I.
Era uno de los títulos que se añejaron
en la espera durante el repliegue sanitario de 2020 y que, en ocasión de volver
a tener una Feria de Libros a cielo abierto, salí a buscar. Recuerdo el gentío
de esos primeros días de octubre de 2021: las restricciones a la acumulación de
personas hicieron que la cola de entrada se extendiera por más de una cuadra de
longitud. Fue el primer evento literario después del prolongado encierro y,
claro, estaba en la docena de libros que acarreé tras la visita. Esta vez decidí intercalarlo con
otras lecturas de más largo aliento.
II.
El libro contiene ocho relatos, de distinta
extensión, que reúnen rarezas de lo cotidiano. El nervio conductor de ellos se
cobija en la atmósfera tensa que disparan los cambios, la misma tensa calma que
precede a esas tormentas a las que refiere el título de marras. Sin embargo, a diferencia
de otras propuestas, no incorpora el elemento fantástico o sobrenatural; más
bien se refugia en escenas donde la novedad, el absurdo o la desesperación
linda con aquellos, sin concretarlo.
III.
Así, personas que visitan un
pueblo y desaparecen al poco; la transformación de una nena a quien se le muere
la madre; un par de adolescentes que descubren su sexualidad en una aldea; el
esparcir las cenizas del abuelo allí donde fue feliz o las adaptaciones que
supone una mudanza son, entre otros, los tópicos de los que se vale Craig a la
hora de narrar circunstancias en que aquello que nos era conocido da paso a la
inquietud natural que apareja toda modificación del entorno.
IV.
Con una prosa fluida y amena, rayana muchas
veces en lo poético; diálogos rodeados de silencios –que se vuelven más que
elocuentes-, y un dominio profundo del tempo
narrativo, Craig nos ofrece -en una colección que no alcanza las dos centenas
de páginas- todo un arsenal de sentimientos encontrados y perplejidad en sus
personajes que, por otra parte, nunca abandonan la carnalidad ni la
verosimilitud. Lo que a ellos les sucede, bien le podría ocurrir a cualquiera.
Un libro breve, más que interesante.
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