Navona, 2008
Quizás
no sea su obra más renombrada ni tampoco la más representativa, pero sin duda
posee esa mirada inquisidora acerca de la sociedad de su tiempo, tan propia de
Steinbeck. Hacía bastante que quería leerlo; decidí intercalarlo con un grupo de setas francesas que me
habría de procurar para finalizar el año. No pude conseguir una edición del
film que, basado en este título, protagonizaron Nick Nolte y Debra Winger en
1982, de la mano de David S. Ward. De todas maneras, disfruté de su lectura.
Cannery Row es el nombre que lleva
el suburbio de Monterrey, en California, destinado mayormente a la elaboración
y envasado de conserva de pescado, particularmente de sardinas. El autor sitúa
a sus personajes durante la Gran Depresión, donde dinero y trabajo escaseaban.
Allí se dan cita Doc, un solitario
investigador científico; Lee Chong, el hábil tendero local que no sólo hace
negocios sino que provee a su clientela –y asiste a los demás dando crédito-;
Dora, la madame del burdel local y Mack y sus muchachos, vagabundos reacios al
empleo pero de gran corazón, quienes se apropian de un tugurio para capear la
falta de vivienda. Son tiempos de carencias pero no de desaliento. Todo
mantiene su equilibrio hasta que Mack y los suyos deciden dar una fiesta
sorpresa a Doc por considerarlo un buen tipo. El exceso de whisky unido a otros
infortunios cambiarán los planes de lo que se habían propuesto y entrarán en
juego los demás personajes para que el fracaso inicial se convierta en un éxito
inolvidable.
Con personajes sabiamente
delineados, una gran dosis de humor y escenas poéticas no exentas de emoción,
Steinbeck compone un retrato fidedigno del entorno portuario de la Costa Oeste
de los E.E.U.U., donde cohabitan gente de pueblo con estibadores, prostitutas,
soldados y ladrones en medio de bares ruidosos, hedor a pescado y un ruido
infernal, con una burbujeante geografía que combina bosques de pinos, cabañas,
almacenes de ramos generales, galpones de chapa y sórdidos suburbios que dan
vida a los arrabales donde bulle la vida.
Fluida y coloquial, la novela se lee
rápido dejando un sabor muy agradable y un mensaje esperanzador: que aún en los momentos de
necesidad extrema, siempre habrá un motivo de festejo si existen solidaridad y
amistad verdadera.
Vamos a acabar el año bien. Me gusten estos libros que tienen tanta vida dentro. Todos tan distintos y el ambiente en el que en verdad no nos atreveríamos a vivir si no fuera amparados en la seguridad del papel y la tinta. Todavía no he leído nada del autor y creo que es buena idea empezar por este barrio.
ResponderEliminarÚltimos besos del año
Este libro es una inyección de ánimo para cualquier lector, Norah. No lo dejes pasar; sobre todo es bueno para momentos difíciles.
EliminarBesos para vos y que tengas un muy buen 2016!
Un gran mensaje nos deja Steinbeck. Los tugurios de mala muerte no son los ambientes que me guste visitar ni física ni literalmente, pero esta novela me llama mucho la atención. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarun abrazo
Es una pintura de los suburbios. Sirve para levantar el ánimo, sobre todo cuando está alicaído, Agnieszka. Por momentos, resulta bastante entretenido.
EliminarUn abrazo para ti, y muy feliz 2016!
¿Quién podría resistirse a ese mensaje final basado en la amistad y la solidaridad? Más si tenemos en cuenta que Steinbeck lo sitúa en un momento de grave crisis económica que, como ocurre con la actual, padecieron los sectores más vulnerables.
ResponderEliminarSu descripción me recuerda a un barrio portuario de Barcelona, el llamado "barrio chino", donde se da esa diversidad de gentes cohabitando en el mismo barrio popular.
Un fuerte abrazo y mis mejores deseos para ti.
Si, U-to, lo que tiene de bueno es esa mirada esperanzada de que, si todo parece mal, siempre habrá una posibilidad de cambiar y mejorar. No diría que es optimista, pero los vínculos solidarios hacen más llevadero el mal presente de todos. Ese sería un poco el mensaje. Muy apropiado para leer cuando andas de bajón anímico.
EliminarGracias por tus augurios.
Un caluroso -nada más propio en este día- abrazo para ti y que vivas buenos momentos en este año que se inicia.
Me encanta este libro, de uno de mis autores de cabecera. El estilo aparentemente tan sencillo y tan depurado, me encanta. No falla
ResponderEliminarBesos
Todo el libro es un canto a la amistad, S. Me alegra que compartamos los gustos. Gracias por darte una vuelta.
EliminarUn beso.
Es difícil leer algo de Steinbeck y no encontrarse con él, aún en lo menos representativo. Me encanta este autor, al que volveré a echar mano a no mucho tardar. Siempre deja un rayo de luz y eso me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo bueno es que uno está viendo el entorno, la gente, lo que ocurre en cada momento de la trama. Sí, comparto; aporta un rayo de luz aún cuando todo en derredor se percibe oscuro.
EliminarUn abrazo para ti, Ana.
Leí hace muchos años, en mis tiempos mozos (que decimos por aquí) "La taza de oro", donde Steinbeck relataba la vida del legendario (y real) pirata Henry Morgan. Tu comentario ha sido como destapar el tarro de las esencias. Me apunto este título porque me apetece encontrarme con una historia así, y me convence lo que cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si lo encuentras, Paco, guárdalo para ese momento en que nos atacan las dudas y el futuro se percibe sombrío; es capaz de revertir la desazón.
EliminarGracias por tus palabras de aliento.
Recibe un fuerte abrazo.
El personaje Lee Chong también pertenece a "El este del Edén". Se trata de la misma persona?
ResponderEliminarNo he leído 'Al este del Edén', pero no me parece pues, si no recuerdo mal, ese libro está ambientado tras la Guerra de Secesión y hasta la IGM. Pero, muchas veces, los escritores toman los mismos nombres de personajes presentes en otras de sus obras. Tendría que leer y ver.
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