sábado, 14 de diciembre de 2019

Inseguridad. Los triunfos pasajeros, Melina Dorfman


Tenemos las Máquinas, 2019

‘Habían pasado tantos años desde la última cita que ya me consideraba una fundamentalista de la imposibilidad’.

I.

            Un suplemento cultural dominical lo puso en el tapete. Su autora estaba haciendo sus primeras armas, al igual que la novel casa editora local que se lanzó al ruedo hace relativamente poco. La combinación llamó mi atención, por más que la reseña de marras hablaba de un cliché. Era accesible y, además, breve; fuertes razones, junto con la curiosidad, para leerlo.

II.

            Ruth es una periodista judía en la treintena que vive sola, pero a quien la soledad ya le pesa. Ha buscado afanosamente el amor pero no ha sabido encontrarlo o, al menos, reconocerlo. Félix, un viejo amigo es ahora quien se ha convertido en una suerte de amigovio, pero la falta de continuidad en la relación -con ausencias notorias- ponen a la protagonista en un devaneo continuo acerca de si es que son los demás los que no quieren compromisos, o es ella la que los expulsa con sus actitudes.

III.

            Para colmo, no puede fiarse de sus amigas, a quienes confía los detalles de lo que le sucede, puesto que son de la idea de que ella es la responsable de sabotearse a sí misma. Entonces, entre cuestionamientos propios –del tipo ‘¿qué estoy haciendo mal?’- o analizar hasta el cansancio los hechos y las palabras intentando encontrar signos ocultos que no siempre están allí donde cree, Ruth se debate entre deseos insatisfechos, miedos de equivocarse en los gestos y la espera frustrante de ser elegida por alguien. Cada mínimo acierto lo vive como un triunfo pasajero, con la fugacidad de lo efímero, de lo que no se ha de repetir –de allí el título-.

IV.

            Narrada en primera persona, con una prosa algo artificial, reflexiones graciosas y escenas tragicómicas, Dorfman elabora un modelo de autoficción, de lo que hoy llamamos literatura del yo, destinado a exponer toda gama de desencuentros -que denotan sendas inseguridades- en pos de hallar un amor que nos colme. Un fresco ejemplo de chick lit.

14 comentarios:

  1. Jaja, una sorpresa, no me esperaba yo por aquí chick lit. Viene bien leer cosas distintas de vez en cuando. Incluso puede ser necesario para la salud lectora. Supongo que se lee fácil. Un abrazo.

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    1. A veces me permito incursionar en la literatura de género, con su problemática particular y ésta ha sido una de esas ocasiones. En el ámbito local, ha aparecido un coro de voces femeninas que clama por atención.
      Es un libro fácil de leer. La protagonista refleja cierta neurosis ante las relaciones de pareja.
      Un abrazo para ti, Ana.

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  2. Una vez fui a una librería gigante, creo que es la única vez que he pisado una librería gigante, y no volveré claro..DEcía... que fui y había un enorme apartado de ese CHick lit, que por entonces no tenía ni idea de lo que era, -ahora tampoco mucho... no creas...- Y me resultó curioso y hasta un ejemplo de la mimetización de todas las portada entre sí, todas eran casi iguales-, me resultó un ejemplo de buena idea para dirigir al aficionado, luego caí en la cuenta que en realidad son como las románticas, todas las portadas se parecen (menos coloridas eso sí), ahora es esa poesía (o lo que sea) del twitter la que se parecen entre ellos. Por cierto esta portada de la que hablas ya no se parece, habrá escisión...:)
    Permíteme que admire tus letras pero esta vez no acompaño tus pasos, acaso, eso sí, hacia algún bar a tomar un mate o un tequila.

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    1. Pero todas las portadas de esta casa sí se parecen. Aunque sospecho que obedece a una identificación editorial más que a un tipo de literatura. No he leído otros títulos.
      A esta altura, debo ser un gato muerto puesto que, como sabes, la curiosidad... No obstante, fue interesante entrar en contacto con algo que no suelo frecuentar. Y mira que era ponderado por un suplemento cultural, al estilo de Babelia...
      No creo que en el bar o en la tasca cercana le vayan a servir mate, Maestro. Con una copa de Rioja o de Ribera del Duero, satisfechos ambos, supongo.
      Recibe otro fuerte abrazo, Wine.

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  3. No lo conocía, pero lo cierto es que no me llama demasiado. No sé por qué me recuerda a otros ejemplos del género, tipo "El diario de Bridget Jones". Pero aún así, tu reseña está muy bien.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Tiene la impronta que señalas, Rocío. El género 'chick lit' se basa en este tipo de miradas.
      Gracias por tus palabras de aliento.
      Un abrazo para ti.

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  4. Pues según lo ibas contando me parecía algo más interesante y con chicha. Pero que sea artificioso no le favorece y que lo hayas metido en el género chicklit lo descarta. Es que en estos temas no me gusta lo superficial. Creo que el personaje sí me podría gustar.
    Besitos dudosos

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    1. Es interesante lo que narra, aunque quizá no la forma escogida. De todas maneras, un libro para apreciar otra perspectiva de un planteo de género.
      Besitos innovadores.

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  5. No me atrae este tipo de literatura, aunque como dice Ana, no está mal leer cosas distintas. No obstante, creo que esta vez no me voy a animar.
    Un beso.

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    1. A mi tampoco, por más que lo que se expresa resulte de algún modo interesante. Quiero decir, que no le quito mérito.
      Un beso para ti, Rosa.

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  6. Coincido con otros comentaristas en que no me atrae mucho el género. Digo esto sin ningún afán de minusvalorarlo pues supongo que la etiqueta chik lit se pone más con afán comercial que otra cosa y que dentro de esta habrá libros de calidades diversas. Sí parece una lectura refrescante y que puede tener cierto interés. Coincido también en que viene bien de vez en cuando salirse de las lecturas habituales que cada uno tenemos.
    Un abrazo

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    1. Eso que señalas al final es lo que he hecho: refrescarme. Y ponerme a tono con lo que se está escribiendo hoy. El libro tiene algo de género, pero no se agota allí. He escuchado -y leído- sobre la falta de compromiso -de todos los géneros- hasta el cansancio, pero no está mal que te recuerden aquello que no es amor... Para formularse preguntas, está bien.
      Un abrazo para ti, Lorena.

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  7. Pues, igual que Wineruda, no tenía muy claro lo que era chick lit, a pesar de haberlo escuchado con frecuencia, ya lo he mirado.

    Más allá de la novela, me asombra tu elenco literario, amigo Marcelo, tu amplitud lectora convierte a tu blog en un espacio estimulante y atractivo para quienes disfrutamos leyendo.
    Un gran abrazo, campeón!

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    1. Debe ser que soy un curioso literario, Paco, y si bien no suelo leer novedades, a veces me permito este tipo de lecturas. Sobre todo cuando aparece un grupo de jóvenes autoras con algo de género para decir. Y, por qué no, de paso, ayudar a la promoción de noveles casas editoras, en su esfuerzo por hacerl@s conocer. Han sido ambas cosas.
      Un fuerte abrazo, chaval!

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