Cátedra, 2002
I.
Como había supuesto en junio pasado,
al entregar la primera parte de esta reseña, la lectura del volumen de marras me
ha ocupado parte de los sábados y domingos desde aquel mes hasta el presente. Los
autores de cantares de gesta, propios del Renacimiento, han utilizado in extenso las novelas de caballerías
para congraciarse con mecenas o poderosos bajo los cuales medrar. Esta obra,
dedicada a la familia de Este de Ferrara, no es la excepción.
II.
El Volumen Uno cerraba con la furia de Orlando a raíz de descubrir –al
pasar por medio de un bosque- que su amada Angélica había dejado notable
evidencia de su ardiente pasión por el joven Medoro en las cortezas de los árboles
donde pudo tomar solaz –que eran…
casi todos-. La imagen de un Orlando que se despoja de armadura, espada, rocín
y vestimenta, de manera de andar desnudo y a los gritos, estaba entre lo mejor
de aquél. En éste, no solo sus amigos son capaces de encontrarse con San Juan
Evangelista –que sería más longevo que Matusalén- sino que han de irse hasta la
Luna para hallar la cordura perdida por el protagonista y así, mediante ardides
varios, recobrarla.
III.
Ariosto se vale no sólo de la
Historia, sino también de elementos fantásticos, hechizos y encantamientos al
servicio de una épica que concluye con un duelo –al igual que la Eneida, de Virgilio-, dejando paso a la
descendencia que engendrarán Bradamante y el converso Ruggiero, de la que
surgirá la casa de Este siglos después, en clara alusión a su protector.
IV.
En estos veintitrés cantos finales
abundan las batallas y enfrentamientos tras el asedio de París y la liberación
de los cristianos. Particularmente importante son las muertes del moro
Agramante y del fiel Brandimarte, como también la lucha en el terreno del amor
entre Ruggiero y León, hijo de Constantino el Grande, por la bella Bradamante.
V.
La traducción de Urrea no se apega
del todo al original –mucho menos, cuando se habla mal de España-, pero las
correcciones a esa versión por parte de los estudiosos que prepararon esta
edición –presentes a pie de página- brindan una solución a los errores,
clarifican el texto y comentan otras obras donde las ideas que surgen de los
párrafos han tomado cuerpo nuevamente, de manera de ampliar el panorama de la
literatura de ese tiempo. Sinceramente, la lectura del Furioso enriquece holgadamente
el bagaje cultural del lector.
Orlando, Ariosto, Agramante... todos conocidos de nombre, pero he de confesar que no me atrae nada este tipo de obras.
ResponderEliminarMi bagaje cultural tiene sus fallos. Mea culpa.
Un beso.
Debe ser que no son moneda de cambio hoy. Pero si te dijera que este libro ha inspirado al Quijote, en gran medida, y ha sido el numen inspirador de un conjunto de autores posteriores -incluso a Garcilaso-, no por ser obsoleto no guarda gran parte de emoción. De vida.
EliminarPodremos discutir cómo impacta hoy este libro en la sociedad. Pero más me gustaría saber acerca de su vigencia: amores apasionados, desencuentros amorosos, lealtad a los amigos o a la concepción de Estado, etc.
Parece perimido, si lo lees. Sin embargo, guarda algunas enseñanzas que sería bueno rescatar.
'Nuestro' bagaje cultural tiene ausencias... Sin culpa.
Un beso para ti, Rosa.
Ojalá algún día me anime a enriquecer mi bagaje cultural leyendo este o algún otro clásico de la época. He de confesar que me resiento cuando me encuentro determinadas referencias literarias en algunos libros. No estaría mal cubrir ciertas lagunas pero confieso también que me atraen más otro tipo de lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo
Esta clase de lecturas, totalmente fuera del mainstream editorial actual, está relacionada más con la Historia de la Literatura que con la literatura en sí, Lorena.
EliminarEn este aspecto, hasta el mismísimo 'Ulises', de Joyce, pertenece más a la Historia que a las letras que solemos visitar.
Pero su lectura permite comprender cómo hemos evolucionado, desde los libros de caballería y cantares de gesta hasta nuestras letras. Pensar que muchas de estas obras tienen origen en una tradición oral de lay y de juglares. La invención de la imprenta revolucionó a la sociedad.
He de decir que lo he disfrutado, como quien disfruta de una novela de aventuras y me ha acercado, confieso, al Quijote de Cervantes, libro que deberé leer al completo.
Un abrazo para ti.
Me es difícil leer literatura, digamos, antigua, El Quijote, sí lo he leído, y varias veces, me adapto a su lenguaje antiguo, pero lo he intentado, en especial con traducciones de obras de literatura antigua no españolas y me resulta difícil; llevo unos buenos meses leyendo, a saltos, los Cánticos de Petrarca, y bueno, digamos que aún sigo en el combate, jaja. SIm embargo en mis paseos y combates por el Libro de Aleixandre o el Libro de Apolonio, el CAntar del Mio Cid, o el Libro de Buen Amor, caí por KO, técnico. Debe ser cosa que solo me gusta el Quijote, porque hasta me encanta el Apócrifo, el de Avellaneda.
ResponderEliminarGracias Marcelo
cuídate
He leído el Cancionero de Petrarca en la versión de Cátedra, y me ha gustado ese poema de un amor imposible.
EliminarTengo presente el Mío Cid -alejado del actual 'Sidi' de don Arturo-, libro que debí leer en mis años mozos.
Su amado Quijote, abreva -mucho- en esta obra. La edición bilingüe permite esa ida y venida necesaria.
Es cuestión de animarse.
Un abrazo, Maestro.
Es un buen clásico. Es una pena lo que mencionas de la traducción, porque es importante respetar el texto en obras así. Las ediciones de Cátedra suelen ser muy eruditas y tener muchas notas al pie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizás expresé mal la idea. La edición presente corrige y amplía la de Urrea, en la que se basa -de 15...-, quien fuera su primer traductor. Al ser bilingüe, puedes cotejar en la página anterior con el original -es italiano antiguo, no muy distinto al actual-.
EliminarMuchos lectores prefieren otras ediciones y no la de Cátedra, porque se entrecorta mucho la lectura con notas al pie. Aunque no creo que abunden las de este título.
Un gran abrazo, Rocío.
Un referente literario de primera magnitud, amigo Marcelo, y ya sabes que yo miro con insaciable curiosidad hacia el pasado lejano de la literatura, desde la época de Homero en adelante.
ResponderEliminarEs un recorrido lector que siempre enriquece y amplía la idea sobre la literatura contemporánea.
Un fuerte abrazo, pibe!!
Y que lo digas, Paco! Leyendo estas obras puedes tener un panorama más amplio acerca de cómo ha evolucionado el hombre, en su manera de pensar y de vivir.
EliminarUn libro señero para muchos otros.
Un abrazo, amigo!