I.
Este título me fue sugerido hace ya
tiempo, cuando había asumido mi carácter solitario y comencé a hurgar en cómo
otras personas sobrellevaban –con mayor o menor éxito- una condición que, para
muchos, no está bien vista, aunque en la actualidad existe una revaloración de
ella. Acompañada por un subtítulo prometedor –‘Aventuras en el arte de estar
solo’-, esta mezcla de ensayo, crítica cultural y miscelánea de la vida de la
autora en Nueva York –a la que tuvo que adaptarse tras una frustrada
experiencia de pareja-, parecía un texto destinado a ser incluido bajo la
etiqueta de marras.
II.
El libro comienza tratando de
develar qué significa estar solo. La propia Laing reconoce en ello algo que la
sociedad postula como ‘vergonzoso’ o ‘humillante’ debido a nuestro carácter gregario,
como si esa instancia debiera tolerarse
como un período mínimo y necesario para volver a estar de a dos; es decir, vivirlo como una excepción a la norma general y
no como una elección de pleno derecho.
III.
En sus páginas se abordan diversos
aspectos. En primera instancia están las consecuencias lógicas de soledad y
extrañeza y esa tendencia a ocupar el vacío con la tecnología, ya sea mirando
películas o buscando contención en las redes sociales detrás de las pantallas,
que en parte protegen pero que también aíslan. Después, aborda de manera muy
interesante el vínculo que se establece entre la soledad y los artistas. A
través de la vida y de la obra de Edward Hopper, Andy Warhol, David
Wojnarowicz, entre otros, analiza cuánto hay de necesidad y cuánto de rechazo
social en la expresión artística, y las diversas formas de resistir.
IV.
Por último, el repaso de la vida nocturna en
los bajos fondos, la marginalidad de homosexuales y adictos y la influencia del
flagelo del SIDA en la proliferación de seres solitarios –sobre todo, en el
período en que la enfermedad se había declarado, pero no había alcanzado un
tratamiento adecuado- sirven de colofón para brindar un panorama completo de
los distintos estratos en los que la soledad se presenta en la ciudad de Nueva York.
V.
Con una pluma ágil, un tono
intimista, información muy detallada y documentada y alternancia entre los
diversos actores y el plano personal, Laing ofrece una mirada honesta y
bastante precisa sobre los avatares de aquellos a quienes la soledad ha sido,
es y será gran parte de sus vidas. Otra propuesta para tener en cuenta.
La soledad es algo que merece un detallado análisis. Hay quien la considera una maldición, hay quien la soporta con valor y hay quien la elige como opción de vida. Yo creo que el problema viene de haberla denostado, de haber establecido que es algo anómalo de lo que es mejor huir porque lo normal es la vida en compañía.
ResponderEliminarPuede que por fin empecemos a verla como algo que puede o no puede tocarte, pero algo normal, permanente o estacionario en la vida de las personas.
Un beso.
Laing reconoce que no había sido su opción inicial y que al fin de su relación no le quedó otra más que aceptarla. A partir de allí, decidió hacer algo positivo con ello y abordó el tema de la soledad vinculado al arte.
EliminarPersonalmente, creo que hoy son muchas las personas -en su mayoría, de vida urbana- que han hecho una elección personal por estar solos -aunque muchos se rodeen de mascotas-. Atrás ha quedado el mandato social de la vida en compañía, por lo menos en las ciudades; existen miles de opciones para sentirte contenido o partícipe de la vida social.
Ha sido un libro muy interesante.
Un beso para ti.
Que interesante el libro que comentas. La soledad es todo un tema que siempre sobrevuela a nuestro alrededor, a mi me gusta mucho la soledad pero también es cierto que no estoy sola y por tanto no sé si me gustaría tanto.
ResponderEliminarEl recorrido que hace el libro me parece muy original.
No desistas de tener compañía Marcelo.
Abrazos.
Claudia, mi ex socia de este espacio, me legó un poco el interés por este tema, puesto que le apasionaba.
EliminarConsidero que a medida que nos volvemos más grandes en edad, más se nos hace necesario mantener 'islotes de soledad', sin menoscabo del contacto con los afectos.
El libro en sí mismo no sólo es original; es esclarecedor. Mucho más respecto de la soledad en el mundo de la homosexualidad, la adicción y del SIDA, donde la mayor parte de las veces el sentimiento aflora al ser rechazados por los demás, no por opción personal.
No desisto de la compañía, U-to, pero el haberme habituado a caminar en medio del desierto me impide valorarla en su verdadera magnitud debido a que siempre llevo los ojos llenos de arena.
Un fuerte abrazo para ti.
Es que esas ciudades son tremendas según cómo te pille la situación y si es elegida o impuesta la soledad. No sé, creo que va por épocas y circunstancias. Seguro que este retrato es muy interesante así que me apunto a averiguar lo que tiene que decir la autora al respecto.
ResponderEliminarMe apunto.
Besitos acompañados
Si te gusta la pintura de Hopper y su mirada sobre el tema, es un libro para ti. Aporta mucho sobre la vida de Warhol, a quien le gustaba la soledad para trabajar pero detestaba quedarse solo.
EliminarEn general, un libro muy interesante. Es descubrir una faceta de Nueva York no tan frecuentada.
Besitos acompañadores.