domingo, 27 de junio de 2021

Trasvasamiento generacional. La familia, Gustavo Ferreyra

 

Alfaguara, 2014

I.

            Llegué a este libro por recomendación de un dramaturgo local quien, frente a cámara, no tuvo prurito en encomiarlo. La entrevista era parte de un episodio semanal, en las que un par de buenos lectores debatían diversos temas encarados por la literatura. No sólo lo apunté sino que fui en su busca a los pocos días. Agobiado por lecturas de autores contemporáneos vernáculos, y desencantado de la mayoría de ellos, le brindé una (merecida) oportunidad.

II.

             Ésta es la historia de los Correa Funes, que abarca tres generaciones –y quizá una cuarta putativa- durante un período de dos siglos, entre 1906 y 2106. Con inicio en una estancia, el lector transitará las vidas de Carlos, su hijo Gustavo y, principalmente, la de Sergio, su nieto, verdadero protagonista de una novela que se narra a partir de 2004, cuando éste comienza a preguntarse cómo llegó hasta aquí y por qué no abandona su matrimonio. Mediando la cuarentena, dos años después del deceso de su hija Milagros –condenada a una muerte temprana desde su origen-, intenta dejar su mala fortuna atrás y probar suerte con Flor, una compañera de trabajo bastante más joven, en busca de su realización como padre.

III.

            La trama no se remite sólo a eso, sino que repasa los momentos más destacados de la vida de sus antepasados: un abuelo afincado en el entorno rural, cuya esposa se lleva a sus dos hijos menores, y uno de los mayores –el padre de Sergio- que decide abandonar el colegio de curas y enrolarse para luchar contra los alemanes en el frente africano de la Segunda Guerra Mundial. Si a esto le sumamos las historias familiares de quienes fueran sus esposas -con su carga de frustraciones a cuestas- y un uso sostenido del recurso de analepsis y prolepsis, bien intercalado, la obra mantiene la tensión narrativa y adquiere profundidad hasta el final.

IV.

            Con un atormentado protagonista egresado de Filosofía quien se gana la vida como empleado bancario, Ferreyra construye una novela donde las excentricidades y taras se transmiten genéticamente, en una suerte de travasamiento generacional. En su devaneo, Sergio llega a oponer la conciencia del Yo que nos hace únicos –el Sujeto-, frente a la inmanencia de los ciclos vitales que se repiten –la Vida-. La sociedad sólo habrá de transformarse cuando el Sujeto venza a la Vida. Sus pensamientos serán tomados como modelo por la generación siguiente, con consecuencias imprevisibles.

V.

            De estilo coloquial, con una elaborada psicología de cada personaje, múltiples referencias a la vida cotidiana de cada período histórico y elucubraciones filosóficas nacidas del dolor de la pérdida y de cierto grado de locura, Ferreyra interpela hasta dónde somos artífices de nuestras propias decisiones y cómo la vida, entendida como ente independiente, nos moldea y conduce. Un libro algo denso, que requiere la atenta lectura pero que me ha devuelto en gran medida las esperanzas en las letras argentinas.

10 comentarios:

  1. Hola. Me gustan estas novelas que rebuscan en las vidas de varias generaciones. Y me llama la atención porque en general suelen centrarse en los personajes femeninos y esta coge a los masculinos aunque no falten sus compañeras de vida. Seguro que ya lo sabes, pero soy tremendamente cotilla literariamente hablando, así que me apunto.
    Besos chismosos

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    1. El autor logra, a través del uso intercalado de los capítulos con años -y personajes- distintos y distantes entre sí, mantener la tensión narrativa hasta el final. Eso ha sido bastante original. Por lo demás, una buena historia familiar.
      Besitos aclaratorios.

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  2. ¡Hola Marcelo!
    me alegra ver que has recuperado tu confianza en los autores argentinos. Yo por mi parte tengo alguna autora que está entre mis preferidas de tu país como Claudia Piñeiro y Dolores Reyes, me gustan mucho ambas (en general los autores sudamericanos me gustan). Pinta bien este libro que nos presentas hoy, que no conocía.
    Besos

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    1. Hola, Marian!
      Hacía ya tiempo que no encontraba letras locales que despertaran mi interés; éstas han sido todo un hallazgo. Hay partes que pueden resultar densas, pero la composición psicológica de los personajes es excelente.
      He leído algo de la primera que citas, y nada de la segunda. Será cuestión de tomar en cuenta.
      Un beso para ti.

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  3. Marcelo, quizás te interese este libro de culto en su momento, ahora reeditado: GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, MARIO VARGAS LLOSA. DOS SOLEDADES. Un diálogo sobre la novela en América Latina. Alfaguara, 2021

    Al tiempo de esa entrevista, entrevistado y entrevistador, eran dos potencias, imponentes. Con los años algunos nos sentimos defraudados de uno, dejamos de leerle. Pero aún así, no cabe duda que en su momento ambos fueron geniales. Recuerdo La ciudad y los perros, Conversación en la catedral, La casa verde, Crónica d una muerte anunciada, Relato d aun náufrago, El amor en tiempos del cólera y Doce cuentos peregrinos y de allí aquel del viento de la tramontana, increíble, aún hoy cada vez que sopla la sudestada recuerdo esa narración. Vacaciones, lecturas de verano a la sombra del "eucalipto".

    Saludos

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    1. He visto por ahí el libro que citas, Selva, pero no ha despertado mi curiosidad. Algunos de esos títulos de ambos autores están por aquí y aún esperan su momento.
      Yendo a la sudestada, no sé que es peor: si la inundación consiguiente o la extrema bajante del Paraná -ésa, a ti no te toca-.
      Un abrazo.

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  4. Leo poco y nada. Pero me he encontrado de casualidad con tu blog Me gusta como escribes Saludos de una argentina en Miami

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    1. Gracias por tus amables líneas. Saludos desde Buenos Aires.

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  5. Parece una novela ambiciosa al abarcar tan amplio rango temporal pero parece interesante. Y me has puesto los dientes largos con eso de que las taras y las excentricidades se transmiten de generación en generación. Tomo buena nota de esta saga familiar.
    Un abrazo

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    1. Sin embargo, Lorena, tiene sus motivos y a medida que pasas sus páginas te vas dando cuenta del por qué.
      Respecto de las excentricidades y rasgos de locura que se transmiten, tú sabes mejor que yo el poder de la genética en ello. No por nada los Habsburgo han padecido de estos males por su tendencia a hacer matrimonios endogámicos...
      Te gustará, si lo lees con calma. Es una buena novela, quizás algo extensa, pero interesante.
      Un abrazo para ti.

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