domingo, 22 de agosto de 2021

Visiones de la paternidad. Geografía de la oscuridad, Katya Adaui

 

Páginas de Espuma, 2021

I.

             La lectura surgió de una propuesta colectiva para abordar literatura latinoamericana contemporánea. La autora, de origen peruano pero con residencia en Buenos Aires, venía precedida de encomiosos comentarios pues su prosa evocaba la de Julio Ramón Ribeyro, entre otros compatriotas suyos. Habiendo despertado la curiosidad, sólo restaba encarar un texto de su autoría.

II.

             La impresión primera al tomar el ejemplar es que la lectura será breve. Un puñado de dieciséis relatos que apenas superan la centena de páginas netas, supone solo un sentón de un par de horas, ¿verdad? Nada más lejos. El estilo escogido por Adaui para narrar, de frases cortas y tajantes, muchas veces con solo la mitad de la oración –dejando al lector la responsabilidad de completarla-, dificulta entrar en tema. Para colmo el contenido, que tiene como nervio conductor el vínculo entre padres e hijos desde una mirada feroz de estos últimos, logra que el lector se sienta poco menos que incómodo.

III.

            No obstante, el conjunto se sobrelleva porque la novedad radica en que tanto las escenas como los diálogos son crudos, descarnados, configurando un collage de expresiones y situaciones que nadie querría entablar ni enfrentar. En ese aspecto, Adaui pone en boca de sus personajes frases que más de una vez se piensan, pero se silencian para mantener la corrección social, o el debido respeto a los progenitores, entre otras normas de cortesía.

IV.

            Una madre que le dice a su hija que seguramente va a morir mientras la acompaña al quirófano; alguien que ante la muerte de un hijo de un vecino le sugiere que tenga otro; una hija que reprocha al padre el no haber querido tenerla; un sobrino que interpela al tío por no avisarle de la muerte de su padre, conforman parte de los textos que abundan en sordidez, mentiras, caprichos y bajezas varias, brindando visiones opacas de una paternidad en las que abunda la soledad y el desamparo de los hijos, que deberán superar esa crianza brutal.

V.

            En suma, un libro nada ameno, que obliga más de una vez a releer alguno de los cuentos y en los que se tarda en hallar la voz narradora. Pero una vez que se captura el objetivo, tiende a ser interesante. Algo nuevo, con cierto carácter experimental; sólo recomendable para lectores valientes.


10 comentarios:

  1. En principio ya sabes que las relaciones padres/hijos me atraen mucho, aunque lo que dices de las frases sin terminar hace que me entre un poco de pereza. Además, aunque no me considero cobarde como lectora, eso de que se precise valentía y se tarde en pillar el punto al libro, unido al hacho de que sean relatos, me echa un poco para atrás, pero... Ahí estoy debatiéndome. Creo que lo apunto y ya se verá lo que pasa con él.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soy consciente de tu afición, Rosa. Advierto que podría resultar algo abstruso si no le tienes paciencia y le buscas la vuelta. Una propuesta distinta a lo que hallarás en las bateas de libros.
      Besos para ti.

      Eliminar
  2. A mí este tipo de libros con esa prosa un tanto experimental me parecen un reto y me atraen mucho. Creo que o bien encantan o no se puede con ellos. Muchas veces el estilo en sí tiene tanto protagonismo que incluso puede ir en detrimento del fondo. En todo caso los temas que tratan estos relatos en torno a la sempiterna complicada relación entre padres e hijos me los hace aún más atrayentes.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son textos cuyo estilo bordea lo experimental, por más que el contenido sea la relación entre padres e hijos. Decididamente no está destinado a cualquier público lector, sino a aquellos que intenten hallar rosas en medio del desierto.
      Un abrazo para ti.

      Eliminar
  3. Hola. Este entra en la categoría de libros que a mi entender tratan mal al lector, le hacen daño. Y encima me deja las frases a medias, perdona pero el escritor soy yo. Y es una pena porque me gustan mucho estos tejemanejes emocionales y situaciones límites. Pero no está una para que la vapuleen.
    Besitos huidizos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene algo de propuesta 'joyceana', donde el lector debe completar la parte que falta, lo que no está expuesto. Por lo demás, bucea en la relación padres - hijos sin amabilidad ninguna. Algo distinto, para quienes intenten explorar estilos.
      Besitos comprensivos.

      Eliminar
  4. Agradecido por darme a conocer una autora peruana contemporánea, suelo seguir la pista a algunos del país andino, pero no se puede estar en todo, bien es verdad que al otro lado del charco vivís un periodo fructífero en cuanto a jóvenes talentos literarios, especialmente mujeres, hay que estar atento.
    Me gusta que sea una autora arriesgada, nada complaciente con el lector, eso significa que no se deja condicionar por el mainstream y ya es un buen punto a su favor. La sigo.

    Un placer leerte y un fuerte abrazo, apreciado Marcelo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que alegría leerte por aquí, Paco!
      Es cierto que ha habido un brote de jóvenes letras femeninas con talento, aunque también detrás de ello está el negocio editorial que lo promueve y promociona.
      Ni el estilo escogido ni las situaciones que Adaui propone son amables con el lector. Por eso sostengo que no es para cualquier público. A ti, como padre, puede que te interese un poco más.
      Espero que tú, las niñas y Ara se hallen todo lo bien que puedan.
      Un abrazo, pibe!

      Eliminar
  5. Curiosa presentación la que haces de este libro de relatos. Una lectura que precisa el momento adecuado, no parece el mejor libro para disfrutar tranquilamente una tarde de verano, es un libro que requerirá dedicación y esfuerzo. Me gusta conocer de su existencia, no sé si llegaría a leerlo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Es un libro incómodo hasta que le encuentras la vuelta. La mayoría de los que compartimos la lectura no lo hubiera elegido de haber sabido de qué iba, Ana.
    Una propuesta con mucho de experimental; te saca de la zona de confort. Decididamente, no es un libro para leer en verano.
    Un abrazo para ti.

    ResponderEliminar