I.
Surgió como
propuesta de un taller de lectura y, si bien me inscribí en el grupo
compartido, al final no concreté mi participación. Llevaba la ventaja de ser un
libro breve, de autora asiática y publicado durante su primera juventud. Lo
incluí entre mi selección como una alternativa novedosa a la literatura
consagrada de ese mismo origen. Por otra parte, aparecía en varios catálogos
como buena recomendación.
II.
Este
libro sucinto y algo melancólico está constituido por tres relatos. Los dos
primeros mantienen personajes y un hilo común, mientras que el último es un
relato con el que se dio a conocer la autora y, al parecer, fuera premiado en
un concurso. Todos ellos están atravesados por una atmósfera típicamente
japonesa: la tragedia que engalana cada una de las historias, personajes que se
debaten entre la solidaridad, la nostalgia y las ganas de vivir, y la presencia
de entes misteriosos, que abrevan en la rica tradición oral nipona, de mitos y
leyendas.
III.
Mikage Sakurai es una jovenzuela que vive con
su abuela hasta que ésta muere. A partir de allí decide refugiarse en la
cocina, su lugar favorito. Pero los recursos se van agotando y debe abandonar
la morada que alquila. Al rescate viene el joven Yuichi, un conocido de su
abuela que le propone trasladarse para vivir junto a él y a su madre, Eriko.
Solo que su madre no es su madre, sino su padre transexual, que regentea un bar
nocturno. Ahí descubrirá la naturaleza del vínculo que la une a Yuichi, sobre
todo a partir de la violenta muerte de Eriko.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
En
el relato ‘Moonlight shadow’ –inspirado en la letra de la canción homónima de
Mike Oldfield, según la propia autora reconoce-, Yoshimoto desgrana la historia
de Satsuki, otra joven (parecida a Mikage) quien en un accidente de tránsito ha
perdido tanto a su novio, Hitoshi, como a la novia de su hermano menor, Shu. Satsuki
y Shu vuelven a encontrarse tiempo después y evocan sendas figuras a través de
una mujer capaz de relacionarse con los muertos.
V.
De
estilo ameno y fluido, el conjunto resulta fresco y juvenil, una bocanada de
aire nuevo en medio de historias tanto o más trágicas. Adolece de cierta falta
de desarrollo en sus personajes y no alcanza profundidad en temas relacionados
con la pérdida y el dolor, pero se le disculpa por ser una primera obra bien
lograda y cuyas repercusiones le han valido traducciones a lo ancho del mundo.
Un libro ágil y llevadero, por más que siga hablando de huérfanos y soledades, tan
habituales en la literatura japonesa.
Querido Marcelo:
ResponderEliminarHa dado usted con mi autora favorita de literatura japonesa. Por cierto, ya hace mucho que no le publican nada nuevo en español. Mi favorita sin duda es Amrita, pero todas sus historias son preciosas, llenas de sensibilidad y con ese toque mágico tan bien integrado en la realidad. Me alegro de que te haya gustado aunque le veas aspectos a mejorar, tengo que decir que sí, que mejora.
Besitos orgullosos
Tus palabras son palabras de aliento, Maja. Había leído 'El lago' gracias a ti. Éste es su debut, entiendo, y está aún en germen parte de su literatura posterior.
EliminarTendré a Yoshimoto en cuenta, no solo por sus letras sino también por tu reconocimiento hacia ella.
Besitos cariñosos.
Lo leí hace mucho, pero yo no tuve esa sensación mágica y evocadoras, sino que me parecieron una muestra de la relación y el contacto entre la vida y la muerte, una visión ni trágica ni alegre, solo asumida. El suicidio como el eje principal, creo recordar de alguna historia. Algo así como una joven indefensa ante el mundo siendo el mundo indefenso ante la muerte.
ResponderEliminarpero fue hace mucho, no me hagas mucho caso
gracias Marcelo
cuídate
Hay mucho de lo que señalas, Wine. Sólo que está en un registro que comparte con otros autores -'que recordar no quiero'-.
EliminarLa indefensión o el desamparo -sobre todo, de los jóvenes- es el tema central que plantea gran parte de la sociedad oriental; su literatura refleja sin tapujos el fenómeno.
Por más que haya pasado el tiempo, sigo confiando en tu buen saber y entender.
Un fuerte abrazo, Maestro.
Quince años hace ya que leí este libro. Ya sabes que no soy muy fan de la literatura oriental (de extremo Oriente, pero me lo regalaron y no podía dejarlo de lado. Casi no recordaba nada salvo que lo leí a gusto, que las historias me atraparon, pero que no terminó de parecerme redondo.
ResponderEliminarMe ha gustado recordarlo.
Un beso.
Quizás, como bien señalas Rosa, no es del todo redondo, pero transmite cierto desasosiego sobre la orfandad y la muerte, para jóvenes que, se supone, debieran estar alejados de esa realidad. Por lo que he podido indagar, esta situación de desamparo es muy común entre ellos; razón por la que se lo cuestionan, literariamente hablando.
EliminarUn buen libro, muy apto para lectores sensibles.
Un beso para ti.