Tusquets, 2021
I.
Estuve poco atento cuando apareció.
Habiendo destinado la mitad de mis lecturas de 2017 a autores rusos, lo dejé
pasar sin más; tan sólo leí una mínima reseña en un periódico local. Sin
embargo, amigos libreros empezaron a sugerírmelo y, cuando quise hacerme de él,
ya había prácticamente volado de las
grandes cadenas; ni decir de las librerías más conspicuas. Por azar, a alguien
le quedaba un ejemplar. Ir a buscarlo y leerlo fue un todo y único movimiento.
II.
La breve novela comienza con un
prólogo tan escueto como interesante –a cargo de Juan Forn- sobre quién fue su
autor y el motivo de no haber sido publicado en la U.R.S.S. durante su vida. Además,
despeja cualquier malentendido: Moscú Chestova es el nombre de su protagonista,
una joven soñadora quien, por amor a la libertad, decide convertirse en
paracaidista, a poco del triunfo de la Revolución de Octubre. En su afán de
unirse en cuerpo y alma a sus
semejantes, desestima cualquier propuesta amorosa, que solo la aferraría a una
vida destinada al hogar y la familia. Prefiere, en cambio, vivir a su aire, sin
ataduras, junto al pueblo y sus necesidades.
III.
Así, Moscú encarna el espíritu de
igualdad que insufla el alma de la juventud rusa, al compás de los nuevos
vientos que soplan desde el Kremlin. Dueña de una incandescencia
revolucionaria, se hace presente en diversas actividades allí donde se la requiera.
Un ingeniero y un médico jóvenes se enamoran de ella, pero ambos son incapaces
de secundarla en su propósito, atareados con sus investigaciones profesionales.
IV.
Todo el libro es una farsa sobre la
supuesta renovación que los soviets de Stalin serían capaces de poner en marcha,
trayendo bienestar al pueblo. Con el auge de la electricidad y la tecnología,
llegaría el tan ansiado socialismo igualitario que pregonaban los
representantes del Partido, ahora en el poder. Pero Platónov describe ese
prístino anhelo con una sorna magistral, mezclando realismo cotidiano y
elucubraciones propias de la ciencia – ficción, de manera que el resultado se
debate entre el delirio científico y la fantasía mística.
V.
De estilo coloquial y fluido, el
gran acierto del libro es que, aún con argumentos descabellados y más de una escena
desopilante, toda la historia no solo parece normal, sino verosímil. Cambio de
identidad, tarjetas de racionamiento y toda la parafernalia soviética al
desnudo, concluyen una obra por demás curiosa y original. Auspicia buenos
momentos de lectura.
Pues viene al caso este libro. Recuerdo aquel año ruso lector, del que salieron cosas muy interesantes. Tengo cuentas pendientes con unos cuantos así que será mejor ir resolviendo esas y luego ya venimos a por más.
ResponderEliminarBesitos comprometidos
Me alegra saber que éste te ha recordado que comienza a ser hora de liquidar pendientes de autores de este origen. Será tiempo bien invertido. Ya llegarán tus líneas, de alguno de ellos.
EliminarBesitos anhelantes.