I.
Estaba entre las propuestas que
la Arquitecta había llevado como
opciones de lectura. Cuando se le preguntó sobre la inclusión de ésta,
respondió que ya había leído otras obras del autor y que le gustaba su estilo.
Llamó mi atención su título y me incliné por él debido a que es escasa mi
afición por las letras latinoamericanas –aunque últimamente estoy más permisivo-. Como no tenía idea ni de
autor ni del conjunto de sus libros, decidí hacer mi debut con ambos.
II.
En el inicio, Cárdenas expresa que la presente
es una ficción basada en el texto de Manuel Ancízar, Peregrinación de Alpha, aparecido en 1853 en forma de libro, donde
se narran las peripecias de una Comisión Corográfica, que debía llevar a cabo la
tarea de describir la geografía natural, sus gentes y, sobre todo, el
relevamiento de recursos con potencial económico de explotación, que alentaran
inversiones extranjeras.
III.
El libro está constituido de tres
partes que ocupan el lustro 1850 – 1855, años en que desarrolló su actividad
dicha Comisión, en ese territorio de la Nueva Granada –hoy, Colombia-. Entre
los protagonistas destaca la figura de Henry Price, un pintor inglés quien, al
arribar a las aldeas nota con asombro la existencia de unas magníficas acuarelas
realizadas por un pintor de iglesias, cuya actividad parece ser su fuente de
ingresos, pero del que se rumorea que es un prófugo de la Justicia, razón por
la que no se afinca en ninguna de ellas.
IV.
Así, con una persecución digna de un western
comienza esta novela en la que no falta condimento alguno: la lucha por el
poder de la joven nación, la existencia de matones a sueldo, la expoliación de
los recursos naturales, la esclavización de la población nativa, etc. A su
modo, también sirve a Cárdenas como un modo de denuncia de abusos sociales,
económicos y políticos.
V.
En un estilo directo y ameno, con recursos literarios más propios de las crónicas de viajes o de los libros de aventuras que de la novela y, hacia el final, cierta dosis de fantasía, Cárdenas aborda un período de la historia colombiana, donde mucho estaba aun por hacerse, y lo hace a través de un libro entretenido y esclarecedor, muy apropiado para ingresar en las letras del autor. Por momentos, trajo a mi memoria aquella recordada obra de Antonio Tabucchi, Nocturno hindú. Un simple dato para la intertextualidad.
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