En
rigor, éste no es un clásico Pelibro. Wim Wenders, director del film, se
enamoró de estos textos de Shepard y le propuso armar el guión para su
realización. Con lo cual, el libro transita su propio camino,
independientemente de la versión ofrecida por el director. Pero las
recomendaciones de lectores amigos, como Wineruda y U-topía, hicieron posible
la combinación. Si algo comparten ambas obras, es la atmósfera que transmite
Shepard respecto de esa América profunda, morosa, cotidiana, de naturaleza
texana pero con elementos californianos. Un detalle: del personaje encarnado
por Harry Dean Stanton, tomó una banda de rock su nombre (Travis).
Libro
CRÓNICAS DE MOTEL
Sam Shepard (Anagrama, 2010)
‘Me volví hacia la
extensión de tierras y me pregunté hasta dónde ir. Exactamente la misma
pregunta que me hice antes, cuando nadaba en el océano. ¿A partir de qué lugar
empieza a ser peligroso seguir alejándose? Y comprendí que uno se lo pregunta
cuando ya empieza a creer que ha ido demasiado lejos.’
Este libro es más un collage
de escenas fragmentarias –incluyendo poemas y fotografías-, que una novela en stricto sensu. Shepard va desgranando
página tras página una serie de recuerdos, anécdotas, historias, dolores viejos
con arte magistral, en frases cortas y directas, sin florituras ni veleidades.
El sonido nocturno del teléfono, la
ancha carretera municipal, la típica cafetería al costado de la ruta, el
desierto en toda su magnitud son elementos de los que se vale Shepard para
ambientar sus cortos relatos, donde hombres y mujeres persiguen un destino
mejor que el que les ha tocado.
Borracheras compartidas, roles en
films olvidables, la colección de discos del padre, todo se entremezcla para
amalgamar un conjunto ecléctico de escenas que, sin duda, tienen mucho de
autobiográfico pero que transmiten una atmósfera auténticamente americana, sin
importar demasiado que el estilo elegido se asemeje a una road movie, en constante movimiento, como si en esa búsqueda de
identidad fuera imposible detenerse.
Un microrrelato seguido de un poema;
una anécdota a la que se le intercala entre sus páginas una añeja fotografía…
todo resuma una mirada algo descreída y melancólica acerca de la vida, por
parte de quien ha experimentado fantasías y desazones por igual e intenta
reflejarlo en el papel. En este sentido, el breve libro de Shepard alcanza
ribetes de obra maestra. Una magnífica primera aproximación a sus letras.
Film
PARIS, TEXAS
Wim Wenders (Emerald, 1984)
Ganador de la Palma de Oro del
Festival de Cannes de ese año, la película no podía ser un bodrio. Basado en
esa premisa, me hice de un original. Máxime, porque en los foros de cinéfilos
la peli ranqueaba bien o más que bien.
Travis Henderson viene cruzando el
desierto de Mojave a pie, a pleno sol, con saco y corbata y una gorra roja. Se
está acabando su provisión de agua y se acerca a una población desconocida en
busca del vital elemento. Entra en una proveeduría, toma un bocado de hielo y
se desmaya. A partir de allí, gracias a una tarjeta con el nombre de su
hermano, se desencadenan los hechos.
De a poco nos vamos enterando que
Travis tiene un hijo de casi 8 años, Hunter, que fuera ‘adoptado’ por su
hermano Walt y Anne, su esposa, ante la desaparición de sus padres, cuatro años
atrás. Que no recuerda la mayoría de cosas que sus parientes repasan; que no
quiere dejar de ser el padre de Hunter, por más que ello provoque un conflicto
en la pareja de su hermano. Que no ha olvidado a Jane, su mujer y madre de
Hunter, a quien marido e hijo deciden salir en su búsqueda.
La actuación de Harry Dean Stanton
en el protagónico de Travis se gana el reconocimiento de la platea espectadora;
su composición del personaje raya en los diez puntos. El resto, con una
Nastassja Kinski que aparece después de transcurrir medio film, aporta solidez
a la narración y brinda uno de los momentos más emotivos hacia el final, donde
todo se resuelve y aclara.
Punto aparte merece el guión de Sam
Shepard, que ha sabido construir con esa lentitud tan propia de los relatos
sureños una historia con cadencia personal. Y el director decidió hacer
primeros planos expresivos unidos a silencios profundos, que hablan por sí
mismos. Es tanto lo que se dicen como lo que el espectador debe suponer.
Una obra maestra que puede ofrecer
el séptimo arte. Imprescindible para todo cinéfilo y para no perderse de
ninguna manera los amantes del buen cine.
Testimonio del décimo Pelibro
Anda, y ahora me entero yo que había libro. Pero primero tengo que decir que disiento, que haber ganado la palma de oro en Cannes no garantiza que sea buena, o soportable, vamos que a veces son infumables. Pero en este caso sí, la peli es buena y además de la época que yo me creía guay por ver estas obras tan alejadas del blockbuster. Aclaro que ahora me siguen gustando pero de los dos tipos, según tenga el día.
ResponderEliminarPues me apunto el libro y es altamente probable que revisite la peli.
Qué me gustan a mí esas gasolineras americanas.
Besitos de una noche de verano.
Coincido contigo: ganar un premio no garantiza nada. Pero la peli lo vale en este caso. Vale tu revisita.
EliminarEl libro es muy, muy americano; sobre todo, sureño. Tiene mucho para construir en la imaginación del lector. Eso lo hace fantástico. Espero que te agrade.
Desde nuestro sur (el 'Big Sur argentino') te mando gélidos besos para tu refresco (¿alcanzarán -25° C?)
Y te olvidas de RY Cooder: jajaj Paris TExas es menos sin su música .
ResponderEliminarEN cuanto a "Crónicas de motel" ¿qué decir que no hayas dicho tú? que es un libro que me enamoro, es, creo que en algún sitio lo he dicho, el libro perfecto para mi manera de leer, el que te hace construir una historia en tu mente desde pequeñas pistas, imágenes y palabras que te deja Shepard, por esa misma razón "crónicas de motel" la escribí(reescribí) yo, es mía, porque no hay ninguna igual en el mundo, por lo tanto es mia. :)
divago
perdona
hace calor y oigo a ACDC cantando el infierno es un mal sitio para estar :)
cuídate
Sí! Me olvidaba de la música! Apoya adecuadamente al guión.
EliminarUn compositor nuestro, llamado Charly García, decía que 'si algo te gusta mucho, es tuyo', una manera de justificar que le robara parte de los compases y acoples a otro para incluirlo en un tema suyo.
Gracias a ti y a Utopía por rescatar a Shepard del olvido.
Ja, ja. Escuchando ACDC con el calor!
'Digo que mi infierno es el ropero; estoy atorado dentro y no puedo ver la luz'. Dave Matthews, So much to say.
Un abrazo de -25°C.