Eterna Cadencia, 2015
Hace
poco tiempo atrás hice referencia a la
obra que catapultó a Kohan al mundillo literario, alcanzando el Premio Herralde
de Novela en 2007. El motivo de aquel rescate se basaba justamente en la
aparición del título de marras y otro posterior, que me recordaron la novela
galardonada y decidí compartir mis viejas líneas con el mundo lector.
El presente libro contiene una
decena de relatos que fueron apareciendo en distintas oportunidades en medios
locales, recolectados para esta edición, tres de ellos inéditos aún. Que en el
que abre la serie se practique sexo oral y anal entre dos hombres, no sorprende
a nadie hoy en día; pero que los protagonistas sean dos venerados personajes de
la literatura gauchesca argentina es, cuanto menos, irreverente. De igual manera, que se proponga que la inspiración
artística se deba a la presencia de un sesionista y no al afamado músico, a
quien todos esperan, ya se conocen sonados casos; pero que éste sea el
bandoneón mayor de Buenos Aires, pues…
Así, los cuentos van desgranando
distintos aspectos que envuelven la traición, el amor, la seducción, la
amistad, la admiración, a través de las posibilidades que brindan la bajante de
un rio, el ruido de los animales dentro de un camión, un viaje para presentar
un libro, la muerte de un amigo y hasta un pelotón de fusilamiento.
Kohan nos introduce en un puñado de
situaciones que alternan la historia, la fantasía y la vida cotidiana, cuyo
común denominador es ese desasosiego, mezcla de miedo y ansiedad, que
cualquiera experimenta en una circunstancia primeriza, dejando que la vida
fluya, que la vida misma decida qué ha de acontecer en el futuro inmediato. Aún
proyectando su sombra de rutina y sinsabores.
Con escenas que oscilan entre lo verosímil
y la ilusión más surrealista, Kohan construye una ficción en la que los
personajes se ven superados por la realidad de los sucesos y sólo pueden asumir
sus consecuencias o simplemente negarlas.
En suma, un libro breve y ameno, de
estilo coloquial, no exento de ciertos golpes de efecto bien provocados, que se
lee de un sentón. Muy apropiado para acompañar un viaje de un par de horas, o
bien deleitarse bajo una sombrilla en medio de una playa, en un tórrido verano
–y con un Martini, claro-, de no existir una buena compañía en derredor.
Si hay buena compañía no te pondrás a leer ¿no? (Me la has puesto en bandeja.)
ResponderEliminarAl lío, que el pelotón me sobra pero lo demás puede estar bien y ya he tenido experiencias positivas con los libros que se leen de un sentón.
Me lo apunto para el viaje de dos horas a nosédónde.
Un besito viajero
Por supuesto! Y si esa compañía es la tuya, ni que hablar! Tiro los libros el lapso que dure nuestro tiempo compartido.
EliminarAlgo había dicho del autor y otra de sus obras, en ese caso una novela. Puedes visitarlo aquí a la derecha.
No soy lector de relatos, pero reconozco que varios de ellos están bien logrados. El conjunto, vale la pena.
No sé adónde puedes ir en dos horas. ¿Gibraltar, Marruecos?
Un beso turístico.
Ultimamente no conozco a ninguno de los autores/as que propones y ya me estoy empezando a preocupar. Ya sabes que los relatos no acaban de atraerme aunque tengo buenas experiencias con autores/as de relatos, así que como mínimo trataré de recordar tu propuesta por si anda por aquí.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!
Puede que tus últimas lecturas se hayan centrado en determinadas áreas, U-to. Tampoco es para preocuparse, sólo requiere enfocar la mirada en otros autores...
EliminarTampoco yo soy seguidor de relatos -justo en la tierra de grandes cuentistas-, pero esta compilación tiene cosas interesantes.
Si la encuentras, pues... Si no, busca 'Ciencias morales', publicada por Anagrama, una novela del mismo autor, ganadora del Herralde de Novela.
El premio Herralde no es mala carta de presentación, de los pocos que aún mantienen prestigio...
ResponderEliminarRelatos, pues cada vez me gustan más, la capacidad que tienen, los buenos claro, de potenciar la realidad con el elemento fantástico (como refería Cortázar), la encuentro sorprendente, y la lectura no puede renunciar a sorprender, ya sea por lo verosímil o justo por lo contrario.
Lo tendré en cuenta. Un gran abrazo Marcelo!!
Es cierto, Paco. Aún no ha perdido brillo el Herralde, y le sirvió de lanzadera a Kohan.
EliminarEs una buena colección para adentrarse en su obra.
Que lo disfrutes!
Un gran abrazo, amigo!
Como Argentino,siento que debería arrimar a mi biblioteca algun título de Kohan.Empezare por aquí.
ResponderEliminarSaludos!
Quizás compartamos un cierto recelo -que tiene base en la prudencia- de leer a autores locales. La prolífica obra de Aira, en mi caso, actúa en este sentido.
EliminarEs un buen libro para comenzar con Kohan.
Gracias por darte una vuelta por aquí.
Un cordial saludo.