jueves, 6 de marzo de 2025

Retazos del Caribe insular. Todo lo que hay dentro, Edwidge Danticat

Fiordo, 2021
 

I.

               Lo adquirí merced a los buenos comentarios sobre el libro, amén de que las historias contenidas en él se basaban en la realidad haitiana, tanto de la emigración –y el testimonio del dolor de su desarraigo- como de aquellos que, por diversas causas, decidieron regresar al país, tras una andanada de muertes políticas y cambios en la hegemonía del poder. Como no tenía registro alguno sobre estos tópicos, decidí darle curso a su lectura.     

II.

                El texto está constituido por ocho relatos de extensión media, que transcurren en Puerto Príncipe, Miami o Nueva York. Así, las historias reúnen un puñado de realidades de aquellos que, por diversas razones, han debido marchar en busca de mejores horizontes –la mayoría, en tierras norteamericanas-. La falta de empleo, las persecuciones –y asesinatos- de índole política o la necesidad de capacitación académica son algunos de los motivos que impulsaron a emigrar, y la esperanza de mejorar al país, a través de su educación –tras la caída de su histórica dictadura-, o de realizar asistencialismo a víctimas de violaciones, para restringir –si no acabar- con la violencia de género, los consiguientes para albergar un esperanzado regreso.

III.

               Una hija a la que avisan que su padre –a quien no conoce- está próximo a morir; un empleado de la construcción quien, mientras cae libremente desde un andamio, repasa su historia con su pareja e hijo; una abuela que, en la fiesta de bautismo de su nieto, exhibe su senilidad; un reencuentro entre dos amigas de la infancia, ahora que una de ellas es la esposa del primer ministro, son cuadros de los que se vale Danticat para expresar la nostalgia sobre un pasado común, los cambios suscitados a escala familiar y social, el compromiso que muchos de ellos mantienen con su gente de origen y, básicamente, cuánto pesa la ausencia de los que no están o el hecho de ya no poder pertenecer.

IV.

                No importa si una ex pareja y la nueva estafan a la anterior; tampoco si dos compañeras universitarias comparten sus tatuajes; si una pareja de amantes se vuelve a reunir tras el terremoto en Haití que mutiló a uno de ellos, o si una criada descubre que se habrá de morir de SIDA tras una promesa de amor incumplida. Todos los relatos tienen una carga emocional enorme, de la que el lector se hace partícipe y, por ende, le cuesta abandonar la lectura. La diversidad de historias que plantean distintas realidades es su carácter a destacar.

V.

               De estilo directo y frontal, ameno y coloquial, Danticat ofrece historias de inmigración y emigración muy vívidas, que mientras que se abordan permiten asimilar y reflexionar sobre los problemas que disparan en quienes se han visto obligados a dejar su lugar. Más que interesante para buenos lectores.

sábado, 1 de marzo de 2025

Un espejo de la Alemania nazi. La mansión, Hans Joachim Schädlich

Edhasa, 2022

I.

               Mucho se ha escrito sobre la Alemania nazi, pero pocas novelas abordan cómo vivieron las familias que, aun siendo fervientes partidarias del régimen, no entraban casi en contacto con la infernal maquinaria de exterminio. La presente intenta brindarnos una mirada en ese sentido. Hay un elemento común con otras obras, también explotado por Faulkner y Mujica Láinez, entre otros: cómo un inmueble se constituye en el objeto identitario de una familia de cierto estrato social y, por extensión, de un momento histórico. Junto a su brevedad, fue la razón de encararlo.

II.

                Es la historia de la familia Kramer, constituida por Hans y Elizabeth y cuatro hijos, desde el momento de su casamiento en 1923 hasta la demolición de la casa. La novela tiene un Prólogo, donde se describe minuciosamente la construcción, y un Epílogo, en el que se habla de la última visita de los sobrevivientes y los motivos de su anunciado final. En medio, sin numeración ni rótulo alguno, existe una serie de capítulos muy breves, donde se narra la historia familiar, sobre todo hasta la caída del nazismo y su primera posguerra.

III.

               Es un narrador omnisciente el que se encarga del relato, salvo en los que participa Elizabeth, quien lo hace en primera persona, como si fuera una entrevista o un testimonio. A lo largo del texto se intercalan fechas históricas como las del Acuerdo de Múnich, la anexión de Austria, la invasión de los Sudetes checoslovacos, el comienzo de la guerra, etc. Mientras tanto, los lectores asistimos a los diferentes hechos sucedidos dentro de la familia Kramer: el inicio de la escuela de sus hijos, el cambio de casa y ciudad; el ascenso de Hans en la sociedad y el traslado a la mansión de marras.

IV.

                Destaco la forma en que el autor nos allega los pormenores: frases cortas, diálogos escuetos entre sus protagonistas, como si todo lo que va sucediendo con el correr del tiempo fuera narrado en forma de crónica, sin compromisos con el poder –que los había, sin duda- y sin emoción alguna. Sin embargo, los pequeños detalles delatan la opulencia en que los Kramer vivían en el momento de máximo apogeo, y cómo esa situación se fue deteriorando a medida que los resultados pasaban a ser adversos.

V.

               Hacia el final, la toma de conciencia de la existencia de los campos de concentración, la avanzada del Ejército Rojo, la derrota final y la lucha por sobrevivir acompañan a la pérdida de las ilusiones juveniles, el surgimiento de los remordimientos de conciencia y el silencio cómplice de toda una generación que fue condicionada por tiempos violentos, así como evidencia cómo la negación de la población facilitó el ejercicio –y la justificación- de esa misma violencia. Un libro que ayuda a la memoria. Para no dejar pasar.