Anagrama, 2009
El
título surgió como recomendación de una gran lectora promediando una cena en un
conspicuo restaurante local, a fines de 2010. Lo apunté, al igual que otros de
autores reconocidos. Al consultar, ya no quedaban ejemplares disponibles en las
grandes cadenas de librerías. Pero en una sucursal donde rara vez hallé
material antiguo, fue verlo y
llevarlo. No obstante, esperó cinco largos años.
El historiador de arte Leo Hertzberg
forja una profunda amistad con el artista Bill Wechsler, a partir de uno de sus
cuadros, que proseguirá a lo largo de los años. Los descendientes de ambos se
harán amigos y compartirán el vínculo de sus padres hasta la accidental muerte
de Matt, el hijo de Hertzberg, a la edad de once años. Para entonces, Bill ha roto
el matrimonio con Lucille, su primera esposa y madre de Mark, y se une a una
joven investigadora en psicología, Violet.
El libro se estructura en tres
partes. Se inicia con los primeros años de amistad entre los protagonistas, el
creciente interés de los coleccionistas por la obra de Wechsler, los debates
áulicos sobre el arte y los pormenores que vive cada pareja en la crianza de
sus respectivos hijos, hasta la muerte de Matt. La segunda aborda el
reacomodamiento que tiene lugar entre Erica y Leo Hertzberg ante el dolor de la
ausencia de su hijo, a la vez que surge cierta inquietud entre Violet, Leo y
Bill al descubrir que Mark es mitómano, drogadicto y ladrón, y sus compañías no
son nada aconsejables. La última, narra los esfuerzos de Violet y Leo para
recuperar a Mark de las malas compañías y de su enfermedad.
Toda la novela está atravesada por
una mirada crítica sobre qué se considera arte en estos tiempos. Hasta cuenta
con acabadas descripciones de cuadros -imaginarios- que refuerzan la trama.
Pero el argumento central se aproxima a las características de un thriller
policial, donde abundan intrigas y golpes de efecto que se decantan por un
final armónico.
Rescato del texto la excelente
composición psicológica de los protagonistas, su evolución en el tiempo y cómo
Hustvedt desmenuza los sentimientos de sus personajes principales. Es que cada
uno de ellos esconde una zona oscura en su personalidad, que no puede ser
alcanzada ni comprendida por los demás. Es esa sombra inasible la responsable
de multiplicar los equívocos y prohijar situaciones tensas, que sólo pueden
soslayarse a través de rodeos y medias verdades, logrando que todo se dilate con
evasivas circunstanciales, sin solución de continuidad.
De estilo coloquial, el libro
contiene un puñado de páginas que en aras de la fluidez podrían saltearse.
Particularmente, las relacionadas con la pintura y los trabajos que Wechsler ha
de exponer, lo hacen un poco denso. Por lo demás, es una novela coherente,
sólida, muy bien narrada e interesante.
Reconozcámoslo, intenté leer a esta autora por malsana curiosidad femenina. Y me dio la sensación de que le ayudan a escribir. De todas formas me aburrí y la abandoné sin miramientos. Es muy pesada y da muchas vueltas para decir las cosas.
ResponderEliminarNo sé si volveré con Siri después del fracaso con Elegía a un americano. Lo que sí sé es que a esa cumbre no me importaría subir.
Besitos tormentosos
Esa malsana curiosidad femenina, ¿no tendrá algo de prejuicio, siendo Siri la esposa de tu idolatrado autor?, ja, ja.
EliminarHay ciertos pasajes que podrían recortarse, pero se sobrelleva bien en general.
La foto es de inicios de 2012; llevé el libro junto a otros, pero no alcancé a leerlo. El lugar tiene una muy linda vista. Y nada de borrascosa!
Besote cariñoso.
Leí de ella Elegía para un americano y me gustó bastante, pero ya no he leído nada más, así que esta podría ser la segunda.
ResponderEliminarAbrazos!!
Es muy interesante el tema que propone, pero debo advertirte que el estilo narrativo, si bien está justificado por el contenido, es algo arduo.
EliminarUn beso grande!
Me encanta Siri y pronto regresaré a ella. Tengo varios libros para elegir, este entre ellos. Pese a tus reparos en cuanto a las partes relacionadas con la pintura, creo que en mi caso esto no le restará fluidez, al contrario, en principio es un tema que me interesa (el arte, la pintura...)
ResponderEliminarUn abrazo
He tenido la sensación que sería de tu agrado, Ana, mientras lo leía, dado tu interés por la pintura, mayormente.
EliminarEntre líneas, Siri critica qué se considera arte y qué no. Es interesante el debate, por más que no sea del gusto de los lectores.
Espero que te guste. ¿Sigues pintando acuarelas, o has pasado a óleos?
Recibe un caluroso abrazo.