I.
Siguiendo la estela que dejara la
lectura de Beatriz Guido, paso ahora al rescate de otra autora local, quien
fuera muy reconocida en el ámbito literario en los años ’50 y ’60 del siglo
pasado. Dueña de una profusa carrera en la narrativa de ficción, ha caído casi
en el olvido en la actualidad. De hecho, resulta llamativo que, salvo propuesta
esporádica de alguna novel casa editora, no tenga la presencia que supo conocer
otrora, cuando sus títulos eran visita obligada para los amantes de los
afamados best sellers.
II.
Esta novela, de neto corte
autobiográfico al decir de Bullrich, aparecida en 1971 –y que cuenta con una
versión cinematográfica-, tiene por protagonista a una narradora en primera
persona quien describe con lujo de detalles -en una prosa preciosista e íntima-
su relación con Franckie, otro argentino al que conoció en un viaje a París,
trece años mayor que ella, viviendo una sublime historia de amor en un pueblo
del interior de la provincia de Buenos Aires.
III.
Ubicados en las afueras de la
localidad, sobreviven merced a los ingresos que proporciona un invernadero en
los que su pareja cultiva plantas de diversos orígenes. Así, la protagonista
–escritora de profesión, alter ego de
Bullrich- evoca los años felices compartidos, incluido el abrupto desenlace de
ese idilio sin par, debido a la enfermedad y posterior deceso de aquél. Aislados
de familiares y amigos, con la sola compañía del personal del vivero y ocasionales
encuentros con las gentes del lugar, la pareja ha vivido ajena a todo; una
suerte de burbuja donde no
necesitaban más que a sí mismos.
IV.
La novela abunda en símbolos. En
general, tiende a parecer un cuento de
hadas, donde la presencia del vidrio, la escarcha y el color azul
–elementos propios del relato feérico-
aportan una atmósfera de fragilidad y de irrealidad. Ambos personajes viven
fuera del tiempo –no existe cita temporal- y sus recuerdos se centran en la
plenitud del amor, la amistad, la convivencia sin desencuentros; un unísono que
aplana matices y diferencias.
V.
Rescato el estilo escogido por
Bullrich para darnos a conocer un amor fuera
de serie. Se ha tomado las molestias de utilizar palabras adecuadas para
cada ocasión, de manera de describir en forma precisa sentires y miedos. En ese
aspecto, el texto se enriquece con el vocabulario de nuestra vasta lengua y su
lectura resulta tan fluida como emotiva. Un buen libro, para tener en cuenta. Destinado
a lectores sensibles.
Pues historias de amor es lo que nos hace falta ahora que parece que no salimos de un desastre humanitario para entrar en otro. Una historia donde lo humano prevalezca, me gusta, además en un lugar que parece bucólico en el que tiene lugar esta buena historia. Sin duda, me lo apunto.
ResponderEliminarBesitos pacíficos
Es una de las novelas más afamadas de la autora. La protagonista narra en primera persona la vida en las afueras de ese pueblo, junto a quien fuera el amor de su vida. Te gustará. Muy intimista.
EliminarBesitos sanadores.
Marcelo, esta novela parece ser muy interesante y tengo que confesar que no conozco a la autora. Así que su nombre me lo apunto para cuando desahogue la estantería de libros pendientes de lectura que tanto me está costando aligerar (pero algo voy logrando).
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Qué alegría es leerte nuevamente por aquí, Laura!
EliminarMe sorprende que no conozcas a la autora. La generación de mi madre leía cada una de sus novelas en los años '70 -la nuestra, leía otras cosas...-.
Destaco el preciosismo de sus palabras. Bien podría haberla incluido bajo la etiqueta de Grandes novelas argentinas. Te ha de gustar.
Un gran abrazo para ti!