I.
Me fue sugerido hace ya muchos años
por una académica de Historia allende el Atlántico, obnubilada por su contenido
tanto como por la prosa de su autor. Un libro escrito durante 1986, cuya
duodécima edición es la de marras, concita la curiosidad de todo buen lector,
que descarta hallarse ante una obra exitosa, al menos desde el punto de vista
editorial. Máxime, cuando se acompaña de un mapa regional que ya ha quedado obsoleto. Algunas lecturas previas me recordaron su paciente espera y decidí
brindarle su oportunidad.
II.
Resulta difícil su inclusión en
algún género literario. No es una novela, pues la ficción –si la hubiera- no es
determinante. No es un libro de narrativa breve, porque las historias mantienen
cierto grado de continuidad entre sí. Tampoco es una colección de ensayos
porque, si bien existen interpretaciones interesantes propias de ellos, no está
ausente el elemento personal y familiar. Podríamos entonces suponer que es un
libro de viaje, pero tampoco del estilo de aquellos que se han hecho conocidos
a principios del siglo XX.
III.
Magris toma al Danubio como nervio
conductor de su paseo junto a un grupo de amigos y, como tal, comienza en su
origen en la Selva Negra alemana, bajando junto a él en una suerte de downstream hacia su desembocadura final
en el Mar Negro. Pero ese periplo lo realiza de manera singular: a medida que
pasa por cada una de las ciudades a orillas del río, va evocando batallas entre
pueblos, figuras de renombre histórico, escritores y filósofos –entre otros-, que
se dieron cita en ellas, de manera que la travesía resulta por demás
enriquecedora con datos y comentarios sobre hechos y obras.
IV.
El objeto de este viaje es rescatar
del olvido aquella región multiétnica conocida como Mitteleuropa (Europa del Centro-Este),
donde el Danubio ha oficiado de médula espinal de pueblos, idiomas y religiones
a lo largo de varios siglos. Una región que sobrevivió unida bajo los
Habsburgo, dominada por una cultura de base germano – judía, donde los pueblos
y sus lenguas convivían en cierto grado de armonía sin perder identidad y que
hoy se encuentra dispersa en una multitud de países vecinos que se miran con
recelo, si no con abierta animadversión.
V.
Escrito con una prosa tan preciosa como precisa, el libro abunda en reflexiones, anécdotas y análisis de personas y personajes, que hacen de su lectura un deleite literario. Pero el texto no fluye rápidamente; es necesario tomarse el tiempo para aquilatar su contenido. En suma, una de esas obras para depositar sobre la mesa de luz de la alcoba, e ir desgranando sus páginas noche tras noche, sin prisas ni plazos. Más que interesante.
Siempre me presentas libros que no conozco. Un lugar que apetece visitar, un río que condiciona a los que viven en su orilla. La historia, que no conviene olvidar, contada de una forma amena. Un abrazo.
ResponderEliminarComo lector, nada me place más que ser vehículo de posibles lecturas futuras para otros buenos lectores. Es una manera de devolvernos gentilezas y ser recíprocos.
EliminarUn libro distinto, para lectores distintos.
Un abrazo para ti.
Magris me da un poco de miedo. Empecé hace años un libro suyo y no pude terminarlo. Creo que el problema fue mío. No era el mejor momento.
ResponderEliminarEste me atrae más porque los pueblos que bordean el Danubio y su tormentosa historia dan para mucho. Gracias por la información.
Un beso.
Es un libro para ser leído de a ratos, como cuando tienes la oportunidad de beber un buen café o un Napoleón: de a sorbos, disfrutándolo sin prisas.
EliminarYo solo había leído 'El conde...', un libro de relatos del autor. Esta lectura me había sido propuesta por una amante de la Historia en general, y de Mitteleuropa en particular.
Un beso para ti.
Esa misma académica de Historia, amiga común, también me sedujo a mí con Magris y sus libros. Por el Danubio ha fluido, y fluye, una corriente fundamental de la cultura europea, y Magris lo ha testimoniado magistralmente.
ResponderEliminarAbrazo, apreciado Marcelo.
Amigo Paco! Suerte de tenerte nuevamente por aquí!
EliminarSe le ha tildado -a Magris- de 'germanófilo'; no lo he percibido en ningún momento. Quizás brinde una mirada algo nostálgica de un tiempo pasado, donde lo que ocurría en la trastienda tampoco era tan idílico. Pero ha sabido vertebrar a través del río una serie de historias sabiamente hilvanadas, de manera de no iterar ni aburrir.
Un fuerte abrazo para ti, chaval!
Querido Marcelo:
ResponderEliminarYa siento cierto alivio no tener que añadir un título más a mi extensa lista de propósitos literarios. Seguro que el libro tiene sus encantos y la idea me gusta pero tratándose de viajes prefiero otro formato y no algo tan indefinido.
Besitos exigentes
El mayor acierto del libro, en mi humilde opinión, es la originalidad de estructurar una serie de historias alrededor del río como elemento unitivo.
EliminarNo es una lectura fluida; lleva su tiempo y requiere algo de concentración. Como libro de viajes, yo también elegiría otro formato.
Besitos condescendientes.