Sexto Piso, 2019
I.
Hace un tiempo, alguien lo ponderó
en la blogosfera y lo apunté. No suelo leer novedades editoriales –a no ser por
entusiasta sugerencia de otros lectores o imposición de algún taller de lectura-,
pero ésta combinaba brevedad y profundidad, según sabía, motivos por los cuales
le hice un lugar entre otras lecturas más extensas.
II.
Dave y Dana Hurst son una pareja de odontólogos
que poseen una clínica dental. Promediando la treintena, con ingresos holgados,
tienen tres niñas. Lizzie, de siete años, es muy observadora y juega bastante
con su hermana Stephanie, de cinco. En cambio, la pequeña Leah, de dos años,
sólo tiene ojos para su padre, a quien tiraniza todo el tiempo. Parece una
familia bien constituida, con horarios y rutinas para pacientes, niñas y algo
de vida social. Pero una noche, tras un pensamiento de Dana efectuado en voz
alta –‘Nunca más volveré a ser feliz’-,
Dave revela que ella tiene un amorío con alguien -sospecha de un compañero de coro- e incapaz de
hacerle frente a una confesión –por lo que eso implicaría-, intenta hacerse el desentendido.
III.
El narrador es Dave en primera
persona. Por él comenzamos a saber cómo se conocieron en la universidad, las
personalidades de ambos y las reflexiones sobre el matrimonio, las crías, el
sexo, la profesión. Y el amor. Porque lo que se le está desmoronando a Dave es
el amor, el sustento principal de su matrimonio; de esa familia tal cual la
describe, con sus visitas a la casa de fin de semana, las tareas cotidianas,
los fragores de ser padre y profesional a la vez, haciendo frente a
enfermedades estacionales, etc. Un día, Dana cancela todas sus citas en la
clínica sin avisarle. Sale y no vuelve a casa. También cancela las citas del
día siguiente…
IV.
Con maestría y concisión, Smiley
construye un universo complejo en algo más de un centenar de páginas. La
intimidad familiar continúa su derrotero habitual, por más que los signos de
derrumbe son bien visibles. Dave intuye lo que se avecina pero sólo es capaz de
aplazar el momento en que todo estalle. Es consciente de que la pareja está al borde de la disolución –hasta se permite pensar en
ello-, pero un atávico temor lo paraliza.
V.
De estilo ameno y coloquial, con un
texto que va ganando en solidez y expansión a medida que transcurre; donde
abundan reflexiones interesantes, escenas bien descriptas y algunos silencios
reveladores -dispersos a lo largo de la novela-, Smiley nos cuestiona acerca
del amor de pareja, del amor filial, de cómo se instala la costumbre -y con
ella, el hastío- en medio de nuestros vínculos más primarios, hasta correr el
riesgo de perderlo todo, de convertirnos en desconocidos. Un libro más que
interesante, que puede leerse de un sentón pero que deja huella.
Pues me has convencido, aunque tampoco había que hacer un gran esfuerzo. No es que quiera quitarte méritos, jaja, pero esos conflictos familiares me atraen poderosamente y lo que cuentas de esta historia tiene muy buena pinta en cuanto a analizar esos sentimientos de pareja y paterno-filiales que tanto me interesan.
ResponderEliminarUn beso.
Cuando algo está bien narrado, con ahorro de palabras sin dejar lugar a falsas interpretaciones ya, de por sí, es un hallazgo. Pero si además puedes percibir el sentir de su protagonista, pues...
EliminarSe lee en una tarde de sol, en medio del verde de un parque cercano, sin mayores ruidos que evidencien la proximidad de la ciudad y cuyo entorno permita concentrarse en el texto. No tiene desperdicio.
Un beso para ti, Rosa.
De ella tengo, creo que como medio mundo a tenor por las veces que aparece en las ´ferias de libro usado, HEREDARÄS LA TIERRA. No lo he leído.
ResponderEliminarGenerar ideas nuevas sobre el amor o sobre las relaciones de pareja, y que el resultado sea interesante literariamente hablando , exige a estas alturas de la literatura y de la vida, un capacidad tanto de descubrir matices, miras nuevas como de utilizar lenguaje y contenidos, si lo ha conseguido como tu das a entender será de leer, claro ( el último caso y me sorprendió fue “Vía revolucionaria” de Yates
Gracias Marcelo
Ja, ja. Sí, Wine, como casi todo el mundo -menos yo, claro-. Buen libro el de Yates!
EliminarSmiley no cuenta nada nuevo o que no sepamos. Pero la mirada acerca de todos esos temas que cito hacen la diferencia. Muchos lectores coincidirán con algunas de sus apreciaciones. Breve y conciso, ¿se puede pedir más?
Un abrazo para ti.
Esta señora ha escrito una de mis novelas favoritas: Heredarás la tierra. Así que desde que vi este nuevo trabajo me ronda la tentación. Lo que pasa que me la imaginaba triste y desilusionante por lo que iba dejándola de lado. Aun así la leeré por ser ella quien es y porque si encima la recomendáis vos es tontería seguir estirando el tiempo de espera. Luego comentaremos de nuevo.
ResponderEliminarBesitos comprometidos
No he leído -aún- el título que citas, Maja, pero lo haré. Me gusta su prosa -o su traducción-. Espero expectante tus líneas.
EliminarBesitos ansiosos.
¡Hola Marcelo! Yo sí suelo leer novedades, reconozco que en la biblioteca se me van los ojos hacia ellas y cuando cotilleo sus sinopsis, a veces me es imposible volverlas a dejar en las estanterías. Sí soy algo reacia a los bestseller y a los premios literarios y a las sagas interminables (aunque alguno que otro sí ha caído y cae)
ResponderEliminarRespecto a esta novela, pues me llama bastante, un tema complicado e interesante de ahondar en él (la pareja y los hijos) bien escrita y con reflexiones interesantes. Me temo que sería una de esas lecturas en las que me pasaría todo el rato anotando frases y párrafos
Besos
Hola, Marian!
EliminarTienes suerte de que tu biblioteca tenga presupuesto para comprar novedades. En las de aquí, lo más nuevo debe datar de 1966...
Es un libro muy llevadero, con reflexiones que, seguramente, apuntarías. Además, es breve. Buena lectura para buenos lectores.
Un beso para ti.
El tema no es nuevo, no, pero es que la humanidad es una rueda que siempre gira sobre sí misma, todo es repetitivo, el atractivo de tal o cual escritor, escritora, reside en hacerse con un lenguaje propio para contarlo, ese es el oficio literario, contar lo de siempre como no lo haga nadie. Esas historias de desmoronamientos familiares siempre son un buen escenario sobre el que situarse, adentrarse en la historia y sentir en carne propia el vértigo de tal situación, esa la forma en que me gusta leer.
ResponderEliminarTomaremos nota, amigo Marcelo.
Quizá de eso se trate la literatura, Paco. Contar con voz propia las cosas de siempre.
EliminarEs un libro breve que deja meditando al lector sobre los afectos, sobre cómo establecemos vínculos y cómo éstos se deterioran.
Un abrazo grande, chaval!
Pues me has convencido. El cisma de esas parejas de vida aparentemente perfecta suele ser un tema que me atrae. Parece además que la autora lo trata de forma certera y concisa. Tomo buena nota.
ResponderEliminarUn abrazo
Cualquier lector podría identificarse en algunos pasajes del texto; más, quienes tienen o han tenido niños pequeños. Está dentro de los diez mejores libros que he leído en el año.
EliminarUn abrazo, Lorena.