Adriana Hidalgo, 2016
I.
Llegué a él por el entusiasmo de
otro lector que lo ponderaba en un blog ya desaparecido. Combinaba bien con mi
placer de audiófilo y parecía muy contemporáneo. Tantas horas transcurridas en
la Rusia de principios de siglo XX tenían que alternarse con algo más cercano,
más actual; por eso lo intercalé en medio de otras lecturas.
II.
Cui es un chino próximo a la
cincuentena que se dedica a reparar y montar equipos de alta fidelidad para
gente con recursos económicos de los que él carece. Su esposa lo dejó por otro
recientemente y acaba de ser intimado por su hermana y cuñado a abandonar el
piso en el que sobrevive en Pekín porque ellos, sus propietarios, lo deben
ocupar sí o sí. Así las cosas, sin capital propio más que un par de altavoces
Autograph de los que deshacerse, entra en contacto con un interesado en obtener
el ‘mejor equipo de audio del mundo’.
III.
Ambientada en el Pekín de hoy, Ge
Fei construye un sólido relato sobre la vida de un artesano del sonido que no
alcanza a cubrir sus gastos mensuales asemejándose, en sus palabras, a un
mendigo. Cui encarna a un desdichado, un perdedor en todos los frentes, quien
no puede superar su fracaso matrimonial y apenas consigue sostener sus
ingresos. Eso sí, siempre estará rodeado de millonarios de toda clase, snobs
varios y nuevos ricos entre los que se cuentan funcionarios, prohombres y, por
supuesto, mafiosos.
IV.
El autor aprovecha las historias que
deparan los contactos comerciales de su protagonista para contarnos también
sobre su familia y amigos. Hay una notoria contraposición entre el apego a las
costumbres tradicionales y el extremo materialismo que todo lo inunda; hasta su
amigo de la infancia termina resultándole un desconocido. Por otra parte, Cui
se niega a ser parte del consumismo posmoderno, aunque el precio de su lealtad
incluya tener que soportar el insulto que supone que gente que no tiene ninguna
educación musical destine esos sublimes aparatos a una música que Cui considera inapropiada para semejantes equipos.
V.
En un estilo fluido y coloquial, Ge
Fei nos habla de quien no puede –ni quiere- adaptarse a los cambios sociales
que le impone la sociedad occidental, recluyéndose en el mundo que conoce; ese
mundo lleno de matices y emociones que depara en gran medida la música clásica
y el sonido vital que emerge de las sutilezas de los altavoces de alta
fidelidad. Realmente, el libro es una pequeña joya, imperdible para almas
sensibles.
¡Me lo pido!
ResponderEliminarY conste que antes de llegar a lo de las almas sensibles ya lo quería. Porque quiero saber de ese hombre que resiste, que no se deja doblegar y de su visión de la amenazan constante en la que vive.
Tal vez me hubiera gustado más que tuviera una profesión más romántica, pero me conformo.
Y sí, tienes que volver de aquella Rusia, no te nos vayas a quedar en aquel entonces.
Besitos entusiasmados
Un libro totalmente distinto e interesante. Traté de no contar mucho porque me gustaría que el posible lector disfrutase tanto como yo. Espero que entre ellos te encuentres tú, Norah.
ResponderEliminarRusia ha ocupado la mitad de mis lecturas, pero no solo abordo las de aquél tiempo...
Besitos alentadores.
Una alegría volver a visitar tu casa. Además me muestras un libro desconocido para mi y me atrae su lectura, así que es muy posible que lo lea.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Y una alegría que estés de vuelta, U-to! Es un libro que echa una mirada distinta de la sociedad china en particular, con un final muy emotivo.
EliminarMientras leía, evocaba la letra de una canción de Bee Gees: `How can you mend this broken man?/ How can a loser ever win?´.
Te gustará.
Un gran abrazo!
Hola Marcelo.
ResponderEliminar¡Vaya! pues has avivado mi curiosidad con este libro que nos traes.
Tengo gratas experiencias con las letras chinas, aún recuerdo el incalificable "Diario de un loco" de Lu Xun, magnífica metáfora de la China comunista en sus primeros tiempos.
Este libro puede ser un perfecto complemento del anterior.
Tomo nota.
Cuídate campeón :)
Para un lector avezado como tú, resultará un imperdible. Sobre todo, porque tiene un costado tan humano... Dale una oportunidad; se de qué hablo.
EliminarYa tengo los de Lu Xun para encarar; tenme paciencia.
Un abrazo grande, chaval!