Malpaso, 2017
I.
Este ensayo pone el énfasis en el
paseante ocioso o flâneur, término
que sólo estaba asociado al género masculino en el siglo XIX. De origen
netamente urbano, su placer consistía en observar la vida cotidiana de las
ciudades y sus gentes y, en ciertos casos, describirla. Sólo los hombres
estaban permitidos: las mujeres, destinadas al matrimonio, la cría de sus hijos
y las tareas hogareñas no sólo no eran bien vistas si se dedicaban a ello, sino
criticadas y denostadas por no apegarse al rol tradicional. El libro de Elkin
abre justamente con esta explicación.
II.
La estructura elegida por la autora
se establece en capítulos con nombres de ciudades, en los que repasa su propio
derrotero en ellas y las evocaciones que otros personajes disparan en su
observación y memoria. Así, comienza por Long Island, en el norte de Nueva
York, lugar donde se afincó su familia y narra su experiencia al trasladarse a
la gran ciudad para iniciar sus estudios. Luego, va descubriendo el París de
1920 a través de las letras de Jean Rhys. Al viajar a la ciudad en 1999,
comienza a intercalar su propia experiencia con las de otros personajes de la
cultura.
III.
Asociaciones, citas literarias y paseos
son parte del periplo que Elkin desarrolla en los distintos centros urbanos que
visita. En Londres se hace presente en lo que queda de Bloomsbury y las
hermanas Stephen; vuelve a recorrer las calles de París bajo la mirada de
George Sand, y la Venecia de la artista plástica Sophie Calle. Tras ello,
relata la empatía que despierta Charlotte –el personaje encarnado por Scarlett
Johansson en la memorable Lost in
Translation, realización de Sofía Coppola de 2003-, al vivir con su pareja
en Tokio, una ciudad en la que, al no poder comprender el lenguaje local, uno
se siente vacío, angustiado, perdido.
IV.
Más tarde, Elkin vuelve a París, y lo analiza en
su doble aspecto. Primero, como centro de protestas sociales –como el Mayo de
1968 o la Comuna de 1871- y después, como seguidora de Agnes Varda quien, en su
film de 1962 Cleo, de 5 a 7, recorre y
expone una renovada mirada sobre los suburbios parisinos, cámara en mano.
Finalmente, sigue las huellas de Martha Gellhorn antes de volver a Nueva York y
redescubrirla tras una década de ausencia.
V.
A lo largo del texto, Elkin va
dejando ver cómo son esas ciudades actualmente, en comparación con aquellas
descriptas por sendas figuras en otros tiempos. Sus párrafos intercalan su
historia personal con la de sus inspiradoras –siempre mujeres pioneras-, de
manera que el libro mantiene fluidez y sostiene la curiosidad lectora. Hacia el
final, señala que cualquiera que intente asentarse en una ciudad extraña a su
origen, debe apropiarse de ella; hacerse dueño de un lugar, para poder
disfrutarla y adquirir sentido de pertenencia. Otro libro más que interesante.
Me llama mucho la atención esto que cuentas. Será un libro interesante, en cierta forma un libro de viajes. Siempre me ha dado envidia todo lo que sin capaces de ver algunos autores donde otros apenas vemos lugares comunes. Un abrazo
ResponderEliminarSon observaciones acerca de las ciudades, sus gentes, sus vidas, que se intercalan con la de la propia autora. Pero mantienen cierto carácter femenino que las vuelve interesantes. Algo distinto.
EliminarUn abrazo para ti.
Hola. Me apunto al viaje. Me encanta observar a la gente en su entorno cuando no coincide con el mío. Así se nos pasó una hora de espera en Nueva York a mí y mi acompañante sentados en un banco a la puerta de un restaurante mientras esperábamos mesa. Ciudades todas atractivas las que trae esta mujer, así que en vista de este desasosiego actual en el que nada podemos planificar, me apunto a este viaje.
ResponderEliminarBesitos viajeros
Efectivamente, es una manera de viajar sin realizarlo físicamente, Norah. No obstante, Elkin se nutre de los paseos efectuados por otras mujeres y compara con ellas su propia experiencia actual. Más que interesante.
EliminarBesitos alentadores.
Qué casualidad encontrarme con la mención de Jean Rhys. Me he estrenado recientemente con ella y me ha cautivado. He leído Ancho mar de los Sargazos, que es su novela más célebre, pero me apetece seguir indagando en su obra y también leer algo suyo ambientado en Europa.
ResponderEliminarTienen muy buena pinta estos paseos que nos traes. Una mezcla de vivencias personales, referencias culturales e historias de otras mujeres realmente apetecible.
Un abrazo
De hecho, Lorena, Elkin hace mención a un par de novelas de Rhys a las que sigue con intensidad y devoción, mientras pasea por París. No he leído aún su novela cumbre, pero se ha ganado mi respeto en base a lo que esta autora dice de ella.
EliminarEl conjunto resulta un buen libro, con mucha miga para desmenuzar.
Un abrazo para ti.