Lumen, 2016
I.
La generosidad transatlántica me había hecho llegar este volumen en
2016, en versión digital. Cuando me enteré que se trataba de una tetralogía,
decidí esperar. Al tiempo, empezaron a llegar las ediciones en papel y las fui cosechando de a una. Tras las
alentadoras primeras repercusiones, unidas a cierto misterio que envolvía a la
identidad de su autora, la prudencia me hizo dejar correr el tiempo, para encarar
ahora el conjunto –que irá apareciendo a lo largo del año en forma periódica-.
II.
Este primer volumen abarca la infancia y
adolescencia de dos mujeres que a lo largo de sus vidas sostienen un vínculo de
amistad que las ha unido desde la niñez, en el Nápoles de mediados de
siglo pasado. La narradora es Elena Greco –Lenù- quien, hacia el final de su vida decide contar(nos) la historia de ese ser tan especial y tan significativo
para su propia vida que es Raffaella Cerullo –Lila-.
III.
En medio de un barrio pobre, la
familia Cerullo sobrevive por Fernando, el zapatero remendón, mientras que los
Greco lo hacen gracias al trabajo de conserje en el Ayuntamiento que tiene el
padre de Lenù. En derredor están los Carracci de la charcutería (fiambrería); los
Peluso de la carpintería; los Cappuccio –con su viuda loca- y los Sarratore,
con un padre ferroviario y poeta. Acompañan un puñado de personajes secundarios
que completan el escenario donde se desarrollan las acciones.
IV.
Ambas protagonistas conforman una dupla
memorable. A la díscola Lila, autodidacta, antojadiza, irreverente aunque muy
inteligente y observadora, se le opone una Lenù esforzada, equilibrada,
estudiosa aunque sin tanto brillo. Las dos conocerán en carne propia las
privaciones, los abusos, los primeros contactos con los varones, la sumisión al
más fuerte, el imperio del dinero y del poder, entre otros tópicos. Este volumen
concluye con el casamiento de Lila.
V.
Sin duda, el estilo narrativo en
que Ferrante nos participa de hechos y sentires es el gran acierto del libro.
Los lectores no asisten como meros espectadores: la narración los incluye como
testigos oculares de lo que les acontece a los personajes principales. Es esa carnadura que transmite todo el texto –que
no se lee; se vive-, lo que hace trascender
a esta historia, que no se apega al realismo social de una época sino que va
más allá a través de sus emociones. Al menos, es un comienzo auspicioso que
promete continuidad. Fluido y coloquial, con diálogos jugosos y escenas
memorables, es un libro que hará las delicias de cualquier lector.
Leí las cuatro novelas a lo largo de unos tres años y la verdad es que no pierden interés. Cada una muestra una edad en los protagonistas y una época en Italia y en el mundo. La serie ha llegado a aburrirme, pero las novelas, nunca.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha gustado, Rosa, el estilo emocional que ha elegido la autora para allegarnos la historia. Confío en que los próximos volúmenes mantengan la misma esencia. No he visto la serie homónima.
EliminarUn beso para ti.