Anagrama, 2013
Era
breve y tenía un título sugerente. No soy un seguidor de Baricco, aunque
reconozco que alguno de sus trabajos me ha gustado. Tampoco suelo dedicar mi
lectura a novedades recientes, como es el caso; mas al leer la contraportada
decidí llevarlo. La larga espera en una antesala me brindó la ocasión de
encararlo.
Al inicio, hay una nota del propio
autor aclarando el por qué de este libro. La misma hace referencia a una obra suya anterior , Mr. Gwyn, en la que el
protagonista está leyendo un libro de Akash Narayan con este título. Se le
ocurrió que sería bueno darle una continuidad construyendo tres relatos que
justifiquen, en parte, esa escena.
Los tres relatos presentan a una pareja
en circunstancias nocturnas. En el primero, un hombre de negocios que se
encuentra esperando el momento de abandonar su hotel se topa con una mujer que
viene de la calle y no se hospeda allí. En el segundo, un hombre mayor, portero
de hotel, escapa junto a una jovenzuela de la cercanía de su pareja. En el
último, una mujer policía decide que el lugar donde se da refugio a un niño no
es el adecuado y se lo lleva a un sitio que considera más seguro.
El común denominador de estos
cuentos es el amanecer. Ése es el momento en que, con la aparición de la
claridad, también se resuelven las historias. Una asociación sutil en la que el
primer albor de la mañana llena de luz las situaciones y les brinda un final.
Por otra parte, cada encuentro de estos personajes es el primero y también el
último, y si bien puede suponerse una continuidad entre algunos de los relatos,
al parecer no son los mismos protagonistas.
El libro está atiborrado de diálogos
entre ambos personajes en cada una de las ficciones, como si el avance de la
trama dependiera pura y exclusivamente de lo que se intercambia verbalmente.
Escrito en estilo coloquial, el texto fluye rápida y dinámicamente.
Sospecho que éste ha sido más un
intento de darle curso a tres historias que ya estaban presentes en la mente de
Baricco mientras escribía su obra anterior, que el hecho de elaborar un nuevo
trabajo continuador. Una obra que pasa sin dejar mayor huella, muy apropiada
para una noche de vigilia o de insomnio.