no puede menos que sentirse
identificado con lo que en ella ocurre. Luego, la señora Eszter, una arribista
que goza del beneplácito del comisario local, dispuesta a alcanzar
trascendencia, arbitra los mecanismos para hacer frente a lo que serán desmanes
de una chusma resentida que implanta el miedo y el terror a los habitantes. Aquellos
se reúnen alrededor de una figura líder –el Duque-, integrante de la troupe de
un circo cuya principal atracción es la exposición de los restos de una
ballena.
Los protagonistas son tres.
La citada señora Eszter, desterrada del hogar conyugal pero con ínfulas; János
Valuska, el hijo de la señora Pflaum, un simplón de treinta años, inocente,
algo voluble y soñador, quien vive en
armonía con el universo, y el director musical Eszter, dueño de un poder de análisis que no
va a la zaga de su pesimismo sobre el acontecer inmediato, quien simpatiza con
el carácter deletéreo de Valuska, su servidor y amigo.
Así, la señora Eszter encarna al clásico
trepador, dotado de una buena dosis
de sentido común y practicidad, que le conceden la posibilidad de medrar con las autoridades de turno. En cambio, Valuska es un idealista encerrado
en su mundo volátil, al que la realidad se le presenta de repente, sin brindarle
chances para la reacción. La otra arista la compone el musicólogo, quien
percibe que la resistencia contra el caos que se avecina es un despropósito y
se recluye en su mundo interior, último bastión de supervivencia.
Acompañan a éstos un puñado de
personajes secundarios que resultan apropiados para que Krasznahorkai
despliegue entre sarcasmos e ironías su feroz crítica a una política estrecha
de miras, a una sociedad abúlica y carente de ideas y a un poder omnímodo y
autoritario que hace de la mediocridad un culto.
Con frases bien construidas y un
estilo coloquial no exento de lirismo, el autor describe escenas memorables que
resultan metáforas de ese descontento, acallado por imperio de las fuerzas del
orden. Un libro brillante, de los mejores que he leído en el año, sin duda, y
un agradable descubrimiento.
Film
Film
WERCKMEISTER HARMÓNIÁK
Béla Tarr (Mokép, 2001)
Menuda
sorpresa deparó este film. Comencemos diciendo que Tarr acomete el
rodaje en blanco y negro, despojando de matices y extremando la crudeza de la
historia que se ha de narrar.
El film abre con una escena casi surrealista
–que también describe el autor, aunque éste lo hace algo más adelante- donde
János Valuska intenta representar el movimiento del sistema solar con los
parroquianos que asisten a una taberna, poco antes de cerrar. En esta visión,
el argumento conductor de la película se basa en la naturaleza irracional del
descontento; el común de la gente se siente infeliz y necesita desprenderse de
una violencia interior, descargándola entre sus semejantes. Para ello, un
mesías circunstancial apodado ‘el Príncipe’ –transportado por un circo- convoca a las masas a fin de llevar
a cabo el saqueo del poblado, enarbolando la demencia de lo colectivo por sobre
la conducta racional individual; una suerte de catarsis masiva.
Con extensos primeros planos, escenas
antológicas, una cámara que se acerca o aleja lentamente -capaz de girar 360°-,
el uso de un exquisito juego del contraluz y sólidas actuaciones de Lars
Rudolph (Valuska), Peter Fitz (Gyura Eszter) y la siempre vigente Hanna
Schygulla (Tünde Eszter), Tarr brinda su propia mirada sobre la barbarie impuesta
en nombre de la libertad, a la vez que efectúa una denuncia social en defensa de
las víctimas, que sólo pueden oponer ostracismo y solidaridad entre ellas como
mecanismo de protección ante la agresión.
Es
esa necesidad de volver a los orígenes a la que alude el musicólogo Eszter en
su célebre monólogo sobre las armonías de Andreas Werckmeister, un sistema de
afinación de instrumentos de tecla de fines de siglo XVII, una metáfora que
obra como llamado a adaptarse a la nueva situación, de manera de poder
sobrevivir.
Si bien el film no se apega a la
totalidad del texto literario, Tarr elabora un film metafísico y superlativo, a
la altura de la obra de Krasnahorkai. Para no perder.
Testimonio del sexto Pelibro
Pues yo lo que querría es un libro de relatos sobre tus búsquedas de material. Mucho más interesante desde luego que cruzar la calle para ir a la biblioteca.
ResponderEliminarRespecto al libro me lo imagino sombrío y pesimista. No sé, me hace dudar por eso de ser de las mejores lecturas del año.
¿Mejor que Tizón?
Besitos preotoñales.
Gracias, Norah, por brindarme buenas ideas. Sería un gran desafío lo que me propones. Pero, mientras veo cómo llevarlo a cabo, guárdame un lugar para concursar como funcionario en el Ayuntamiento cuando se haga una vacante en la biblioteca frente a tu casa.
ResponderEliminarNo es mejor que Tizón; es distinto. Te sugiero ver primero el film; te dará una idea de la dimensión del libro. ¿Te gustan Tarkovski, Fassbinder, Herzog? Tarr va en pos de esas líneas.
El libro es algo escéptico, aunque posee cosas fantásticas, pero prefiero que veas el film primero.
Recibe un beso inmediato; es que aquí los vientos soplan a casi 100 km/hora. Y dicen que van para allí.
Por el trasfondo y el tema me recuerda a Los desposeidos de Borbély, también húngaro. Desde luego anoto el libro y procuraré encontrar la película. Me ha gustado mucho esa extraña trama y esos personajes tan peculiares.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!
Pdt: ha amainado un poco el calor, empezar a trabajar con el calor tórrido de principios de semana ha sido agotador.
Cine del bueno en manos de Tarr, sin dudas. El libro aporta una mirada crítica a una sociedad cobarde y mediocre, la que ve Krasznahorkai. Buena combinación.
EliminarPor aquí, si bien el frío no ha sido muy crudo, lo que él no ha logrado lo han alcanzado el viento y la humedad.
Un gran abrazo, U-to!
Hola amigo Marcelo.
ResponderEliminarVaya, después de leerte no tengo duda de que habrá que apuntar a este escritor húngaro en un lugar destacado de la libreta. Esa mirada amarga sobre el país, la sociedad húngara, que despliega el autor a través del libro, me recuerda mucho a la que ya mostrara otro húngaro insigne, Kertész, en un ensayo (ahí lo dejo...jeje), que estoy complementado con otras lecturas. Por eso me interesa esta obra que tan excelentemente nos presentas.
Muchas gracias amigo.
Querido Paco! Gracias por alentarme.
EliminarSi consigues la peli, no te la pierdas. El libro no se queda atrás, pero ya sabes... una imagen vale más que mil palabras.
He leído poco de Kertész, un autor a tener en cuenta.
En otro orden, estoy haciendo gestiones para llegar a tu 'Olivia por Olivia'. Tenme fe.
Recibe un gran abrazo, amigo!
Me gusta, me gusta mucho lo que comentas de este libro. Lo buscaré
ResponderEliminarBesos
No pierdas la peli, S. Cine del bueno.
EliminarGracias por pasar.
Un beso.