viernes, 18 de diciembre de 2015

Efecto dominó. Amsterdam, Ian McEwan


Anagrama – Página 12, 2012


         He leído algunas de las obras de McEwan y siempre me ha parecido un escritor interesante, con obras equilibradas que incluyen cierta dosis de sorna e ironía. Por este trabajo le otorgaron el Booker Man Prize en 1998, motivo suficiente para zaherir mi curiosidad. Cuando un periódico local dispuso lanzar una colección de títulos entre los que se incluía, en edición económica, no dudé en llevarlo. Máxime, con las dificultades que ya acarreaba hacerse de un ejemplar.

          La otrora seductora columnista de modas Molly Lane ha dejado este mundo, después de una larga agonía con la que fue perdiendo memoria y terminó desconociéndose ella misma. En su funeral se dan cita el famoso compositor Clive Linley; el director del periódico El Juez, Vernon Halliday; el ministro de Asuntos Exteriores y candidato a primer ministro, Julian Garmony, todos ellos en algún momento amantes de la difunta y, como es de esperar, su opulento marido George Lane. A pocos días de esa ceremonia, unas fotos tomadas por Molly -que estaban en poder del viudo- en las que aparece el funcionario en actitud comprometedora son entregadas por aquél al pope de la prensa opositora al gobierno –Vernon- para su publicación. Este simple hecho origina una serie de situaciones entre los protagonistas cuyas imprevisibles consecuencias se revelarán al final de la novela.

            Con su característico humor negro y una cuota no despreciable de sátira, McEwan construye una historia donde unas fotos antiguas disparan la ocasión de saldar viejas deudas atragantadas entre los protagonistas, con una suerte de efecto dominó, por el que una acción deriva en otra, y así sucesivamente, haciendo que el texto fluya rápidamente hacia su desenlace.

          Pero lo que se inicia como un escrito prometedor naufraga a poco de andar. En principio, hay una asimetría notoria entre el desarrollo de sus personajes; no sólo Clive Linley es el más logrado, sino que los demás, en comparación, sólo resultan superficiales. Por otra parte, de la sorda batalla librada entre él y Vernon se sabe mucho más desde su punto de vista que del de su oponente. Si a esto le agregamos el inverosímil final, tan poco convincente que parece escrito por un amateur, la novela no está a la altura que supo alcanzar el autor en alguno de sus trabajos precedentes.

           Es curioso que a McEwan lo hayan premiado por este libro, cuando ese mismo galardón ya se le había negado dos veces por novelas mucho más reconocidas. Eso, al menos, levanta suspicacias sobre premiación y premiado. Ameno y coloquial, resulta entretenido de a ratos, pero sin dejar recuerdo.

10 comentarios:

  1. Iba a apuntar pero ya no. Ese final lo dice todo y además parece que hasta te has llegado a enfadar y eso sí que es raro de ver por esta casa.
    Me gustó Expiación y siento mucho que le hicieran esa peli tan mala.
    Espero que fuera barato.
    Un beso para vos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debe ser que esperaba más de un autor reconocido como McEwan, Norah. Sospecho que éste es fruto de un compromiso tácito, como si te dijera: "Norah, hemos decidido premiarte; haznos el favor de armar algo para darnos la excusa necesaria, ¿si?". No debo estar muy lejos de lo ocurrido.
      Algún día escribiré mi reseña de 'Atonement'; buen libro, sobre todo el final.
      Sí, desembolsé pocas pesetas por esta edición.
      Un cálido beso para vos.

      Eliminar
  2. ¡Un Man Booker inmerecido! Era el último que se salvaba... He leído "La expiación" y "Sábado" del autor. La primera es muy dolorosa, la otra me dejó desconcertada un poco. Luego pensé que el autor tenía mucho coraje para escribir una novela tan poco diplomática y políticamente correcta. Por eso es aun más grande, si cabe, mi sorpresa ahora.
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo 'Sábado' para leer, y su último trabajo, Agnieszka. Considero a éste un tropiezo. Pero debe ser bueno que, así y todo, te premien.
      Sí, fue una sorpresa no grata. Tampoco podemos pretender que todo lo que escriba un autor sea exitoso...
      Acerca de los premios, hay mucho que se podría decir. Empezando por Mo Yan o Modiano, por ejemplo...
      Un gran abrazo!

      Eliminar
  3. Lo leí hace mucho tiempo, dieciséis años por lo que tengo anotado en mi libreta. El comentario no me aclara mucho, es muy breve: "Es una crítica de la naturaleza humana, con especiales referencias a la generación de los sesenta". Nada más.

    De este autor me gustó Expiación y no me gusto mucho Solar, el único que tengo reseñado en mi casa.

    Me parece un escritor irregular que pretende tratar un amplio abanico de temas de actualidad y no consigue armar una obra de calidad, me da la impresión (lo digo por Solar) que divaga, a mi me costó encontrarle sentido a la historia.

    Tengo otro comprado,La ley del menor, veremos que me depara.

    Un fuerte abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. McEwan pertenece a esa generación de escritores británicos que criticaba muy duramente a la sociedad inglesa de los '60 -la de sus padres- cuando jóvenes. Ahora le ha tocado a él y a Amis, Barnes, Ishiguro, etc., llegar a la edad de aquéllos.
      Comparto contigo: me gustó mucho 'Expiación' y algo menos 'Chesil Beach'. Tengo también 'La ley del menor' y 'Sábado' para darle otra chance.
      Un beso grande, U-to!

      Eliminar
  4. Es que los premios a veces es un indicativo de lo que NO tienes que leer :) Lo que he leído de McEwan hasta ahora no me ha disgustado, pero es verdad que no es un autor del que tenga la sensación que me vaya a gustar todo lo que ha escrito. Y para muestra, un botón :)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más de una vez me ha pasado que aquello por lo que supuestamente se le ha otorgado un premio, no justifica el mismo.
      Es preferible leer otras cosas de McEwan; quizás el último, no se...
      Un beso, Ana.

      Eliminar
  5. Si empezamos a tirar del hilo, seguro que tus suspicacias en torno al galardón de este libro están de sobra justificadas, tales prácticas son vieja moneda de cambio en el mundo literario.
    Hay escritores muy maleables por la adulación mediática, desconozco si es el caso de McEwan, y eso provoca que su genio creativo pase por etapas de letargo. No he leído nada suyo, aunque tampoco tengo prisa por hacerlo, mis apetencias están ligadas a un alto porcentaje de imprevisibilidad, corazonadas y azar.
    Cuídate Marcelo y disfuta de una soleada Navidad en el hemisferio sur...Por este lado de acá, en cuanto a sol, no tenemos mucho que envidiaros.Esto del cambio climático es preocupante.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debo reconocer que no son los premios la mejor publicidad de un libro; prefiero leeros a vosotros para saber qué descartar y qué dejar pasar. Pareceré 'peronista', pero parafraseando a Juan Perón, 'para un lector, no hay nada mejor que otro lector'.
      La misma frase que has acunado sobre tu selección de lectura puede aplicarse a mi. Cuando se lo comenté a Andrés Neuman, me dijo que soy (somos) lector/es nómade/s. Desde allí, la definición la he enarbolado como mi propia bandera.
      Espero que Araceli, tú y la pequeña tengáis una excelente y soleada Navidad.
      Un fuerte abrazo, amigo!

      Eliminar