I.
Propuesto por un taller de lectura compartida no podía eludir el
compromiso, a sabiendas de las recomendaciones varias que habían hecho
obligatoria mi versión digital. Confieso que me adentré en el universo
narrativo de la autora con cierto recelo. Cuando muchas voces ensalzan, mis
alarmas se despiertan. No obstante, al poco de andar cayeron mis defensas, así
como las del protagonista. Y comencé a disfrutar de un decir nuevo.
II.
Aleksy
es un artista afamado que pasa por una suerte de bloqueo. Su terapeuta le
sugiere recordar ese último verano, compartido con su madre hace años, poco antes de que
un cáncer cruel acabara con la vida de ella y, en gran medida, con parte de la
historia común. Por entonces, ambos se reunieron en la costa de Francia hasta el deceso de aquella. Lo que comienza como una diatriba furiosa
sobre el desamor, se desliza hacia un amor prístino e irracional.
III.
Esta relación materno-filial que la autora nos
regala es sui generis. En principio,
la fuerza se concentra en la voz narrativa del hijo quien, en primera persona,
no deja resquicio posible a la duda sobre su odio, su ira hacia una madre que
jamás ha tenido para con él un gesto de afecto. Y a quien hace responsable de
la muerte de su querida hermana menor; algo así como el núcleo que sostenía ese
delicado equilibrio pseudo-familiar y cuya desaparición desencadena la dispersión de
sus miembros.
La versión digital, gentileza de EpubLibre
IV.
El
jovenzuelo Aleksy se ve sometido al designio de una madre que ha arreglado
pasar ese verano en un poblado francés cercano al mar, cuando su intención era
compartir una temporada de sexo y drogas en Ámsterdam junto a sus amigos. Si ya
tenía argumentos más que suficientes para odiarla, esto sólo exacerba su
sentir, paliado a medias con la promesa de la compra de un automóvil y la
licencia de conducir. A medida que transcurren los días, la interdependencia –cada
vez mayor de su madre respecto de él- y el ambiente lacónico y quedo del entorno
van mellando la esencia combativa del protagonista, dando lugar a un vínculo
más natural y a una emotiva resiliencia entre ellos.
V.
Con
una prosa descarnada y frontal, tan cruel y violenta como el rencor concentrado
de su personaje principal, Ţîbuleac compone una historia de una madre que no
fue, un hijo despreciado rayano en la locura, una familia que se deshace tras
la muerte de una menor y la necesidad de sinceramiento que nace a partir de un
accidente, que impone serias limitaciones al protagonista aunque no así a sus
afectos. Una novela que maravilla al lector por su contundencia tanto como por su emotividad.
Ciento por ciento recomendada para lectores sensibles.
Me encantó la novela cuando la leí hace un par de años. También la inicié un tanto suspicaz por tanta crítica entusiasta como había visto, pero también enseguida me cautivó la historia y la forma de contarla.
ResponderEliminarUn beso.
Compartimos entonces, Rosa, un camino de lectura. Me ha gustado tanto, que la he recomendado mucho a quien me ha solicitado algo contemporáneo, realmente bueno.
EliminarGracias por darte una vuelta por aquí, y por tu gentileza de citar este espacio en tu magnífica reseña sobre el libro de Lorrie Moore.
Un beso y abrazo grande para ti.
No podía dejar de mencionarlo. Tú me diste a conocer a la autora.
EliminarUn beso.
Querido Marcelo, esta vez no me apunto. Porque ya la he leído y me fascinó tanto como a vos. Conste que no quería leerla porque un día la ojeé en la librería y me pareció escrita en tono insultante. Luego, gente cercana y afín me aconsejó su lectura y obediente yo, disfruté de esta historia dura y contundente. Suscribo tu opinión.
ResponderEliminarBesitos conformes.
Por algo somos amigos lectores, Maja. A la buena literatura la reconocemos sin cortapisas.
EliminarSabes bien que no suelo leer 'novedades'; por eso este libro ha esperado lo normal. Pero me ha gustado mucho. Y hubo quien me ha dicho que su obra siguiente está muy bien también.
Besitos compinches.
Está programada para este curso en el club de lectura así que la leeré. Desconfiaba al ser muy reciente y haber visto su portada en muchos blogs, no recuerdo, sin embargo, haber leído ninguna reseña sobre ella, esta es la primera. Ya os contaré. Seguro que da para un interesante debate sobre la maternidad y sobre la dependencia de la madre, incluso cuando somos adultos, incluso cuando ya no está. Un abrazo.
ResponderEliminarEl mayor logro de la autora radica en haber encontrado la voz del protagonista, adecuada para aquello que ha de narrar. El resto, es solo una consecuencia lógica. Pero posee cierta belleza que no es menor. Nos contarás cuando lo concluyas, Ana.
EliminarUn abrazo para ti.