viernes, 17 de agosto de 2018

Pelibro 13 y e-book 31. Regreso a Howards End

                Existen paradojas entre cine y letras. El film basado en este título recibió tres premios Óscar, uno de ellos por el trabajo de su actriz protagónica. Al año siguiente, otro film del mismo director con el mismo guionista y la misma pareja actoral -basado en otra novela de época-, fue candidato con ocho nominaciones… sin conseguir ninguno. Sin embargo, el escritor de esta última novela recibió muchos años después el Premio Nobel de Literatura (Kazuo Ishiguro). Me debía a mí mismo encarar alguna de las obras de Forster.

E- book 31



E. M. Forster (Alianza, 2005)


              La familia Wilcox y las hermanas Schlegel se conocen durante un viaje en Alemania. Al intimar en las excursiones, los Wilcox invitan a las hermanas a su casa rural, pero solo Helen, la menor de ellas asiste, pues Margaret (Meg), debe cuidar a Thébald (Tibby) –el hermano menor- que ha pillado la fiebre del heno en un viaje a Londres. El relumbre de la mansión Howard, junto a la cercanía de Helen con los chicos Wilcox –Charles, Paul y Evie- y el carácter pasional de aquella concluyen en un malentendido que separa a ambas familias.

            El Destino hace que poco tiempo después la familia Wilcox se establezca justamente frente a los Schlegel y los vínculos vuelven a reanudarse, particularmente entre Meg Schlegel y Mrs. Wilcox. Tanto es así que al morir ésta cede su vieja mansión a Meg, pero tanto el viudo como sus hijos ignoran la cesión, amparados por la nula validez del documento escrito en lápiz. Por otra parte, un mal consejo de Henry Wilcox precipita a la miseria a un joven conocido de Helen, quien no ceja de responsabilizar a Wilcox del infortunio mientras intenta conseguirle empleo.

            Forster utiliza el enredo inicial para desarrollar una crítica social que subyace en lo que hoy podría llamarse una sitcom, una comedia de situaciones muy del estilo de las series de TV norteamericanas. Ambientada hacia principios de siglo XX, tanto los Wilcox como los Schlegel van viviendo distintas alternativas con el paso del tiempo hasta cumplirse la voluntad final de Mrs. Wilcox, aunque de forma inesperada.

            Destaco de esta novela la perfecta composición psicológica de los personajes. Las hermanas Schlegel encarnan el pensamiento liberal y el amor por la cultura mientras que los Wilcox representan el mundo del poder, del dinero y del pragmatismo. El contraste no puede ser más marcado, pero Mrs. Wilcox se inclina a seguir sugerencias de Meg Schlegel, aún sin compartir del todo sus ideas acerca del rol de la mujer.

            El núcleo narrativo de carácter romántico sirve de vehículo a la denuncia que Forster realiza sobre las clases acomodadas, con sus vidas superficiales y sus comentarios irresponsables, siempre dispuestos a dar la espalda a aquel que necesita ayuda. Con una prosa fluida y un narrador omnisciente que se permite acotar sobre los personajes, Forster construye una novela sólida, entretenida y por momentos memorable. Imposible dejar pasar.

Film


James Ivory (Merchant Ivory, 1992)

            Como comentaba al inicio, el funcionamiento de la pareja protagónica es soberbio, tanto en este film como en el del año posterior –probablemente, algo mejor en Remains of the Day, pero Hollywood no es dado a repetir la premiación en años sucesivos…-. El superlativo trabajo de Emma Thompson, componiendo una Margaret Schlegel pragmática y calculadora, tal como Forster la describe en la novela, destaca muy por encima del resto del elenco, si bien el inescrupuloso Henry Wilcox, a cargo de Anthony Hopkins, se apega bastante bien al texto original, aunque le falta algo de carácter.

            Si se quiere, la breve aparición de Vanessa Redgrave en la piel de Mrs. Wilcox brilla por sí misma, acompañando adecuadamente el trabajo de Thompson, lo que permite un mayor lucimiento de ésta. Los roles de la siempre efectiva Helena Bonham Carter y del certero Samuel West (como Helen Schlegel y Leonard Bast, respectivamente) aportan calidad interpretativa al conjunto.

            Otro punto alto se sitúa en el guión. La adaptación de Ruth Prawer Jhabvala a la pantalla captura muy bien la esencia psicológica de cada personaje y le confiere fluidez a toda la historia. Por otra parte, no deja afuera ninguna escena importante del original, tratando con el máximo de los respetos a la novela de Forster.

            Finalmente, la dirección artística, con vestidos de época y una fotografía exquisita, redondea una acertada realización de James Ivory. Un muy buen film para disfrutar.

Testimonio del decimotercer Pelibro

2 comentarios:

  1. Prometí a un amigo que vería esta película y la otra que citas: lo que queda del día, vi solo esta última, por lo tanto, para cumplir la promesa tengo que ver esta. Sin embargo, lo que queda del día, no me gustó nada. Ya sabes por el pie que cojeo Marcelo...;). Pero como todo, creo que con la edad es así,la vida es mutable, por ejemplo, no me gustaba Charlie Parker, Bird, y llevo tres días que no dejo de escucharlo, 6 y 7 horas al día, no me ando con chiquitas-ya sabes- jaja. Así que no niego que algún día lea o vea estas novelas y me atrapen.
    un abrazo
    cuídate

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    Respuestas
    1. Si, Wine, estoy al tanto de tus preferencias y lo que tiene que ver con lo inglés clásico está fuera de tu agrado.
      Independientemente de tus gustos, las actuaciones de Hopkins y Thompson son muy buenas a mi parecer.
      De las dos novelas, elegiría ésta para leer. Eso por si tus gustos cambian... o te equivocas, ja ja.
      Un fuerte abrazo.

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