Eterna Cadencia, 2015
I.
Una bocanada de aire fresco resultó
mi primera lectura de los cuentos de Dixon. Estuve tentado a leer su obra al
completo pero, con la experiencia que brinda el dulce de leche a todo glotón, no
lo hice, no fuera cosa que, al final, terminara empalagándome y anulara mi
percepción posterior. Por eso decidí leerlo en dosis; confiaba en sus letras,
las que seguramente al dejar correr el tiempo, se macerarán y se volverán si no
memorables, al menos, significativas.
II.
El presente es un libro que compila
una selección de once relatos realizada por Eduardo Berti –quien también se
hace cargo del Prólogo (una presentación
de autor y obra en diez párrafos para el lector ocasional, y también el por qué
de la misma)-, extraídos de dos de sus libros: Long Made Short (1994) y Love
& Will (1989).
III.
Desde el inicio Dixon hace gala de
un estilo singular, con la historia de una familia, narrada en reversa –es decir, evocada por el
protagonista hacia atrás-. Continúa
con una fuerte escena de disputa entre una pareja joven, sin diálogo alguno pero
dando a entender lo que les sucede. La caída al vacío de una niña y su padre desde
un avión; el disparo ficticio de un dedo que derriba a un cuervo, son otras propuestas,
muchas veces rayanas en lo inverosímil.
IV.
La parte sustanciosa del volumen se reúne
en un grupo de cuentos en los que el nervio conductor se centra en los sentimientos.
La frustración y soledad que conlleva la ruptura de pareja; el esfuerzo inútil
de un padre por no ser también abandonado por su hija; la sensación de impotencia
ante la inminente boda de su ex – esposa, o bien amarse a la luz de la luna una
noche antes de abandonar la casa alquilada, son algunas de las escenas que el
autor utiliza para reflexionar acerca de nuestros miedos, sinsabores y pequeñas
desdichas cotidianas, como lo hace uno de sus personajes:
‘¿Por qué las muchachas y
las mujeres de las que me he enamorado me dejaron en un máximo de tres meses?
¿Por qué siempre he reaccionado a estas separaciones o rupturas unilaterales de
la misma manera herida, apesadumbrada y sensiblera? ¿Por qué soy siempre tan lo
mismo? ¿Por qué las cosas son tan permanentes? ¿Por qué no puedo burlarme de mí
mismo en lugar de atormentarme por mis aparentemente eternas limitaciones?’.
V.
En estilo fluido y coloquial, con
elementos tomados de la realidad, la fantasía y las pesadillas junto a una
descripción concisa y una intensidad emocional sin par, Dixon crea un universo de
situaciones en las que evidencia nuestras falencias al comunicarnos, al
amarnos, al intentar trascender. Un libro breve que confirma su talento. Recomendable
para buenos lectores.
Jaja, ha sido bueno ese símil del dulce de leche (¡delicioso!) para alejarte de la tentación y no caer en el empacho lector. Veo que te estás prodigando últimamente en el relato, género que siempre me atrae mucho.
ResponderEliminarVentanas… últimamente la trágica realidad las ha conferido mucho protagonismo, ahora apenas vemos gente por las calles, no así asomados a las ventanas o balcones.
Por cierto, a mí que soy un entusiasta de Dostoeivski, me ha gustado leer en la Wikipedia que la lectura de “Crimen y castigo” (Dostoievski), fue para Dixon el estímulo que le inicio en la gran literatura y, a la postre, convertirle en escritor.
Lo tengo en cuenta, gracias Marcelo.
Un fuerte abrazo, campeón!
Hay cuatro títulos de Dixon editados en español, y tan bueno me pareció el anterior que decidí encararlos.
EliminarSabes bien, Paco, que no soy muy de relatos, pero he hecho acopio de fuerzas como para prodigarme algunos. Tampoco son cualesquiera, ¿no?
Buen dato que aportas sobre la lectura de Dostoyevski; no estaba al tanto.
Un abrazo para ti, amigo!
No conozco a DIxon, pero lo buscaré, sin embargo hay otro que citas que me presenta mayor curiosidad o, al menos, tanta como DIxon, que es Berti, ando tras sus libros (económicos) un buen tiempo.
ResponderEliminargracias
cuídate
Son buenos relatos, Wine. Me sorprende tu búsqueda de Berti. Primero, porque no me parece difícil hallar sus libros -al menos, por aquí, claro-. Segundo, porque no he leído más que 'La mujer de Wakefield', de su autoría.
EliminarAunque reconozco que leo poco -muy poco, en verdad- libros de autores locales.
Un abrazo, Maestro!
Me han atrapado las pocas lineas en que resumes estos relatos. Creo que si lo encuentro en Kindle será de lo próximo que lea. Si no, habrá que esperar a que termine el confinamiento pues no compro nada que me tengan que traer a casa.
ResponderEliminarUn beso.
Eres de las mías, Rosa; que tampoco me gusta que me traigan nada a casa.
EliminarSon buenos relatos; Dixon los ambienta muy bien y en muchos casos empatizas con lo que narra. Será de tu agrado, sin duda.
Un beso para ti!
Ay, yo no lo veo claro. Es que eso de caerse de una avión al vacío... No sé, lo veo demasiado extraño para un libro que no pretende ser fantasía. Me gusta mucho que me hablen de sentimientos y tejemanejes emocionales pero no a través de historias inverosímiles.
ResponderEliminarBesitos libres
Es que no has captado la metáfora, Guapa: al padre le resulta imposible aceptar que su hija crece y se alejará de él; por eso se aferra a ella y pretende que sólo sea un vuelo, sin más.
EliminarSi lo ves, échale un ojo.
Besitos alentadores.
«¿Por qué soy siempre tan lo mismo?» ¿Ves? Con una sola frase de una cita ya me dejas pillada y me tengo que apuntar el libro. Estoy pensando además que hace bastante que no leo uno de relatos, con lo que me gustan.
ResponderEliminarUn abrazo
Incluí esa frase porque me pareció que sintetizaba magníficamente lo que muchas veces cada uno de nosotros debe decirse -y enojarse- consigo mismo. A mi, me va de perlas.
EliminarImagino que será de tu agrado. Espero que lo disfrutes tanto como yo.
Un abrazo para ti, Lorena.