Anagrama, 2010
I.
Lo apunté –y adquirí- hace más de
una década. Su fama de enrevesado y su aspecto voluminoso eran motivos
suficientes para postergarlo. Sin embargo, la feliz iniciativa de incluirlo
entre los títulos del año en un taller de lectura en el que participo no solo
permitieron satisfacer la expectativa generada, sino que el hecho de compartir
las apreciaciones entre un grupo numeroso de lectores ha enriquecido tanto la
lectura, que sospecho pudiera haber perdido detalles y matices de haberlo
encarado en solitario.
II.
Esta lúdica y brillante -aunque
desconcertante- maravilla literaria narra la historia de los ocupantes actuales
y anteriores de un edificio en París, que cuenta con un sótano, planta baja,
seis plantas divididas en dos alas por una escalera y dos pisos superiores, que
antiguamente eran habitaciones de servicio y hoy son como altillos o
buhardillas independientes. Así, es como si el inmueble estuviese despojado de la
fachada, y cualquier espectador de afuera accediera a lo que ocurre en cada
compartimiento en un momento del día. Casi una instantánea del mismo.
III.
Perec advierte desde un Preámbulo
que la idea central de la estructura del texto es un puzle. Lo que no dice es
que él ha dividido todo el edificio en cien casillas de ajedrez, a las que va
visitando según el movimiento del caballo de a una por vez, sin repetir. En
cada visita, va desgranando la vida de sus ocupantes actuales y anteriores,
describiendo minuciosamente tanto sus caracteres personales, actividades, etc.,
como los objetos presentes en cada habitación. Nada está librado al azar; cada
descripción obedece a una lista confeccionada previamente por el autor, de
manera que el conjunto de sus habitantes se convierta así en un universo en sí
mismo. Una síntesis de la vida del siglo XX.
IV.
Pintores, artistas, comerciantes entre otros
protagonizan una serie de relatos que alternan lo sombrío, fábulas,
extravagancias, crímenes, incluyendo catálogos irrelevantes, confidencias y
cotilleos varios, manuales de decoración y todo un cúmulo de situaciones
imaginativas que hacen de ésta una obra única. Como era de esperar, entre
tantos elementos que podrían apabullar al lector cuenta, hacia el final, con un
plano del inmueble, un índice de nombres que aparecen en su interior,
referencias cronológicas entre los personajes y un listado de las historias insertas.
Además, confiesa una serie de citas de otros autores –algunas sabiamente
deformadas- que se incluyen en el texto.
V.
En estilo coloquial y con cierta
fluidez, Perec ofrece una novela experimental coherente y equilibrada, que
puede ser del agrado o no de los lectores. Pero, en cualquier caso, no pasará
desapercibida. En lo personal, me gustó sobradamente como para recomendarla.
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