martes, 16 de diciembre de 2025

Novelas de Robert Arlt. 4. El amor brujo, Roberto Arlt

Losada, 2015

 I.

               Es la cuarta y última novela del autor, aparecida en 1932, y reunida en este volumen. Narra la historia de Estanislao Balder, un ingeniero calculista, quien una tarde en la estación de tren Retiro es deslumbrado por el candor de Irene Loayza, una jovenzuela de dieciséis años que suele viajar en ese medio para tomar clases de piano, y volver a la ciudad de Tigre donde vive junto a su madre. Balder no duda en seguirla, primero, y establecer contacto luego, de manera de conquistar a Irene y convertirse en su novio.

II.

                Pero Balder, casi en la treintena, se halla casado con Elena y juntos tienen un crío. Cuando decide sincerarse con Irene, le propone conocer a su madre y conseguir permiso para frecuentarla, confesando su intención de divorciarse para después vivir un idilio que concluirá en nuevo matrimonio. Mientras tanto, los encuentros entre ambos protagonistas son furtivos y melosos. Solo le acosa a Balder una obsesión: saber si Irene es virgen. Al poco, la relación se enfría y pasan dos años hasta que una situación fortuita los vuelve a reunir. A partir de allí, retornará el romance hasta su desenlace.

III.

               Balder representa un arquetipo de clase media urbana a quien el matrimonio le resulta rutinario, una suerte de corset institucional con el que se obtiene el permiso social para ejercer la sexualidad que, una vez pasados los primeros fragores, deja de tener atractivo. Por eso busca en una relación extramatrimonial recuperar aquel deseo y también parte de los sueños de juventud. En ese sentido, el lector asiste a los devaneos de la caza y conquista que Balder intenta sobre Irene y a sus propias fantasías de amor, viajes y sueños de una vida mejor junto a ella.

IV.

               El gran acierto de esta novela tragicómica son las meditaciones acerca del sexo, el matrimonio y el paso del tiempo en las relaciones humanas, que Balder va dejando escapar en cada regreso de su viaje en tren. Los párrafos condensan en breves líneas los argumentos de un pequeño burgués respecto de la vida familiar, llena de hipocresías, y las posibles formas de escape que existen para que la vida no se convierta en algo totalmente aburrido. He aquí un ejemplo,

‘Analizaba a su mujer y la encontraba semejante a las esposas de sus amigos. Todas ofrecían características semejantes. Eran singularmente amargadas, ambiciosas, vanidosas, rigurosamente honestas, y con un orgullo inmenso de tal honestidad. A veces se le antojaba que este orgullo estaba en razón inversa del reprimido deseo de dejar de ser honestas. Lo más notables del caso es que si alguna de estas mujeres honestas, para singularizarse hubiera dejado de serlo, con semejante actitud no habría agregado ningún encanto a su personalidad. Habían nacido para enfundarse en un camisón que les llegaba a los talones y hacerse la señal de la cruz antes de dormirse. Pavoneaban una estructura mental modelada en todas las restricciones que la hipocresía del régimen burgués impone a sus desdichadas servidoras.’

V.

              De estilo ameno y coloquial, con escenas desopilantes –la de la presentación ante la madre para pedir permiso para mantener relaciones con su hija (aun estando casado) no tiene desperdicio- y el auxilio de un breve puñado de personajes secundarios que fortalecen la trama, Arlt nos ofrece un espejo burlesco sobre una clase media cómoda y pusilánime, incapaz de remontar el conformismo impuesto por las reglas sociales. Una obra recomendable.

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