El Cuenco de Plata, 2015
I.
No había leído nada sobre él hasta
el momento. Me pareció oportuno hacerlo, puesto que mucha de su obra había
transcurrido en esta ciudad, y son tantos los que se inclinan hacia sus letras
como quienes lo denostan. Lo cierto es que Gombrowicz caminó estas calles –mis
calles- durante una veintena de años, antes de volver al Viejo Continente y
morir en paz. ¿Por qué no saber su opinión personal, de primera mano?
II.
A poco de entrar en materia, el
lector se da cuenta que lo que enfrenta es un despropósito; un material que
tiene que ver más con la desmesura y lo grotesco, la parodia, que una novela en
regla. No hay nada en este libro que pueda signarse de comedido. El alter ego del
escritor, una suerte de polaco apóstata de su país –aunque con su propio nombre
y apellido- diatriba y se toma en solfa el orgullo polaco, justamente cuando
estalla el conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Gombrowicz, que había venido
en una comitiva polaca, decide quedarse en la Argentina de 1939 para no tener
que ser destinado al frente contra el invasor alemán –sobre el que no tenía la
más mínima posibilidad de éxito-.
III.
El texto entero oscila en medio de
personajes funambulescos y trashumantes, en un derroche imaginativo de
Gombrowicz sobre su relación con Gonzalo, un portugués homosexual adinerado que
se consume por un mancebo polaco llamado Ignacy, a quien propio su padre
protege de mancillar el honor de su apellido. Un duelo fallido y una reconciliación
final ponen a todo en su medida justa.
IV.
El libro es una burla a las
autoridades polacas, más dispuestas a mostrar un orgullo inútil basado en un
pasado obsoleto que de aceptar la derrota. Por otra parte, Gombrowicz defiende
la necesidad de que los jóvenes abandonen la tradición y se rebelen contra una
forma de vida patriarcal. Por eso aboga por la Filiatría, una suerte de gobierno de los hijos liberados de los
mandatos familiares.
V.
Entre ampuloso y mesiánico, siempre
desmedido, con mucho uso del absurdo y escenas grotescas cuando no oníricas,
Gombrowicz construye una sátira rebelde, con un costado socarrón y ácido, que
maltrata tanto la visión normal de
las relaciones entre países como de los personajes que, aunque se dan aires, no
dejan de ser una caricatura de sí mismos. De estilo algo abstruso –pero que,
leído entre líneas, no deja de ser gracioso-, el texto fluye medianamente,
dejando en boca una sonrisa irónica. Algo distinto e interesante.
No conocía el autor; tampoco la editorial. Supongo que para ti habrá sido un aliciente el hecho de que el autor haya vivido unos cuantos años en tu ciudad. Y me da también de que este es un libro que hay que saber encajar para bucear entre el onirismo, surrealismo y desmedida del autor y saber sacarle todo su partido. Una propuesta original, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo
Siendo realista, no hay mucha información acerca de la ciudad; bien podría ser ésta como cualquier otra. Pero entre absurdo y grotesco, el libro resulta una gran burla y crítica a la sociedad polaca de su tiempo, a la que consideraba vetusta -ni hablar del rol en la guerra-.
EliminarSí, ha sido una propuesta original y por momentos graciosa.
Gracias por darte una vuelta.
Un abrazo para ti.
Tanta desmesura, parodia, y escenas grotescas suelen dar como resultado la más ácida y divertida crítica, pero mis gustos tienden a alejarme de lo absurdo para acercarme más a lo real. Valoro, y mucho, el recurso del despropósito y lo onírico, sobre todo para la crítica, pero yo me siento más a gusto en los límites de la realidad.
ResponderEliminarEso, por lo general, luego hay autores que me arrastran y me hacen disfrutar.
Un beso.
Es muy crítico y socarrón, incluso con él mismo; tiene un costado divertido. Es para un momento en que necesitas un cambio de mirada, sin perder profundidad. Y, de paso, aporta otro estilo narrativo.
EliminarUna experiencia distinta, Rosa.
Un beso.
GOmbrowicz que se fue a Argentina y allí se quedó, hay quien dice por exilio, hay quien dice porque no pudo volver, hay quien dice que porque él era así. En cualquier caso era un tipo peculiar el polaco. TEngo leído "Ferdydurke", "Cosmos", "Pornografía" que de forma pacata titularon con Franco "La seducción". Gombrowicz tiene un universo propio de personajes extraños, que se conducen moviéndose bajo el absurdo, el humor -muy suyo eso sí-, la sátira y la diferencia.
ResponderEliminarTEngo este libro que reseñas, está controlado ...;) para leerlo.
Gracias
Cuídate
Fue mi primer experiencia con Gombrowicz y me resultó interesante, como digo al final. Por momentos, me hizo acordar a J.K. Huysmans, o alguna escena de Gide, pero, como señalas, con un estilo muy propio.
EliminarEsperaré expectante tu opinión, Wine.
Un gran abrazo.
De Gombrowicz empecé a leer Cosmos hace unos años, pero lo dejaría a las 20 o 30 páginas para ponerme con otro, a su vez apartaría ese por alguno más... uff, soy la indecisión en persona, muchas veces comienzo con varios y me quedo con el más inesperado, aunque no me disgusten los demás, luego se quedan por el camino y ni me acuerdo, soy caótico.
ResponderEliminarMilan Kundera, escritor interesante para mí, admiraba a Gombrowizc, y eso me llamó la atención en su momento. No tengo reparos en saltar de un estilo a otro, en literatura huyo de encallar en un solo sitio, para mí lo emocionante es ir explorando territorios diversos, ahora realismo, luego lo fantástico, etc, etc, va con mi eclecticismo, me estimula cambiar de escenarios.
Muy interesante tu elección lectora, como siempre.
Un fuerte abrazo, Marcelo!!
También tengo 'Cosmos', pero me incliné por éste por ambientarse aquí, supuestamente, aunque no hay mayores indicios.
EliminarRespeto a Kundera, pero sus letras nada tienen que ver con el estilo de Gombrowicz.
Imagino que puede ser de tu interés, si realmente te gusta cambiar de géneros.
A ver si te le animas, Paco!
Un fuerte abrazo, campeón.
Por cierto Marcelo, acabo de repasar tu lista de autores hasta encontrar a Bábel ( te había comentado en esa entrada, y ni me acordaba), y ha sido mucho más interesante leer tu comentario de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Me alegra haber aportado algo más de Bábel a tu perfil, Paco.
EliminarOtro abrazo.
Vaya, de ser un autor sobre el que pasaba de puntillas, a ser un autor que me cruzo bastante últimamente. Será que tengo que "probar" a Gombrowicz, que parece tener un estilo muy personal.
ResponderEliminarUn abrazo
En la circunstancia inversa, tú me dirías 'pruébalo', Ana.
EliminarPuede no gustar el tema, pero el estilo compensa.
Otro abrazo para ti.
No he leído nada de Gombrowicz. Lo que cuentas me provoca una gran curiosidad por esos personajes peculiares y estrambóticos que parece que construye en sus novelas. Veremos si al final me decido por leer algo suyo.
ResponderEliminarUn gran abrazo!!
Es una propuesta diferente a la novela clásica. Una burla a la sociedad establecida en aras de una renovación socio-política a manos de la juventud.
EliminarEn ese aspecto radica lo novedoso, aunque la homosexualidad no está fuera del tema.
Si te decides, espero que nos cuentes.
Un abrazo para ti!
Pues no me veo. Ya me gustaría pasear por tus calles pero querría ir de la mano de alguien que me diera otro tipo de visión.
ResponderEliminarNo dudo de lo interesante que puede llegar a ser una narración tan diferente pero creo que va a ser de esos libros que cuando los leo pienso que el autor es el único que ha entendido sus bromas y lo que quiere contar.
Besitos
Tampoco le hace justicia a esta ciudad, al menos en este libro. Prácticamente no la nombra; sólo se enfoca en los personajes que le acompañan. No hay bromas, sí muchas escenas en solfa.
EliminarSi no te ves, déjalo correr.
Besitos resignados.