El Aleph, 2002
I.
No supe que era una primera –y
única- edición en español hasta no investigar. Lo tenía desde que el autor
visitó estas tierras en 2015; sólo sabía que contenía relatos. Como no había
encarado ninguna obra de este género en lo que va del año, me pareció oportuno.
II.
En esta ocasión, McCann repasa tres
historias con un común denominador: la relación entre padres e hijos. Para ello,
los protagonistas no cuentan con más de quince años, siempre acompañados de
alguno de sus progenitores. En el primero, que da origen al título, una huérfana
intenta ayudar a su padre a salvar la vida de su yegua preferida, a la que se
le ha atascado una pata entre las piedras durante una crecida del río y corre
el riesgo de ahogarse. La afortunada llegada de un destacamento inglés –que al
fin ha de liberar al animal- desencadena el rencor del padre hacia éstos
después que su hija, en agradecimiento, invita a los mismos a tomar el té.
III.
En el segundo, ‘Madera’, una madre
de varios hijos con un esposo católico imposibilitado por un accidente cerebro-vascular
acepta realizar un trabajo de ebanistería para los protestantes, ayudándose de
uno de sus pequeños, en el mayor de los secretos y casi en silencio, para que
el padre no perciba la traición y puedan seguir sobreviviendo. Finalmente, en
‘Huelga de hambre’, el más extenso, un huérfano de trece años acompaña a su
joven madre a las afueras de un poblado, viviendo en un motorhome, mientras en la prisión su tío, miembro del IRA,
participa de una huelga de hambre contra Margaret Thatcher. Ambientado hacia
principio de los ’80, McCann rescata la figura de aquellos que enfrentaron el
poder inglés, con una narración donde el protagonista, carente de figura
paterna, decide correr la misma suerte que su tío.
IV.
Todos los cuentos se desarrollan en
un medio rural, donde los personajes llevan una vida rudimentaria y en los que abundan
gestos adustos, aspectos toscos y pocas palabras, sin aspiraciones ni visos de
cambio. McCann utiliza este contrapunto generacional para revelar algo más
importante: la división política que existe entre irlandeses del norte y sus
dominadores ingleses. La diferencia entre católicos y protestantes –y el
ejercicio del poder- se constituye entonces en el nervio central de estos
relatos, donde las miradas y silencios cobran gran significación.
V.
Con estilo descarnado y directo, el
uso adecuado de recursos propios de la edad, frases cortas y buenas
descripciones de escenas y sentires, McCann nos interna en la intimidad
familiar de aquellos que padecen una tragedia política. Para tomar en cuenta.
Hola Marcelo
ResponderEliminarLeí su novela o unión de cuentos o historias que confluyen que se llama "que el vasto mundo siga girando"y me pareció tan buena, que compré lo que encontré de él, dos o tres libros, lo cierto es que sumidos en mi demencial (desordenada) biblioteca,hay siguen, pero sin duda ese libro es brutal.
Este que nos reseñas, no lo he leído -y no lo tengo- pero se parece en las formas y lo que cuenta (más o menos como debe ser) a aquel libro, así que siendo así y teniendo en cuenta mi pasión por los relatos cortos, me vas a obligar a buscarlo, (que unido al que me ha hecho buscar Paco, mi. promesa de no comprar libros en un mes se rompe dos veces... ya del todo) ;)
ajja
Un abrazo
cuídate
donde pone hay, pon ahí, jajaj perdón, y quitar el punto después de la i, es lo que tiene escribir por móvil(celular) perdón...
EliminarHola, Wine
EliminarEstuve con McCann cuando vino a presentar 'Transatlántico'. Salvo 'El bailarín' -sobre Nureyev-, los demás deambulan por las inmediaciones.
Quise darle lugar a un libro que, a la vez que distinguía la mirada de padres e hijos sobre un mismo fenómeno, se refería a la distancia que existe entre ingleses e irlandeses.
Si me preguntas, me ha gustado mucho. Sabes bien que me agradan los libros que dejan cosas para pensar, tomar partido o, al menos, no pasan indiferentes, cualquiera sea la razón. Ponle una ficha de mi parte.
Recibe un fuerte abrazo.
De este autor leí un libro y se me hizo pesado aunque tenía cosas que me gustaron. De los relatos que hoy nos traes el primero no me tira pero los otros dos... Creo que iré a mi sitio favorito y le echaré un vistazo.
ResponderEliminarBesitos celtas
No se a qué título te refieres, Norah, pero es un escritor al que le he cobrado cierto afecto.
EliminarEntiendo que el primero no te tire, pero el final de ese primero es excelente.
Échale un vistazo; creo que no te defraudará. Además, es breve y plantea otras realidades.
Besitos irlandeses, bretones y galegos.
No lo sabes porque no lo he puesto. Transatlántico.
EliminarCasualidad o no, yo acabo de leer un estupendo libro (ese mismo que el amigo Wineruda comenta que le he hecho buscar ;) de una escritora, Jennifer Johnston, dublinesa igual que Colum McCann, aunque ahora reside en Irlanda del Norte... y por supuesto, el rencor entre irlandeses e ingleses queda patente también.
ResponderEliminarAsí que hay varios aspectos del libro que nos traes muy interesantes para mí, empezando por ese mundo rural, cuyas consideraciones sobre la vida suelen ser menos intrincadas y, por eso mismo, más clarividentes. El formato relato también me seduce, de hecho estoy apunto de terminar un libro de relatos, una antología magnífica.
Apunto éste, desde luego.
Gracias por tu interesante mirada.
Cuídate campeón!
El enfoque de McCann sobre la ruralidad de la vida irlandesa y sus aspectos más destacados -parquedad en el hablar, gestos burdos, etc.- son parte de su mirada social y, estimo, autocrítica. No las cifra como un atraso, sino más bien como características del pueblo irlandés.
EliminarY la odiada dominación inglesa está muy presente en este libro, que hace hincapié en las diferencias existentes entre ambas etnias y entre generaciones.
Ojalá lo consigas y sea de tu agrado, Paco.
Un fuerte abrazo, pibe!