Seix Barral, 2005
I.
Había apuntado la edición española.
Cuando fui por una edición local –que no existía- a la Red, quedé de una pieza.
La portada era la de marras, mucho más sugerente y atractiva que aquélla. Dicen
que una imagen vale más que mil palabras; mantuve a la vista este volumen hasta
que lo encaré. Una manera silente de afirmar mi devoción por la estética
femenina. La presente, es una primera edición colombiana –hallada de
casualidad, como se supone que debía ser-.
II.
La novela está narrada en primera
persona en casi su totalidad, aunque del protagonista no tengamos nombre. Él es
un joven escritor colombiano establecido en París, en busca de mejores
oportunidades. (Sobre)Vive en un cuarto minúsculo, sin baño propio, que apenas
puede pagarse dando clases particulares de español a deshoras y lavando platos
en los sótanos de un restaurante oriental durante la madrugada. Pero no lo pasa
nada mal; vive en una bohemia diaria junto a un puñado de personajes tan
marginales como él mismo.
III.
Su París no es el de los turistas,
con lugares reconocibles y nombres propios; es el París de los suburbios
sórdidos, de las noches acechantes. Comparte días -y noches- con una fauna
variopinta: una amiga colombiana acomodada viviendo el sexo extremo; su
compañero coreano con una historia densa; un húngaro narcotraficante, una
rumana y una africana -ambas prostitutas-, un escritor marroquí, todos ellos
exiliados de sus países por motivos diferentes, excepto el propio protagonista,
que podría regresar cuando quisiera, pero su orgullo le impide hacerlo sin
éxito alguno.
IV.
Gamboa describe de manera formidable
y en un estilo coloquial y ameno los pormenores de la vida de emigrantes –la
mayoría, forzados- en una ciudad sin savoir
faire. Todos viven al día, muchos de prestado, pero no se privan de las
copas, el sexo, las drogas a la hora de deambular por esas calles. Hasta se da
el gusto de incluir una historia de sesgo policial entre homosexuales. Con una
pluma ágil, el autor nos sumerge en el submundo de los parias, aquellos que han
tenido que abandonar su tierra sin opción, sin el manejo apropiado de la lengua
de destino y al que los une un tácito sentido de pertenencia a la desdicha y la
nostalgia.
V.
Con escenas que oscilan entre el
drama y la carcajada, Gamboa sorprende al lector con una soberbia construcción psicológica
de los personajes y una estructura que mantiene la tensión narrativa hasta el
final. Una lectura más que recomendable. Todo un descubrimiento.
No he leído nada de este autor. Pero lo que cuentas de esta novela me atrae mucho. Me recuerda otras novelas de autores sudamericanos con protagonistas instalados en París: Bryce Echenique, Vargas Llosa, García Márquez y, como no, Cortázar.
ResponderEliminarApunto esta novela de portada más que sugerente.
Un beso.
Fue mi primer acercamiento a este tipo de libros; los que señalas no los he leído, incluido Cortázar -aunque sí he leído 'Rayuela' hace mucho tiempo-.
EliminarHa sido una buena experiencia.
Un beso para ti.
Hay qué ver la de grandes autores a los que tengo pendiente acercarme. Santiago Gamboa es uno de ellos. La verdad que esta novela me parece muy sugerente. Me llama ese París sórdido tan alejado del turístico y ese elenco de personajes apátridas. Le veo mucho potencial.
ResponderEliminarUn abrazo
Tiene mucho de 'novela de exilio', es decir, narrada por alguien que estaba obligado a irse de su país natal. Pero lejos de ello, Gamboa se ocupa de la noche de 'marginales', aquellos a los que el día solariego no les pinta nada.
EliminarBohemia, drogas, sexo, alcohol y otras combinaciones propias de aquellos que desean pervivir son parte del relato.
Un libro interesante.
Un fuerte abrazo.
Pues no hay dos sin tres, no he leído nada de Gamboa y también me parece un libro muy interesante. Ese joven escritor sobreviviendo en un minúsculo cuarto parisino, rodeado de personajes marginales, como él, inmersos en la bohemia de París... vamos, que me ha recordado, sí o sí, a "París no se acaba nunca" de Vila-Matas, igual, joven escritor (el propio Vila-Matas) viviendo en un antro parisino intentando abrirse camino en la letras, rodeado de seres excéntricos y dejándose seducir por la Bohemia, curioso.
ResponderEliminarUn abrazo pibe!
Tengo el libro de Vila-Matas por aquí, pero aún no ha tenido su momento.
EliminarGamboa no se abre camino en las letras; más bien sufre su falta de inspiración y la noche parisina le absorbe todas sus energías.
Un gran abrazo, chaval!
Yo me apunto si lo encuentro con esa portada, sabiendo que existe esa, no quiero otra. Menudo fotón. También me apunto por visitar lugares y ciudades desde una perspectiva que nunca me atrevería a abordar en la vida real. Vamos que yo por Barbes pasé una vez en el coche al hotel y ya me dijo el conductor: apunta no venir sola por aquí.
ResponderEliminarQuisiera conocer a estos personajes así que me llevo la recomendación.
Besos viajeros
Pues yo tampoco quería la portada de la edición española, por más que el contenido valiera por sí mismo. Es más, si no hubiera dudado que fuera una fotocomposición, hubiera ido tras la modelo, ja, ja.
ResponderEliminarGeneralmente los suburbios o los barrios bajos de las grandes urbes albergan personajes como los que describe tan bien Gamboa.
Si eres tiquis miquis con las escenas de sexo, las puedes saltear; el conjunto, vale la pena.
Besitos honestos.
París siempre fue, que no es, espacio y escenario para esa ficción casi autobiográfica o simplemente ficción o simplemente lugar de acomodo para muchos escritores. Se me ocurren : Henry Miller, Gertrude Stein, Ezra Pound, Heminghway, Neruda, Katherine Mansfield, Echenique... Supongo que eran épocas donde Paris era el centro del mundo intelectual, y artístico (porque había más artistas que escritores) Ya no hay una ciudad que represente el París de entonces, no puedo citar Nueva York porque allí es simple abundancia de número, no veo la creatividad de aquel Paris, ni siquiera el valor, Ya no existe Paris, ni siquiera Francia como sitio cultural. Me pregunto dónde se encuentra el centro del mundo cultural, ¿Se lo comió la televisión, el orgullo patrio? ¿El dinero? Hace poco he leído una novela horrible que habla más o menos-por lo que entiendo- lo que esta novela de Gamboa, pero con una estancia en Madrid y España; es de Ben Ledner (que se quede como poeta) que se llama "Saliendo de la estación de Atocha" que habla de su estancia en Madrid y España (Creo …. Porque la he borrado de mi mente:)) Espero que esta novela que tú has apreciado recupere el aprecio por el género de la "estancia y supervivencia literaria" que perdí con el norteamericano.
ResponderEliminargracias
cuídate
Lamento no tener tan cerca como tú a París; confieso que me gustaría deambular por sus calles suburbanas, ésas que no son parte de cualquier tour. Y sin intención de alardear, hasta me gustaría invitarte un café -si es de tu agrado-.
EliminarCoincido contigo en que París ya no representa lo que ha sido; no hay lugar para los creativos -a no ser para los diseñadores de PC-.
No hay centro cultural europeo, a no ser que los alemanes tomen el desafío y conviertan a Berlín en eso -se que les gustaría que fuera la capital de Europa-.
Y New York congrega a artistas de todo el mundo, pero tiende a ser una nueva Babel, ecléctica y destinada al consumismo.
Gamboa no aporta novedades pero, para mi, le da un toque de humor local a una realidad por demás conocida. Tiene una frescura con tintes de renovación. Si te sirve, bienvenido.
Espero haberte brindado una visión honesta sobre el libro.
Gracias por darte una vuelta, Wine.
Un gran abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBen Lerner es el poeta del que no me gusta su prosa, no me gusta paro poner bien su nombre sí :) tanto lo olvidé que´...
EliminarNunca he estado en París. No es un sitio que me agrada, yo soy de pequeños sitios. Prefiero las orillas del Duero en SOria que paseó Machado.
un abrazo
Yo tampoco, Maestro, aunque alguna vez, pues...
EliminarBueno, si me diera una vuelta por la Madre Patria, ya se dónde invitarte.
Otro para ti.
Tengo que leer a Gamboa, esta reseña me anima mas aún a hacerlo.
ResponderEliminarSoy una urbanita empedernida, París me encanta, es una de las ciudades europeas que mejor conozco, en uno de mis viajes estuve un mes entero, en otro 15 días y luego varias veces estancias más breves. Una ciudad con sus luces y sus sombras que me encanta (eso si, es muy cara).
Un enorme abrazo.
¿Existe la 'sana envidia', o sólo es 'envidia' a secas? Creo que me tomaría un mes sólo para recorrer por entero el Louvre y las calles de París, ésas que describe tan bien Modiano en sus libros.
EliminarEl libro de Gamboa agrega muchos condimentos personales a los detalles de la ciudad. Resulta muy interesante.
Un gran abrazo, Uto!