Interzona, 2012
Lo
compré por sugerencia de otro apasionado lector el mismo día que Andrés Neuman
presentaba uno de sus libros –y me declaraba lector nómade- en una conspicua librería local, en noviembre de 2013.
A poco de que la casa editora relanzara esta obra en una cuidada edición en
cartoné, me pareció oportuno encarar su lectura.
José María es un obrero de la
construcción que un día conoce a Rosa, una joven veinteañera que se desempeña
como sirvienta de una familia opulenta, haciendo compras en un supermercado.
Con sus cuarenta años a cuestas, queda prendado de ella y decide cortejarla.
Nacido el amor, ambos se entregan recíprocamente a la pasión que los une. La
naturaleza violenta de José María lo lleva a asesinar a su capataz, y no
encuentra otro escondite mejor para ocultarse que los altos deshabitados de la
mansión donde sirve Rosa, sin que ella lo sepa.
Así, José María hará lo imposible
para mantener su ocultamiento, a la vez que, al no poder presentarse
abiertamente frente a Rosa, tendrá que luchar contra el olvido que impone su
paradero clandestino y la aparición de otros competidores amorosos. A partir de
allí, todo lo que lleve a cabo será el precio que deberá pagar por su amor.
Es una novela que hace hincapié en
el clasismo, donde los protagonistas son víctimas de atropellos de toda índole
–abusos laborales, violación, sumisión-, bajo un fondo de tibieza social que
permite estos vituperios con su indiferencia.
El libro no es una denuncia social in strictu senso pero sí podría decirse
que Bizzio se encarga de exhibir el costado más tenebroso de aquello que
resulta –con matices, y desgraciadamente- socialmente aceptado.
Con un estilo fluido y diálogos
coloquiales, Bizzio estructura una ficción de amor de clase, donde desnuda las pocas oportunidades que la
sociedad metropolitana brinda a los que menos tienen, en contraposición a los
beneficios que presta a una burguesía corrupta y ahíta. Sin escenas morbosas,
ni apelando a golpes bajos, el autor construye un relato de fidelidad en medio
de la sordidez y la desidia del entorno. Libro muy interesante y actual.
Pues sí que le ha subido la factura al pobre hombre. Y lo del asesinato su argumento tendrá digo yo. Me gusta la idea del ocupante clandestino. Me apunto.
ResponderEliminarBesitos derretidos. No tendrás nieve a mano ¿eh?
Es un libro que por aquí ha tenido mucho éxito, Norah. Hasta se puede leer de un sentón.
EliminarAquí no hay nieve, pero abunda el frío. Y yo estoy partiendo en busca de más (frío).
Gélidos besos para ti, a modo de refresco; que para cálido ya debe estar tu entorno.
No conozco al autor, ¿es argentino?
ResponderEliminarDesde luego la trama resulta intrigante en esa combinación de novela social y amor que parece que centra su contenido.
No sabes la envidia que me da lo del frío y que vas en busca de más frío.
Un fuerte abrazo!!
Si, U-to, lo es. Como bien puedes apreciar, leo poco local, pero éste me lo recomendaron -y está muy bien-.
EliminarJa, ja! Este lector se va hacia el norte del país, con -5°C de inicio. A vuestro calor le opongo mi frescor, de manera -mínima- de contribuir a la ecología planetaria de los lectores.
Recibo un fuerte abrazo!
Abrígate y disfruta.
EliminarAbrazos!!