Comienzo con una infidencia. Fue la pasión literaria de Utopía, según me comentara, la que
condujo hace poco sus pasos hacia la tierra de Pessoa y Saramago. Así, su viaje me llevó a
recordar que otro apasionado del primero fue Antonio Tabucchi. Claro, haber
leído CASI TODA SU OBRA en un verano antiguo resultó para el ahíto y la
bulimia. Me lo tenía merecido; los motivos de semejante indigestión tenían mucho menos de literarios que de carnales y profanos… Creo que aún puede encontrarse esta reseña en el rezago del espacio donde fue publicado hace ya más de seis años; decidí traerla para ofrecer algo del autor italiano, en el formato en que escribía en ese momento.
Cómo llegué
al libro
Es el autor
preferido de “la rosa de los vientos”, epíteto elocuente y justificado con
creces, que le endilgó uno de mis amigos más cercanos a una fémina díscola y
vivilla con quien trabé relación algunos veranos atrás.
Qué me dejó
Lo que se
inició como una búsqueda del otro termina siendo una búsqueda de sí mismo. Es
que un intelectual devenido en hombre de negocios no está lejano en la renuncia
a lo que se ha sido y en el nacimiento a un nuevo ser.
Cómo llegué
al libro
Es el autor
preferido de “la rosa de los vientos”, epíteto elocuente y justificado con
creces, que le endilgó uno de mis amigos más cercanos a una fémina díscola y
vivilla con quien trabé relación algunos veranos atrás.
De hecho, fue ella
quién lo sugirió y me lo prestó para su lectura, dada la inexistencia en las
librerías en aquel entonces, y a la que devolví con esa premura tan
característica de quien no quiere extender el contacto más allá de lo que
resulta soportable a su corazón. Hablo de “Nocturno hindú”, de Antonio
Tabucchi (Ed. Anagrama, Colección Compactos, 1998).
Andando el tiempo, una de esas tardes cansinas de domingo, cuando se
recorren los puestos de libros usados de un parque vecino con el solo objeto de
dispensarnos algún placer antes de firmar el parte de defunción del semanal
descanso, tuvo lo valentía de salir del escondrijo en que se hallaba quién sabe
cuánto tiempo, para depositarse en mi mano.
Pero lo llamativo fue
que al juntarnos en una esquina palermitana a tomar un café con el citado
amigo, sin mediar comunicación ninguna de nuestra lectura, ambos aparecimos con
sendos ejemplares en el punto de reunión. Lo que se dice “en sintonía”, ¿no?
De qué se trata
Para poder refrescar mis sentires, me dispuse a hacer una relectura de la obra. El texto situado en la India se inicia con una búsqueda, cuyos motivos se ignoran, del narrador en pos de quien fuera un amigo hace algún tiempo; sólo se tiene noticia de un aviso de cierta "enfermedad" pero, al parecer, en el ínterin el amigo se dio a la fuga.
Lo que sigue son sucesos que tienen lugar durante dicha búsqueda. El
encuentro con quien emitió el aviso deriva en viajes y lugares donde se entra
en contacto con una galería de personajes pintorescos que le aportan color al
relato. Éstos generalmente transcurren de noche. El protagonista va armando a
través de fragmentos parte de la historia de su amigo, y también de la propia,
hasta dar con el paradero, pero…
Podría resumirse como la historia de alguien que es buscado pero que no quiere dejarse encontrar.
Podría resumirse como la historia de alguien que es buscado pero que no quiere dejarse encontrar.
Qué me dejó
Lo que se
inició como una búsqueda del otro termina siendo una búsqueda de sí mismo. Es
que un intelectual devenido en hombre de negocios no está lejano en la renuncia
a lo que se ha sido y en el nacimiento a un nuevo ser.
A través de la obra puede verse una
sutil pero profunda introspección acerca de las transformaciones a que nos
vemos conducidos en esta vida, muchas veces empujados por la fuerza de los
hechos, y en otras como respuestas a nuestras preguntas internas, cuestiones
ontológicas que tienen que ver con el sentido último de nuestro acontecer.
Es, en definitiva, la búsqueda de
nuestras propias respuestas la que nos lleva a realizar el viaje hacia el
encuentro que, una vez efectuado, pierde su razón de ser.
Una obra breve, que sirve para la reflexión.
De este autor tengo "Sostiene Pereira" en casa, esperando su turno. En general, veo muy buenas opiniones de las obras de este autor.
ResponderEliminarSaludos
Como he escrito en la introducción, lo he leído casi todo, incluso el que aún te espera a ti (no lo dejes mucho tiempo; es de lo mejor suyo). Éste, particularmente, me resultó interesante por la manera en que va cambiando la mirada el protagonista a medida que busca a su amigo.
EliminarGracias por darte una vuelta, Sara.
Saludos.
Taabuchi, me gusta y sin embargo lo tengo un poco abandonado. No conocía este libro, que habla de esas transformaciones que nos van haciendo casi sin darnos cuenta. Tomo nota.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcelo.
Qué bueno es verte nuevamente por aquí, Ana!
EliminarEl libro está dentro de lo mejorcito de su autoría; quizá acompañe bien a 'Sostiene Pereira' y 'Réquiem'.
Ojalá lo disfrutes.
Un beso grande!
Leí bastante a Tabucchi a finales de los 90 y después lo olvidé, tu propuesta me lo recuerda, igual que mi viaje te lo recordó a ti (que bonito este trasiego de recuerdos y libros ¿verdad?).
ResponderEliminarNo he leído este que comentas, leí: La línea del horizonte, Piazza d'Italia, La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, Sostiene Pereira. De estas obras la última, sobre las dictaduras de los años treinta, es la que más me gustó. Por cierto, Pereira escribe en un periódico llamado "Lisboa"... más casualidades (o causalidades como dice una amiga).
Pensaré porqué abandoné a Tabucchi.
Abrazos y buena semana!!
Sí que es bonito volver al propio poso con el poso de los demás.
EliminarYo comencé con 'Se está haciendo cada vez más tarde' y seguí con éste, 'Los volátiles del beato Angélico', 'Sostiene Pereira' y 'Réquiem'. Si te gusta indagar sobre Pessoa, te recomiendo este último; una muy buena creación.
Un gran abrazo, junto a mis deseos de una alegre semana para ti, U-to.
Hola Marcelo.
ResponderEliminarTabucchi es un autor al que todavía no le he dado una oportunidad, aunque más de una vez estuve tentado y, ahora, después de leerte a ti, mucho más. Me ha gustado tu historia personal con el libro, esas experiencias de vida unidas a un libro siempre me resultan interesantes. La India como marco de la historia parece prometedor...
Habrá que apuntarlo, amigo.
Abrazo!!
Resulta interesante este libro, Paco, cuando empiezas a preguntarte qué camino has seguido hasta aquí, y cuál debieras seguir en adelante. No porque albergues dudas; sino porque necesitas clarificar tu rumbo. Una suerte de sinceramiento contigo mismo.
EliminarSi quieres, aborda 'Sostiene Pereira' primero; un canto a la libertad. Una afirmación del poder de las letras sobre cualquier tipo de opresión política.
Que los disfrutes, amigo! Un fuerte abrazo!
Creía que no había leido nada de Tabucchi, pero revisando su bibliografía, tras conocer a Isabel, este título me recordó una lectura antigua. Quedó en mi memoria el título, no su búsqueda como comentas. ¿Encontraía lo buscado? ¿Momento de volver a buscar? Saludos.
ResponderEliminarA mi me gustó la manera en que Tabucchi secuencia la trama, Ana. Me hizo reflexionar sobre cuántas veces uno persigue un ideal, un objetivo, y una vez que éste se encuentra al alcance de la mano, pierde su sentido.
Eliminar¿Y si la búsqueda fuese lo importante y el objetivo lo accesorio?
Gracias por darte una vuelta por aquí.
Un beso.
La importancia de la búsqueda es un tema que se repite mucho últimamente en mi vida. Así que totalmente de acuerdo con ¿Y si la búsqueda fuese lo importante y el objetivo lo accesorio?
EliminarLlega un momento de la vida en el que te cuestionas si el medio no se ha convertido en un fin en sí mismo. Transitamos senderos parecidos, Ana.
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